El tema de la droga cobra cada vez mayor protagonismo en la agenda de la Cumbre de las Américas que
se realizará en Cartagena de Indias en el próximo mes de abril. El
presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, invitó a su homólogo de
Bolivia, Evo Morales, a formar un equipo que formule políticas distintas
a la mera represión.
“Bolivia –con su conocimiento y experiencia en el uso tradicional de la hoja de coca y en procesos de desarrollo alternativo–, y Colombia –con nuestra experiencia en el combate a los carteles de la droga– tenemos mucho que aportar en esta discusión, que debe ser abierta y sin prejuicios”, le dijo este jueves Santos a Morales, quien viajó a Bogotá en visita oficial.
Santos aprovechó el encuentro para pedir a su homólogo boliviano que clausure la Cumbre Social que se realizará paralelamente a la Cumbre de las Américas. Morales aceptó, con lo que de paso Colombia pudo añadir a la lista de los participantes a uno de los mandatarios que había manifestado su intención de marginarse en caso de que se excluyera a Cuba como finalmente ocurrió.
Para Colombia esta es una buena noticia en un día en el que se informó que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, aún sopesaba asistir. Santos se aferró al optimismo y recordó que él habló telefónicamente con Correa tras su visita a Cuba, el miércoles de la semana pasada, para informarle al presidente Raúl Castro que no hubo consenso entre los 34 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que asistiera. “Le informé de mi visita a Cuba, me agradeció muchísimo el gesto que tuve con él, y me dijo que ‘tenemos que discutir esto entre nosotros, y vamos a ver qué decisión tomamos’. Ojalá venga”, concluyó.
El polémico tema de la droga se ha ido abriendo paso en un listado que iba desde inequidad, pobreza, desastres naturales, inseguridad y la brecha en el acceso a las tecnologías. Hoy ya no hay dudas de que en la mesa el foco estará puesto en la búsqueda de salidas audaces como la legalización. Esto porque las consecuencias del prohibicionismo hasta ahora ha sido fatales no sólo por el altísimo número de muertos sino por la consolidación de poderos carteles de la droga que, en ocasiones, han puesto a los estados contra la pared como se vio hace unos años en Colombia y ahora en México.
De ahí se explica la insistencia de Santos al indicar la autoridad que tienen Colombia y Bolivia “porque ambas hemos sufrido las nefastas consecuencias del narcotráfico”.
“Vamos a proponer en la Cumbre que se abra una discusión comprensiva y amplia, con participación de todos los países y de los mejores expertos, sobre los resultados de la llamada ‘Guerra contra las Drogas’ y sobre las diversas estrategias que podemos asumir en conjunto para terminar con este flagelo”, dijo Santos en compañía de Morales, tras un almuerzo en la Casa de Nariño, sede del gobierno colombiano.
El jefe del estado fue categórico al explicar que en la Cumbre de las Américas planteará el análisis “de todas las opciones y todos los escenarios, con el apoyo de expertos en la lucha contra el crimen organizado, de expertos en salud pública y de otros especialistas que puedan enriquecer este debate, para que avancemos hacia un consenso ilustrado sobre el escenario que queremos elegir”.
El presidente boliviano es un abierto defensor de la despenalización de la hoja de coca. “Es un error histórico”, ha dicho sobre la inclusión de la hoja de coca en la lista de sustancias bajo control internacional en la Convención antidrogas de 1961. Por eso, insiste, es el momento de “repararlo”.
Con este asunto sobre la mesa, los mandatarios ahora buscarán afinar sus propuestas para que se pasen a la realidad y no se queden en un catalogo de buenas intenciones. “Queremos que no sea una cumbre retórica sino con decisiones y resultados concretos que generen bienestar para nuestra gente”, puntualizó Santos.
“Bolivia –con su conocimiento y experiencia en el uso tradicional de la hoja de coca y en procesos de desarrollo alternativo–, y Colombia –con nuestra experiencia en el combate a los carteles de la droga– tenemos mucho que aportar en esta discusión, que debe ser abierta y sin prejuicios”, le dijo este jueves Santos a Morales, quien viajó a Bogotá en visita oficial.
Santos aprovechó el encuentro para pedir a su homólogo boliviano que clausure la Cumbre Social que se realizará paralelamente a la Cumbre de las Américas. Morales aceptó, con lo que de paso Colombia pudo añadir a la lista de los participantes a uno de los mandatarios que había manifestado su intención de marginarse en caso de que se excluyera a Cuba como finalmente ocurrió.
Para Colombia esta es una buena noticia en un día en el que se informó que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, aún sopesaba asistir. Santos se aferró al optimismo y recordó que él habló telefónicamente con Correa tras su visita a Cuba, el miércoles de la semana pasada, para informarle al presidente Raúl Castro que no hubo consenso entre los 34 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) para que asistiera. “Le informé de mi visita a Cuba, me agradeció muchísimo el gesto que tuve con él, y me dijo que ‘tenemos que discutir esto entre nosotros, y vamos a ver qué decisión tomamos’. Ojalá venga”, concluyó.
El polémico tema de la droga se ha ido abriendo paso en un listado que iba desde inequidad, pobreza, desastres naturales, inseguridad y la brecha en el acceso a las tecnologías. Hoy ya no hay dudas de que en la mesa el foco estará puesto en la búsqueda de salidas audaces como la legalización. Esto porque las consecuencias del prohibicionismo hasta ahora ha sido fatales no sólo por el altísimo número de muertos sino por la consolidación de poderos carteles de la droga que, en ocasiones, han puesto a los estados contra la pared como se vio hace unos años en Colombia y ahora en México.
De ahí se explica la insistencia de Santos al indicar la autoridad que tienen Colombia y Bolivia “porque ambas hemos sufrido las nefastas consecuencias del narcotráfico”.
“Vamos a proponer en la Cumbre que se abra una discusión comprensiva y amplia, con participación de todos los países y de los mejores expertos, sobre los resultados de la llamada ‘Guerra contra las Drogas’ y sobre las diversas estrategias que podemos asumir en conjunto para terminar con este flagelo”, dijo Santos en compañía de Morales, tras un almuerzo en la Casa de Nariño, sede del gobierno colombiano.
El jefe del estado fue categórico al explicar que en la Cumbre de las Américas planteará el análisis “de todas las opciones y todos los escenarios, con el apoyo de expertos en la lucha contra el crimen organizado, de expertos en salud pública y de otros especialistas que puedan enriquecer este debate, para que avancemos hacia un consenso ilustrado sobre el escenario que queremos elegir”.
El presidente boliviano es un abierto defensor de la despenalización de la hoja de coca. “Es un error histórico”, ha dicho sobre la inclusión de la hoja de coca en la lista de sustancias bajo control internacional en la Convención antidrogas de 1961. Por eso, insiste, es el momento de “repararlo”.
Con este asunto sobre la mesa, los mandatarios ahora buscarán afinar sus propuestas para que se pasen a la realidad y no se queden en un catalogo de buenas intenciones. “Queremos que no sea una cumbre retórica sino con decisiones y resultados concretos que generen bienestar para nuestra gente”, puntualizó Santos.
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