Prevén una peligrosa transición en Venezuela
Presidente Chávez cantando desde un balcón, en Caracas marzo 17, 2012.
Antonio María Delgado
La estructura de poder altamente personalizada de Venezuela -creada
por el presidente Hugo Chávez para disuadir cualquier intento de
destituirle- acentúa el riesgo de caos y de violencia en el país, señaló
un análisis de la firma de inteligencia Stratfor divulgado por
WikiLeaks, que advierte sobre los múltiples escollos en la ruta de una
transición pacífica.
El reporte, que forma parte de los más de cinco millones de correos electrónicos de la compañía de inteligencia corporativa filtrados a la organización de internet, esboza el enmarañado sistema de rivalidades, enfrentamientos y sospecha mutuas que Chávez ha tejido a su alrededor y el potencial de conflicto interno en caso de que desaparezca del terreno político debido al cáncer que padece.
“El presidente venezolano Hugo Chávez ha construido a su alrededor un sistema de gobierno personalizado que requiere de su específica supervisión y participación. Adicionalmente, ha creado un sistema de estructuras de respaldo político que son confrontacionales entre ellas para desincentivar su remoción”, resaltó el informe escrito en julio del año pasado.
“Es por ello que nosotros consideramos que la remoción de Chávez sería un evento que desestabilizaría significativamente el país”, enfatizó.
Chávez, quien regresó el viernes a Venezuela tras ser sometido a una intervención quirúrgica a finales de febrero en La Habana, insiste en que se recupera satisfactoriamente y en que será el candidato del oficialismo en las venideras elecciones presidenciales de octubre.
Pero insistentes versiones aseguran que está mucho más enfermo de lo que deja entrever, y personas que afirman haber tenido acceso a información detallada sobre su condición médica señalan que tiene un pronóstico de vida que va entre los 12 y los 16 meses.
La enfermedad del mandatario genera dudas sobre lo que pasaría en el escenario político del país si se ve obligado a soltar el timón, ante el riesgo de que sus diferentes pilares de sustentos, que incluyen grupos paramilitares adscritos a la revolución, los militares, y los agentes de la penetración cubana, luchen entre ellos para tratar de controlar la enorme renta petrolera del país.
Ninguno de ellos, sin embargo, podría actuar abiertamente mientras Chávez continúe con vida.
El informe señala que Chávez sigue siendo el líder político más popular del país incluso pese a haber demostrado ser ineficiente al tratar los principales problemas durante sus 13 años de gobierno.
Su popularidad es producto de su enorme carisma, la elevada conexión emocional que mantiene con los sectores populares y la prioridad del gasto social y la ejecución de políticas populistas con una retórica que constantemente se pronuncia a favor de la redistribución de la riqueza.
La popularidad es identificada por el informe como la primera línea de soporte con la que cuenta Chávez, porque le brinda al régimen un escudo de legitimidad detrás del cual se protege de las constantes acusaciones de autoritarismo lanzadas con frecuencia por la oposición.
Las políticas sociales ejecutadas ejercen un alto costo para las arcas del Estado. En los últimos años de su mandato, Chávez ha contado con una enorme renta petrolera que le ha permitido financiar sus programas gracias a que los precios del crudo se han cuadruplicado desde que asumió el poder en 1999.
Pero la producción petrolera está en franco deterioro, disminuyendo en cerca de 25 por ciento desde los 3.2 millones de barriles diarios del 2001 al estimado 2.4 millones de barriles del 2010, señaló el informe.
Esa disminución es atribuida por el informe a la escasa inversión realizada por la estatal Petróleos de Venezuela, S.A., en obras de exploración y producción, requeridas para contrarrestar la declinación natural de los existentes pozos de producción.
La falta de inversiones pone en juego el futuro de la industria, señaló el informe.
“Sin la ejecución de inversiones serias y tecnológicamente adecuadas de decenas de miles de millones de dólares, la industria enfrenta un lento e inevitable declive”, señaló el reporte.
Además del respaldo popular y la renta petrolera, el régimen de Chávez requiere del soporte de las Fuerzas Armadas para mantenerse de pie.
Los militares han participado en tres fallidos golpes de Estado desde 1992, y en cada uno de los tres casos -dos de ellos propinados a favor de Chávez y uno de ellos en contra- los participantes buscaron o trataron de conseguir respaldo público o trataron de sacarle provecho a manifestaciones de descontento popular.
De producirse un intento por cambiar de régimen, la posición de las Fuerzas Armadas sería determinante, pero los autores del informe dijeron que los militares difícilmente serían quienes propicien el intento de cambio.
“Es improbable que los militares hagan algo más allá de brindar respaldo -lo mínimo que harían sería rehusarse de involucrarse [de producirse algún conflicto]- al actual régimen antes de que se presente un escenario completo de desestabilización”, señaló el informe. “Incluso en tiempos de turbulencia, los militares darían un paso atrás y no participarían en el conflicto hasta cerciorarse de que el actual gobierno ha perdido su legitimidad”.
Uno de los grandes problemas que obstaculizaría un intento de las Fuerzas Armadas por jugar un papel protagónico para cambiar de régimen es la falta de unidad interna.
“Es en consecuencia posible que elementos dentro de las Fuerzas Armadas cometan un error de cálculo, y actúen antes de que Chávez haya perdido total legitimidad. En ese escenario, los choques entre las diferentes facciones militares no pueden ser descartados”, sostuvo.
El régimen por otro lado, cuenta con las Milicias Bolivarianas, creadas precisamente para que actúen de contrapeso a las Fuerzas Armadas.
“Organizadas a lo largo de los vecindarios de las ciudades venezolanas y en el campo, las Milicias Bolivarianas son la póliza de seguro de Chávez contra un golpe de Estado. Al armar a ciudadanos, Chávez ha hecho que cualquier acción directa contra su gobierno sea más incierta y ha aumentado las probabilidades de que cualquier amenaza contra su gobierno dispare una ola generalizada de violencia”, declaró el informe.
La presencia cubana en el país es otro de los elementos que obstaculiza los prospectos de una transición.
Cuba ha jugado un papel clave en la supervivencia del régimen, sirviendo como un observador externo leal de los asuntos políticos de Venezuela.
“El uso de activos de inteligencia de un jugador externo interesado en mantener el flujo barato de petróleo ha ayudado a Chávez a maniobrar cuidadosamente y administrar situaciones de política doméstica potencialmente venenosas”, resaltó el informe.
El riesgo para los cubanos es que la asunción del poder de algún líder venezolano menos ideológicamente comprometido con el socialismo podría poner en juego el extenso subsidio petrolero otorgado por Caracas, lo cual a su vez constituiría un duro golpe para la sostenibilidad del régimen de la isla.
El informe advirtió que las actuales condiciones del país crean las condiciones para dos escenarios muy negativos, aunque señaló que estos no eran necesariamente los más probables.
En el caso de que Chávez se aparte sin contar con un hábil o claro sucesor, el país podría ver una lucha armada por el poder.
“Los militares tratarían de tomar el control, pero las milicias de Chávez podrían encontrar la fuerza y las armas para luchar. En ese caso, un escenario en el que ciudadanos estadounidenses en Venezuela tengan que ser evacuados es probable”, sostuvo el informe.
Pero otro escenario de desestabilización sería de carácter económico y se produciría en el marco de una abrupta caída de los precios del petróleo.
“Desestabilizaría los programas sociales del gobierno, propiciaría el colapso económico y provocaría un descontento popular generalizado”, señaló.
El reporte, que forma parte de los más de cinco millones de correos electrónicos de la compañía de inteligencia corporativa filtrados a la organización de internet, esboza el enmarañado sistema de rivalidades, enfrentamientos y sospecha mutuas que Chávez ha tejido a su alrededor y el potencial de conflicto interno en caso de que desaparezca del terreno político debido al cáncer que padece.
“El presidente venezolano Hugo Chávez ha construido a su alrededor un sistema de gobierno personalizado que requiere de su específica supervisión y participación. Adicionalmente, ha creado un sistema de estructuras de respaldo político que son confrontacionales entre ellas para desincentivar su remoción”, resaltó el informe escrito en julio del año pasado.
“Es por ello que nosotros consideramos que la remoción de Chávez sería un evento que desestabilizaría significativamente el país”, enfatizó.
Chávez, quien regresó el viernes a Venezuela tras ser sometido a una intervención quirúrgica a finales de febrero en La Habana, insiste en que se recupera satisfactoriamente y en que será el candidato del oficialismo en las venideras elecciones presidenciales de octubre.
Pero insistentes versiones aseguran que está mucho más enfermo de lo que deja entrever, y personas que afirman haber tenido acceso a información detallada sobre su condición médica señalan que tiene un pronóstico de vida que va entre los 12 y los 16 meses.
La enfermedad del mandatario genera dudas sobre lo que pasaría en el escenario político del país si se ve obligado a soltar el timón, ante el riesgo de que sus diferentes pilares de sustentos, que incluyen grupos paramilitares adscritos a la revolución, los militares, y los agentes de la penetración cubana, luchen entre ellos para tratar de controlar la enorme renta petrolera del país.
Ninguno de ellos, sin embargo, podría actuar abiertamente mientras Chávez continúe con vida.
El informe señala que Chávez sigue siendo el líder político más popular del país incluso pese a haber demostrado ser ineficiente al tratar los principales problemas durante sus 13 años de gobierno.
Su popularidad es producto de su enorme carisma, la elevada conexión emocional que mantiene con los sectores populares y la prioridad del gasto social y la ejecución de políticas populistas con una retórica que constantemente se pronuncia a favor de la redistribución de la riqueza.
La popularidad es identificada por el informe como la primera línea de soporte con la que cuenta Chávez, porque le brinda al régimen un escudo de legitimidad detrás del cual se protege de las constantes acusaciones de autoritarismo lanzadas con frecuencia por la oposición.
Las políticas sociales ejecutadas ejercen un alto costo para las arcas del Estado. En los últimos años de su mandato, Chávez ha contado con una enorme renta petrolera que le ha permitido financiar sus programas gracias a que los precios del crudo se han cuadruplicado desde que asumió el poder en 1999.
Pero la producción petrolera está en franco deterioro, disminuyendo en cerca de 25 por ciento desde los 3.2 millones de barriles diarios del 2001 al estimado 2.4 millones de barriles del 2010, señaló el informe.
Esa disminución es atribuida por el informe a la escasa inversión realizada por la estatal Petróleos de Venezuela, S.A., en obras de exploración y producción, requeridas para contrarrestar la declinación natural de los existentes pozos de producción.
La falta de inversiones pone en juego el futuro de la industria, señaló el informe.
“Sin la ejecución de inversiones serias y tecnológicamente adecuadas de decenas de miles de millones de dólares, la industria enfrenta un lento e inevitable declive”, señaló el reporte.
Además del respaldo popular y la renta petrolera, el régimen de Chávez requiere del soporte de las Fuerzas Armadas para mantenerse de pie.
Los militares han participado en tres fallidos golpes de Estado desde 1992, y en cada uno de los tres casos -dos de ellos propinados a favor de Chávez y uno de ellos en contra- los participantes buscaron o trataron de conseguir respaldo público o trataron de sacarle provecho a manifestaciones de descontento popular.
De producirse un intento por cambiar de régimen, la posición de las Fuerzas Armadas sería determinante, pero los autores del informe dijeron que los militares difícilmente serían quienes propicien el intento de cambio.
“Es improbable que los militares hagan algo más allá de brindar respaldo -lo mínimo que harían sería rehusarse de involucrarse [de producirse algún conflicto]- al actual régimen antes de que se presente un escenario completo de desestabilización”, señaló el informe. “Incluso en tiempos de turbulencia, los militares darían un paso atrás y no participarían en el conflicto hasta cerciorarse de que el actual gobierno ha perdido su legitimidad”.
Uno de los grandes problemas que obstaculizaría un intento de las Fuerzas Armadas por jugar un papel protagónico para cambiar de régimen es la falta de unidad interna.
“Es en consecuencia posible que elementos dentro de las Fuerzas Armadas cometan un error de cálculo, y actúen antes de que Chávez haya perdido total legitimidad. En ese escenario, los choques entre las diferentes facciones militares no pueden ser descartados”, sostuvo.
El régimen por otro lado, cuenta con las Milicias Bolivarianas, creadas precisamente para que actúen de contrapeso a las Fuerzas Armadas.
“Organizadas a lo largo de los vecindarios de las ciudades venezolanas y en el campo, las Milicias Bolivarianas son la póliza de seguro de Chávez contra un golpe de Estado. Al armar a ciudadanos, Chávez ha hecho que cualquier acción directa contra su gobierno sea más incierta y ha aumentado las probabilidades de que cualquier amenaza contra su gobierno dispare una ola generalizada de violencia”, declaró el informe.
La presencia cubana en el país es otro de los elementos que obstaculiza los prospectos de una transición.
Cuba ha jugado un papel clave en la supervivencia del régimen, sirviendo como un observador externo leal de los asuntos políticos de Venezuela.
“El uso de activos de inteligencia de un jugador externo interesado en mantener el flujo barato de petróleo ha ayudado a Chávez a maniobrar cuidadosamente y administrar situaciones de política doméstica potencialmente venenosas”, resaltó el informe.
El riesgo para los cubanos es que la asunción del poder de algún líder venezolano menos ideológicamente comprometido con el socialismo podría poner en juego el extenso subsidio petrolero otorgado por Caracas, lo cual a su vez constituiría un duro golpe para la sostenibilidad del régimen de la isla.
El informe advirtió que las actuales condiciones del país crean las condiciones para dos escenarios muy negativos, aunque señaló que estos no eran necesariamente los más probables.
En el caso de que Chávez se aparte sin contar con un hábil o claro sucesor, el país podría ver una lucha armada por el poder.
“Los militares tratarían de tomar el control, pero las milicias de Chávez podrían encontrar la fuerza y las armas para luchar. En ese caso, un escenario en el que ciudadanos estadounidenses en Venezuela tengan que ser evacuados es probable”, sostuvo el informe.
Pero otro escenario de desestabilización sería de carácter económico y se produciría en el marco de una abrupta caída de los precios del petróleo.
“Desestabilizaría los programas sociales del gobierno, propiciaría el colapso económico y provocaría un descontento popular generalizado”, señaló.
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