Quien
se siga preguntando por qué los llamados “medios de comunicación de
masas” eran tan hostiles hacia la campaña del congresista Ron Paul por
la nominación republicana a la presidencia, encontrará una respuesta en
el número del 2 de junio de la revista Time. El congresista Paul es un
estudioso de la economía profundamente formado, entre otras cosas, y un
imperturbable defensor de la libertad económica y el gobierno
constitucional limitado; la revista Time está llena de ideólogos
socialistas que muestran poca o ninguna evidencia de haber estudiado
nunca economía en absoluto.
El segundo párrafo de “How the Next President Should Fix the U.S. Economy”,
de un tal Justin Fox, explica el problema real tal y como lo ve Time:
los estadounidenses disfrutan de demasiada libertad económica. Por
tanto, la solución natural es quitarles su libertad con mayores
impuestos, más regulaciones y una mayor reglamentación de sus vidas. La
causa de todos los problemas económicos actuales, dice Time, es por
supuesto Ronald Reagan, que supuestamente recortó impuestos, se dedicó a
“eliminar regulación” y predicó “el evangelio de que los individuos
estadounidenses estaban mejor preparados para tomar decisiones
económicas que los burócratas de Washington”. ¿De dónde sacaron los
estadounidenses una idea tan estúpida?
Pero hay esperanza, dice Time. “Hay señales de que [se está acabando]
el amor de 25 años de Estados Unidos por los recortes fiscales y la
desregulación”. Una razón para esto es que el presupuesto federal está
“muy desequilibrado”. Según Time, el hecho de que la administración Bush
haya sido más gastadora (tanto en gasto interno como militar) que la
famosa administración Johnson y haya acumulado enormes déficits
presupuestarios, es una prueba de que los estadounidenses tienen
demasiada libertad y demasiado dinero en sus bolsillos. Tienen que ser
gravados más severamente en nombre del “equilibrio” presupuestario. Ni
una sola palabra dedicada a la idea de recortar gasto de ningún tipo en
un solo dólar, no digamos ya de abolir todas las burocracias públicas.
Luego están los “crecientes precios de la energía”, causados por el
aumento mundial de la demanda de energía unido al lento crecimiento de
la oferta que se ha visto bloqueado por la regulación medioambiental.
Esto incluiría las regulaciones que prohíben toda exploración
petrolífera en el 85-90% de la plataforma continental de las costas del
Atlántico y el Pacífico, así como en la mayoría de Alaska, Aunque la
regulación haya causado este problema, la “solución”, según Time, es más
regulación del sector energético.
Una tercera razón para la “esperanza” en que los estadounidenses
renuncien a su libertad económica es la crisis inmobiliaria, que también
fue causada principalmente por el ciclo de auge y declive generado por
la Fed, con un poco de ayuda de la política pública de treinta años de
obligar a los bancos a dar malos préstamos a prestatarios que no los
merecen bajo la Ley de Reinversión Comunitaria.
Sin embargo, Time quiere echar la culpa de todo al libre mercado y no
menciona en absoluto el papel de la política monetaria en la generación
de la crisis del mercado inmobiliario.
Los costes de la sanidad empezaron a girar fuera de control tan
pronto como el gobierno se vio implicado en la era posterior a la
Segunda Guerra Mundial, especialmente con la adopción de Medicare y
Medicaid. La atención y el seguro sanitario son probablemente los
sectores más duramente regulados en Estados Unidos; décadas de
regulaciones que aumentan los costes han sido la causa principal de la
“crisis de la sanidad” que preocupa tanto a los ideólogos socialistas de
Time. El control público del mercado de la atención sanitaria es el
problema; por tanto, la “solución” evidente es más control público del
mercado de la atención sanitaria, dice Time.
Justin Fox, de Time, presenta una vieja y cansina lista de la compra
de intervenciones socialistas fracasadas. Incluye proteccionismo, más
“redistribución” (alias, robo legal) de las rentas a través de sistema
de impuestos, es decir “impuestos altos para los ricos”, más gasto
populista en “infraestructuras” y altos impuestos para pagarlo, una
ronda adicional de aumentos impositivos “para acabar con el desfase
presupuestario” (cosa que, por supuesto, nunca hacen los aumentos
impositivos), otra ronda adicional de aumentos en petróleo, gasolina y
gas natural para “alejar” a los consumidores de estas cosas, aún más
aumentos impositivos en forma de eliminación de deducciones por
intereses de hipotecas, que “cuestan al gobierno alrededor de 80.000
millones de dólares al año” y, por supuesto, medicina socializada, cuyos
aumentos impositivos superarán absolutamente todos los demás aumentos
impositivos antes mencionados. (Time promete explicar cómo “hacer que
funcione la atención sanitaria universal” en otro artículo. Estoy
esperando).
Lo que implica el “arreglo” de Time es esencialmente la “suecización”
de Estados Unidos, donde la familia trabajadora media entrega por
encima del 65-70% de sus ganancias a los burócratas públicos, con unos
aumentos de precios inducidos por la regulación de tal vez otro 10%.
Todo esto tiene que hacerse además al principio de la próxima
administración, pues “aplazar el cambio no será una opción durante mucho
tiempo”. Es una receta perfecta para empobrecer Estados Unidos.
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