Associated Press
Las noticias relacionadas al mercado
laboral y la producción industrial han sido, en su mayor parte,
positivas. Pero el crecimiento del consumo y los ingresos ha sido débil y
hay razones para temer que la reciente ola de contrataciones sea
insostenible.
Primero, el lado positivo. Las empresas están contratando. La
economía añadió un promedio de 200.000 empleos mensuales durante los
últimos seis meses. Los consumidores mantienen la cautela pero están
comprando iPads y autos. Las ventas desestacionalizadas de vehículos
estuvieron 25% por encima del nivel de agostos. Los bancos están más
dispuestos a otorgar crédito. Los préstamos industriales y comerciales
han crecido 13,5% en los últimos seis meses. Los fábricas están elevando
la producción e incluso la construcción de viviendas ha mostrado una
mejoría. El mercado ha reaccionado favorablemente.
Todo esto se traduce en una mayor confianza de las empresas y los
consumidores, lo que puede motivar mayor gasto, endeudamiento y, a la
postre, crecimiento. En una encuesta realizada este mes por The Wall
Street Journal y NBC News, 40% de los entrevistados espera que la
economía mejore en los próximos 12 meses. Apenas 21% decía lo mismo en
octubre del año pasado.
Entonces, ¿cuál es el problema? Los ingresos reales después de
impuestos de los estadounidenses, la materia prima del consumo, han
estado estancados durante los últimos seis meses. No es de extrañar, por
lo tanto, que el gasto de los consumidores no haya subido mucho. Creció
apenas 0,6% real entre julio de 2011 y enero de 2012, los últimos datos
disponibles.
El Producto Interno Bruto, asimismo, probablemente se expandirá a un
ritmo anualizado de 2% en el primer trimestre, después de un crecimiento
de 3% en el cuarto trimestre de 2011, según una encuesta entre
economistas realizada por The Wall Street Journal. En una economía cuya
fuerza laboral se está expandiendo, como la de EE.UU., ese ritmo es
demasiado anémico para reducir el desempleo. A pesar de todas las buenas
noticias, no hay que perder de vista que la tasa de desempleo se ubica
en 8,3%.
Los economistas sondeados por The Wall Street Journal prevén un
crecimiento de 2,5% en el segundo trimestre y una ligera aceleración en
el resto del año. La Fed dijo esta semana que espera una expansión
"moderada", lo que en la jerga del banco central es un poco más
optimista que el crecimiento "modesto" anticipado previamente.
Sin perjuicio de lo anterior, se asoman varios nubarrones en el
horizonte. El riesgo de que Europa descarrilará a la economía mundial ha
disminuido, pero la recesión en el Viejo Continente y la desaceleración
del resto del mundo van a perjudicar las exportaciones estadounidenses.
Al mismo tiempo, los recortes de gasto a nivel federal, estatal y local
ya son un lastre importante para la actividad económica.
El mayor nubarrón es el alza en los precios del petróleo, que genera
presiones inflacionarias y deprime el crecimiento. Aunque los precios de
la gasolina no sigan subiendo, el alza hasta la fecha le restará 0,2
puntos porcentuales al crecimiento del primer trimestre y 0,5 puntos
porcentuales al del segundo, calcula Laurence Meyer, de Macroeconomic
Advisors. Se trata de una cifra sideral y mientras persista la
confrontación con Irán es probable que los precios sigan subiendo.
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