05 marzo, 2012

Gamboa, Beltrones y el nuevo Presidente

Leo Zuckermann
En un sistema presidencial como el nuestro, la atención del electorado se centra en la elección del Presidente. Sin embargo, debemos voltear a ver la otra elección federal que se llevará a cabo el primero de julio: la renovación completa de ambas cámaras del Congreso. Ahí destaca un dato: todo indica que serán dos viejos lobos de mar, Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones, los que dirigirán a los senadores y diputados del PRI. La actuación de estos dos políticos será fundamental para sacar adelante cualquier agenda legislativa del próximo mandatario.


Gamboa será, al parecer, el líder de los senadores priistas. Beltrones, de los diputados. Cualquiera que sea el Presidente tendrá que negociar con estos políticos experimentados.
Digamos que Peña gana la Presidencia. Será muy interesante ver cómo un Ejecutivo de extracción priista lleva la relación con Gamboa y Beltrones. Una cosa me queda clara. Conociendo a estos dos personajes, que saben del tejemaneje de la política federal como pocos, será imposible que el nuevo Presidente opere como en el pasado. No imagino, por ejemplo, al secretario de Gobernación levantando el teléfono para instruir a Gamboa y Beltrones de cómo votar en las iniciativas presidenciales, como si los dirigentes de las bancadas fueran empleados de la Presidencia. Pienso, más bien, que Peña tendrá que lidiar directamente con estos dos personajes en un proceso de negociación delicado y complejo.
Es más: creo que Peña va a necesitarlos. Porque, de ganar, el mexiquense desconoce los intríngulis de la política federal. No es lo mismo gobernar en Toluca con un Congreso local unicameral siempre dispuesto a escuchar las ofertas del gobernador, que gobernar en la capital de la República con un Congreso bicameral, estridente y tortuoso en el proceso de negociación política.
Hay que recordar lo que le ocurrió al ex gobernador Bill Clinton, de Arkansas, cuando ganó la Presidencia estadunidense. Cometió el error de creer que la política federal era igual que la de su estado. Que los votos en el Congreso se arreglaban echándose una barbacoa con legisladores claves. Se equivocó: la política en Washington DC era muy diferente a la de Little Rock. La operación para sacar adelante su agenda legislativa en el Congreso era tortuosa y compleja, incluyendo a los congresistas de su propio partido. Clinton se tardó dos años en entender el intrincado juego de la política nacional. Pues bien, de ganar, a Peña le podría ocurrir lo mismo que a Clinton, por lo menos al principio del sexenio. A fin de evitarlo tendrá que apoyarse en personajes que conocen el funcionamiento del Poder Legislativo federal, lo cual le dará un poder enorme a los dos coordinadores de la bancada priista. Más si efectivamente se trata de Gamboa y Beltrones.
Ahora bien, también existe la posibilidad de que gane Vázquez Mota o López Obrador la Presidencia. De ser así, habría dos escenarios.
El primero es una especie de gobierno de coalición donde se juntaran el PAN y la izquierda para repartirse el gabinete presidencial y pasar una agenda común en el Congreso sin necesitar los votos del PRI. No debe descartarse este escenario tomando en cuenta lo ocurrido entre el PAN y la izquierda en 2010 con la exitosa experiencia de las candidaturas aliancistas. De lograr un gobierno de coalición, ahí sí debilitarían a los priistas y sus dos coordinadores legislativos.
El otro escenario, en caso de ganar Josefina o AMLO, es que el nuevo Presidente buscara los votos del PRI para pasar ciertas legislaciones, tal y como ha ocurrido con Fox y Calderón. Aquí no hay que ser brujo para adivinar el gran poder que tendrían Gamboa y Beltrones como los personajes que, a cambio de votos para el Presidente, sacarían una serie de prebendas para ellos y su partido. Tan sólo hay que recordar cómo los tres primeros años del sexenio actual se consideraba a Beltrones, líder del PRI en el Senado, como una especie de vicepresidente del país y a Gamboa, a la sazón, coordinador de los diputados priistas, como el otro power broker de la política nacional.
No me cuesta trabajo ver a Josefina como Presidenta, negociando con Gamboa y Beltrones. En cambio, la verdad es que no me imagino a López Obrador en esta tarea. Tan sólo hay que recordar que el tabasqueño, antes de moverse hacia el centro con su discurso de la República Amorosa, consideraba a estos dos personajes del PRI como parte de la mafia que “se apoderó de las instituciones públicas, los bienes y las riquezas del país” (véase el libro La mafia que se adueñó de México y el 2012). ¿Se imagina usted a AMLO negociando con Gamboa y Beltrones para sacar adelante su agenda de gobierno en el Congreso? Difícil visualizarlo.
Por donde se vea, salvo quizás en un escenario de gobierno de coalición, todo indica que el futuro le depara buenos augurios a Gamboa y Beltrones. Estos dos personajes al parecer serán otra vez muy poderosos en el próximo sexenio. Presidentes van y vienen y ellos, como buenos zorros que son, permanecen.

No hay comentarios.: