Por vez primera, Peña Nieto sólo tiene ventaja de un dígito sobre el segundo lugar.
Los números de GEA-ISA difícilmente podrán ser refutados por el PRI, los peñistas y las plumas y medios a su servicio. ¿Por qué? Es una de las firmas más reconocidas y serias del mundo de las encuestas. Y la que está divulgando no fue a petición del PAN. Ni de Calderón o de Vázquez Mota. Fue pagada por un medio de comunicación (Grupo Milenio).
¿Qué harán ahora los priistas: pedir también que GEA-ISA saque las manos del proceso electoral? ¿Que se abstenga de dar cifras que, bajo cualquier perspectiva, no favorecen a Peña Nieto? ¿O incluir a la encuestadora como parte de una “guerra sucia” inventada por el priato y sus fieles de pluma, micrófono y telepromter?
Se quiera o no, la encuesta de GEA-ISA marca un antes y un después rumbo al 1 de julio, aunque tampoco significa la victoria ni la derrota de Peña Nieto o de Vázquez Mota. Es una tendencia. Y como tal hay que tomarla.
Pero según dicen los clásicos del futbol: de que hay juego, hay juego.
Y tanto le preocupó al PRI la encuesta GEA-ISA que sus viejos lobos salieron rápidamente a aullar. “López Obrador está más vivo que nunca”, soltó el futuro senador —para regocijo de la patria— Emilio Gamboa. ¿Por qué lo dijo?
Tiene razón poderosa: impulsar a AMLO —a quien GEA-ISA ubica en 17%—, porque saben los priistas que si el tabasqueño no sube de 20% de intención del voto, si se estanca en ese 17%, entonces el voto útil será para Vázquez Mota ante la debacle electoral del PRD. Caso contrario: si AMLO rebasa ese 20%, repartirá votos con la panista y Peña se consolidará.
Así de sencillo y de complejo.
Por eso el PRI —vaya paradoja de la política— quiere posicionar a AMLO… para que gane Peña Nieto.
Hoy, la encuesta de GEA-ISA sacude el tablero de la sucesión presidencial. Les tiró las fichas a los priistas. Los agarró viendo a la Luna y repartiéndose el gabinete.
Mientras el líder del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, salía de Los Pinos sonriente y satisfecho porque el presidente Calderón le había prometido sacar las manos de la elección… ¡tómala: una encuesta ponía en aprietos a Peña!
Y a la luz de las cifras de GEA-ISA, algo queda claro: Calderón no mintió durante la reunión con ejecutivos de Banamex, al asegurar —porque sí lo dijo— que la ventaja de Peña Nieto sobre Josefina había disminuido, y sólo le llevaba cuatro puntos.
El Presidente fue imprudente. Pero no mentiroso.
Lo cierto es que, como lo apunta el análisis semanal del CIDAC que encabeza el prestigiado Luis Rubio, “Peña Nieto no es invencible y se anticipa una contienda mucho más cerrada de lo que muchos esperaban. La encuesta de GEA-ISA sin duda va a reconfigurar la actitud del votante, el apoyo de los empresarios y las negociaciones políticas”.
Así será. Sin duda.
ARCHIVOS CONFIDENCIALES
LOS ZÁRRAGA. En julio de 2009, José Francisco Zárraga Hernández, de 18 años de edad, fue asesinado por el policía municipal de Atizapán de Zaragoza Juan José Vertti Hernández, por la espalda, a balazos. También mató a dos integrantes más de la familia: Hortensia Zárraga y Blanca Patricia Sierra. A Vertti lo encubrieron los agentes Miguel Vega Chávez, Porfirio Chávez y Lidia Angélica Valencia. Después de un largo y penoso proceso y de una lucha valerosa de Javier Zárraga —padre de José Francisco—, Vertti fue sentenciado a 280 años de condena acumulada (70 años máxima) y sus secuaces a 240 años. Sin embargo, Javier y su familia siguen recibiendo amenazas de muerte. Policías los acosan. Desde esta columna estaremos pendientes de la seguridad de los Zárraga y de que el juez no libere a los policías asesinos.
SECUESTROS. En sólo diez meses… ¡Dos mil 252 secuestros en el país! De casi nada han servido las 32 reuniones del Consejo Nacional de Seguridad Pública. Y 61 plagiados fueron ejecutados. Sólo ocho entidades han avanzado en combate al secuestro. ¿Y los demás? Pensando en el 1 de julio.
DORANTES. La sentencia contra el fotógrafo Sergio Dorantes, acusado de asesinar a su ex esposa, Alejandra Dehesa, está por emitirse en los tribunales de Justicia del DF. Si la resolución se apegara a derecho, Dorantes saldría libre por dos motivos de peso: la acusación se basó en un testigo fabricado y pagado por una MP capitalina —Rocío García—, además de que se encontraron restos de sangre de Alejandra en los tenis y el taxi de Jorge Sánchez Patiño, con quien la víctima había tenido fuertes problemas y es hoy prófugo de la justicia.
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