Corbis
Y, además de lidiar con las fuerzas
financieras que amenazan con desmembrar al euro, han estado intentando
disponer los cimientos para un futuro más seguro a través de la creación
de un pacto fiscal que acercará a Europa a tener un único ministro de
Finanzas. Los gobiernos individuales perderán sus facultades para gastar
y aplicar impuestos, lo que acercará a la zona euro un paso más hacia
un estado federal.
La necesidad de acelerar la unidad política es de primordial
importancia si el euro ha de sobrevivir. Sin ella, las diferentes
políticas fiscales de gasto y las distintas tasas de crecimiento pondrán
una vez más en duda al proyecto.
Las promesas de los líderes europeos de incrementar el impulso bien
podrían evitar el contagio que amenaza a los deudores de la eurozona y
demostrar ser instrumentales en la salvación de la moneda misma.
Sin embargo, una mayor unidad fiscal no es lo que quieren los europeos.
Esta conclusión más bien impactante proviene de un nuevo sondeo de
opinión realizado por Pew Research Center, firma con sede en Washington,
el cual muestra que la integración está lejos de ser popular.
Entre los 8.000 encuestados de toda la región, solo el 34% creía que
la integración económica había fortalecido la economía de su país.
Aunque hubo poco respaldo real a abandonar la eurozona en este
momento, un promedio de apenas el 37% de los encuestados en las cinco
importantes economías de la zona euro -Alemania, Francia, España, Italia
y Grecia- consideraron al euro "algo bueno". La mayoría de los europeos
está "profundamente insatisfecho" con la dirección que están tomando
sus países, según Pew.
Otro punto interesante fue que Alemania es considerado el país más
admirado de la región y su líder, Angela Merkel, la más respetada.
Esta evidencia irrefutable de que la integración política no está en
el camino que la mayoría de los europeos quieren recorrer, surge en un
momento difícil para los líderes europeos.
Aún hay enormes interrogantes sobre si Grecia aceptará los términos
de su último rescate y, con el gobierno español viéndose obligado a
salvar a uno de los bancos más grandes del país, Bankia, con un préstamo
mucho mayor al esperado, las dudas se ciernen sobre la capacidad de
España para sobrevivir sin un rescate para sí misma.
A medida que los costos del servicio de deuda del país escalan cerca
de los niveles que llevaron a otros deudores - como Grecia, Irlanda y
Portugal- al borde del precipicio, los líderes europeos bien podrían
verse enfrentados a un rescate de una escala que nunca antes
contemplaron.
Y eso lleva a preguntarse, todo el dinero que se está gastando, todo
el sufrimiento económico y todos los conflictos personales que se están
soportando para salvar a la moneda única, ¿son para un proyecto que el
propio pueblo europeo no está preparado para respaldar?.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario