05 marzo, 2012

¿Qué es lo que quiere ocultar EEUU en el caso de Victor Bout?


Victor Bout

La extradición del 'mercader de muerte', Víktor Bout, acusado de tráfico ilegal de armas, causó una crítica fuerte por parte de expertos y altos funcionarios de distintos lugares del mundo. Todavía no está clara la razón por la que EE. UU. fue tan insistente en administrar la justicia en este caso en el que está involucrada una persona de otra nacionalidad.

La reacción del Ministerio del Exterior ruso con respecto al asunto ha sido tan rápida como fuerte. Según un alto funcionario del Ministerio, el país adepto a la democracia y defensor activo de los Derechos Humanos “no se altera conservando la arrogancia imperial y la seguridad de que todo está permitido, que no se debe seguir la ley, y tampoco las normas de la ética y la moralidad humanas”. El mismo funcionario dice que la lógica de los EE. UU. en el caso del 'mercader de muerte' contiene una gran contradicción: los norteamericanos declaran culpable a Bout por la entrega ilegal de armas a las FARC que posiblemente se usaron para matar a los estadounidenses, pero al mismo tiempo, EE. UU. entregó armas a Georgia, que fueron utilizadas contra los civiles de la vecina Osetia del Sur.

El canciller ruso Serguei Lavrov tampoco se quedó indiferente en lo que se refiere a Víktor Bout. Tras su afirmación de que sufrió una presión fuerte para que colaborara con los investigadores, Lavrov comentó que “toda esta historia es un ejemplo de una indignante injusticia”.

Víktor Bout está acusado por cuatro crímenes: conspiración criminal con el objetivo de matar a los ciudadanos de EE. UU., conspiración criminal con el objetivo de matar a funcionarios públicos, conspiración criminal con el objetivo de la compra y venta de misiles antiaéreos y conspiración criminal con el objetivo de la entrega de armas a grupos terroristas.

Mientras que EE. UU. sigue creando una imagen cada vez más horrible alrededor de Víktor Bout y atribuyéndole una vasta serie de crímenes, que van desde la entrega de armamento a terroristas de Al Qaeda y el grupo Taliban, hasta el servicio de inteligencia rusa, los expertos rusos generan su opinión sobre el por qué de la impaciencia de Estados Unidos y la insistencia en “obtener” al “misterioso ruso”.

El experto del Centro de Coyuntura Política Dmitri Abzalov piensa que EE. UU. quiere a Bout sólo para sí: el ruso, que se hizo conocido por sus posibles enlaces con el terrorismo, conoce bien los flujos internacionales de armamento y otras mercaderías, y posiblemente tiene un acceso a algún secreto militar ruso. A pesar de eso, el caso de Bout 
tiene un contexto político, pues una vez revelada la información de las vías internacionales de movimiento de las armas, las consecuencias pueden ser impredecibles, inclusive podrían implicar un deterioro en las relaciones internacionales. Bout también puede servir para ayudar a los EE. UU. con su operación en Afganistán, ya que tiene contactos con los representantes de diferentes camadas de la sociedad.

El periódico 'Washington Post' dio sus propias razones del comportamiento de EE. UU.: “durante varios años el Pentágono colaboró con las compañías logísticas de Bout para entregas de carga a Irak y Afganistán. En 2004, el entonces presidente George W. Bush declaró ilegal cualquier colaboración con Bout. Sin embargo, el Pentágono siguió su colaboración hasta 2006”. Desde luego, su deseo de evitar publicidad es bastante obvio.

El politólogo ruso Maxim Shevchenko declaró que es un caso puramente político: “los Estados Unidos no observan los Derechos Humanos. Acusan a Bout por tráfico ilegal de armas. Pero son los norteamericanos quienes ocupan el primer lugar del comercio de armamento en el mundo. Venden a los regímenes más caníbales del mundo, como por ejemplo Sawimbi de Angola”.

El vicegerente del departamento de política exterior del Instituto de los EE. UU. y Canadá, Valeri Garbuzov, prevé el posible deterioro en las relaciones ruso-americanas. Las relaciones entre ambas potencias ya debieron resistir el escándalo de los espías. Todavía falta ver a qué punto puede llegar el caso de Víktor Bout, que parece transformarse en la manzana de la discordia entre los dos países. Sea como sea, desde el verano de 2010 que Moscú pretende devolver a Víktor Bout a su patria.

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