12 marzo, 2012

Secuestros, robos, drogas... golpean universidades

La ANUIES cuenta con cifras y datos que prueban la presencia del crimen organizado y el narcotráfico en los centros de estudios superiores del país, por lo que distribuye su manual de seguridad.


Ofrenda colocada donde murieron dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey, luego de una balacera el 19 de marzo de 2010.
Ofrenda colocada donde murieron dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey, luego de una balacera el 19 de marzo de 2010. Foto: Darío León/ AFP
El 31 de mayo de 2010, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) anunció que un grupo de rectores diseñaría un manual de seguridad por los problemas de secuestro, robo con violencia y sin ella, amenaza de artefactos explosivos, creciente consumo de drogas y alcohol, abuso sexual, amenazas y extorsiones que ya se vivían dentro y en los alrededores de los campus universitarios.


La inseguridad y el crimen organizado ya golpeaban severamente a las instituciones educativas, pero el detonante de la alerta generalizada fue el fallecimiento de Jorge A. Mercado y Javier F. Arredondo, dos estudiantes de posgrado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), el 19 de marzo de 2010 durante un enfrentamiento entre miembros del Ejército mexicano y presuntos narcotraficantes en la capital de Nuevo León.
La urgencia de contar con un manual de seguridad se aceleró ante los crecientes asaltos y las extorsiones, robos de vehículo, intimidaciones y el alto consumo de drogas y de alcohol dentro de los centros educativos. En las universidades de Tampico-Madero, por ejemplo, ante el creciente problema de secuestros, se obligó a los estudiantes de Medicina a no vestir de blanco ni traer sus batas, porque corrían el riesgo de ser plagiados por organizaciones criminales.
Los incidentes se multiplicaban aquí y allá, pero los graves acontecimientos de agosto de 2011 obligaron a los rectores universitarios a prender otra vez los focos rojos.
El ocho de agosto de ese año, en el campus Atizapán del ITESM, en el Estado de México, explotó un paquete bomba que ocasionó heridas a dos maestros. Las universidades de Morelos, Guanajuato, Guadalajara, San Luis Potosí, Hidalgo y Nuevo León reforzaron las medidas de seguridad y apostaron por una exhaustiva credencialización de alumnos.
El rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Ancer Rodríguez, comentó que por lo menos se registra un asalto al día a estudiantes y personal en los alrededores de ese centro de estudios.

Aprehensión de José Antonio Ahedo y Francisco Javier Aburto Pineda, quienes intentaban secuestrar a una joven de la UNAM en mayo de 2007.
Aprehensión de José Antonio Ahedo y Francisco Javier Aburto Pineda, quienes intentaban secuestrar a una joven de la UNAM en mayo de 2007. Foto: Cuartoscuro
El nueve de agosto, en el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, se encontró un paquete sospechoso de contener explosivos, pero finalmente resultaron ser libros.
No obstante, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro, dijo que los dos hechos anteriores obligaban a reforzar las medidas de seguridad en las instalaciones de educación media superior, superior y de posgrado.
El 27 de agosto se conoció una amenaza de bomba en la Universidad Politécnica de Pachuca; el 28 de septiembre y el siete de octubre, la Universidad Autónoma de Tamaulipas tuvo que ser desalojada por amenaza de bomba, situación que también se presentó en el Instituto Tecnológico de Ciudad Madero, también en Tamaulipas, el 20 de octubre del mismo año.
La propuesta del manual de la ANUIES se enmarca en este contexto, afirma a M Semanal el director del Departamento de Derecho del ITESM, campus Toluca, Arturo Argente, quien calificó de preocupante que, de acuerdo con cifras oficiales, el consumo de drogas entre adolescentes se haya incrementado de 14 a 18.3 por ciento en los últimos cuatro años, sobre todo de inhalantes, marihuana, cocaína y metanfetaminas, drogas de bajo precio y fáciles de adquirir debido a la extensa y creciente red de narcomenudeo.
De acuerdo con el documento de resultados del "Primer Diagnóstico sobre Inseguridad al Interior de las Instalaciones de la UNAM", realizado por un grupo de estudiantes universitarios que prefirieron el anonimato, 40 por ciento de los encuestados afirma sentirse "inseguro" dentro de las instalaciones universitarias. Los principales delitos que se comenten en ellas son: robo, venta y consumo de drogas, extorsión, venta de calificaciones, agresión sexual y secuestro.
También señala que el delito con mayor crecimiento e impunidad es la venta y consumo de drogas, fundamentalmente en los planteles de la Ciudad Universitaria. Los campus con mayor venta y consumo de alcohol son la Facultad de Estudios Superiores (FES) de Acatlán, el Colegio de Ciencias Humanidades de Vallejo y la FES de Iztacala. El documento advierte: "Se percibe (que los grupos delincuenciales) que podrían tener confrontaciones por la supremacía en la periferia e instalaciones de la UNAM son los cárteles de la droga".

Un artefacto explosivo estalló dentro de la sala de maestros del ITESM, campus Atizapán, el 8 de agosto de 2011, lo que dejó dos maestros lesionados.
Un artefacto explosivo estalló dentro de la sala de maestros del ITESM, campus Atizapán, el 8 de agosto de 2011, lo que dejó dos maestros lesionados. Foto: Jorge Carballo
Eruviel Tirado, coordinador del diplomado Seguridad Nacional en la Universidad Iberoamericana, dijo a Universia México que las autoridades universitarias comenzaron a reaccionar ante el clima de violencia e inseguridad que impera en el país, y que por eso el "Manual de Seguridad para Instituciones de Educación Superior: estrategias para la prevención y atención", de la ANUIES, menciona que la inseguridad ha mostrado la fragilidad y la vulnerabilidad de los espacios educativos de nivel básico, medio superior y superior.
"La creación de este manual evidenció la delicadeza del problema que ahora enfrentan las instituciones de educación superior, al elaborar una propuesta que incluye protocolos y simulacros ante situaciones como secuestros, enfrentamientos con armas de fuego, presencia de la policía dentro de las instituciones, narcomenudeo, violaciones y amenazas de la existencia de artefactos explosivos", dijo; señaló además que se incluye una especie de "cláusula" a la autonomía de las universidades que la invalida ante una situación en la cual se "comprometa la integridad física o psicológica de la comunidad universitaria".
Tirado comentó que este manual es una herramienta que puede ayudar a organizar y operar de forma más eficiente las medidas de seguridad que se llevan a cabo en las instituciones, junto con otras acciones como el manejo de un sistema de credencialización, contar con personal de seguridad capacitado, mantener el control de los accesos y salidas, y manejar de manera eficiente los sistemas de comunicación interna y de vigilancia electrónica.
ANTIDOPING CON AUTORIZACIÓN
Argente también apuntó que la propuesta de la ANUIES de aplicar antidoping al estudiantado es una respuesta al creciente consumo de drogas entre los adolescentes, y que deberá servir de complemento a los programas oficiales de prevención de adicciones.
Precisó que de ponerse en práctica la sugerencia de la ANUIES, los exámenes antidoping deberán realizarse con la anuencia del propio alumno o de los padres de familia, pues de lo contrario se estará incurriendo en una violación a la privacidad y a la presunción de inocencia. "Deberá tenerse cuidado para que esta acción en contra de las adicciones no se convierta en un arma represora o violatoria de los derechos humanos".
El catedrático e investigador consideró que esta medida destinada a inhibir el consumo de drogas entre los estudiantes, deberá estar dirigida a sancionar fundamentalmente a los involucrados en el narcotráfico, mientras que a los consumidores detectados se les deberá someter a tratamiento, siempre bajo estricta confidencialidad.
Argente insistió en que el principal problema que alienta el creciente consumo de drogas es la ampliación de las redes del narcotráfico, que ya actúan en esquinas, calles y planteles educativos, lo que obliga a reforzar acciones de vigilancia, sobre todo en las áreas o sitios donde más concurren los adolescentes.
Alfonso Bouzas, catedrático en Derecho de la UNAM, subrayó que ante el fracaso en la guerra contra el narcotráfico, que además de miles de muertos ha extendido la red de venta de enervantes, instituciones académicas privadas han tenido que recurrir a esa clase de acciones para evitar que se continúe envenenando a los adolescentes.
Lo lamentable, subrayó, es que mientras no se pueda desmembrar a las redes del narcotráfico, muchos tipos de droga continuarán llegando a la juventud, la cual representa ganancias multimillonarias para la delincuencia.
Bouzas también calificó de incongruente que el gobierno federal asegure que se avanza en la desintegración de los cárteles de la droga, mientras que, al mismo tiempo, el propio Consejo Nacional contra las Adicciones señala que la prevalencia en el consumo, principalmente de drogas como la cocaína y marihuana, aumentó de 0.4 a 1.4 por ciento de la población en los últimos cuatro años, lo que significa un millón de nuevos consumidores.

Estudiante de la UNAM prende un cigarro de marihuana.
Estudiante de la UNAM prende un cigarro de marihuana. Foto: Misael Valtierra/ cuartoscuro
LOS DATOS
Informes de la Secretaria de Seguridad Pública federal (SSP) revelan que en los últimos años el consumo de marihuana creció de 3.5 a 4.4 por ciento, en tanto que el de cocaína aumentó de 1.2 a 2.5 por ciento, como consecuencia de una elevada oferta de dosis con costo promedio de 25 pesos.
En el reporte correspondiente a 2010, señala que el mayor riesgo de convertirse en adicto se presenta entre los jóvenes de 12 a 25 años, a quienes recurrentemente se les ofrece droga. De los escolapios en ese rango de edad, 25 por ciento aceptó que cuando menos una vez le han ofrecido marihuana, cocaína o metanfetaminas, incluso de forma gratuita o regalada.
De acuerdo a la SSP, el mercado de las drogas al menudeo en México representa más de 13 mil millones de pesos anuales, que se traducen en la venta de alrededor de seis mil 760 millones de dosis de 25 pesos cada una.
Ante ello, la ANUIES distribuyó entre sus afiliados su manual de seguridad, donde se sugiere realizar exámenes antidoping entre los alumnos, con la advertencia que en caso de que la medida sea rechazada se procederá a aplicar sanciones que van desde como la suspensión académica temporal hasta la baja definitiva. Todo ello será discutido en Campeche el 16 de marzo.

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