05 junio, 2012

El presidente Correa protagonizó la Asamblea General de la OEA al arremeter contra el organismo

El presidente Correa protagonizó la Asamblea General de la OEA al arremeter contra el organismo


Foto: REUTERS / Gary Granja
(Bolivia, 4 de junio. EFE).- La OEA aprobó hoy la “Carta Social de las Américas” para promover los derechos colectivos en medio de fuertes críticas a ese organismo por parte del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, quien con el anfitrión, Evo Morales, fueron los únicos mandatarios presentes en la cita de cancilleres.



La Asamblea General del organismo continental, que llevó a cabo su reunión en la ciudad boliviana de Cochabamba, emitió en la jornada esta “Carta Social”, la cual complementaría la Carta Democrática Interamericana, que establece que la democracia es esencial para el desarrollo.
No obstante, frente a sus conceptos genéricos, que aluden a que “los pueblos de América tienen una legítima aspiración a la justicia social y sus Gobiernos la responsabilidad de promoverla”, y en los que se nota la ausencia de metas concretas y plazos de aplicación, Correa criticó fuertemente a la misma Organización de Estados Americanos.
Al referirse a ésta señaló que no es optimista que mañana resulte algo concreto sobre las reformas que reclama en el sistema interamericano de derechos humanos, al tiempo que opinó que hay demasiados organismos de integración en América, con demasiadas cumbres, y que los pueblos pueden cansarse de los mandatarios en tantas reuniones “mientras ellos continúan en el abismo”.
El mandatario ecuatoriano señaló que hoy en día varios países de la región están cansados del “neocolonialismo”.
Ante las réplicas que hizo al organismo multilateral, el mandatario ecuatoriano señaló a Efe que para él era “muy importante” dirigirse a la Asamblea, toda vez que, dijo, como presidente ha “sufrido” gravísimos hechos” de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de la Relatoría de Libertad de Expresión y, como tal, tiene “grandes cuestionamientos con la marcha de la OEA”.
En consecuencia, planteó la necesidad de que la OEA cuente con una instancia presidencial, a mayor nivel que la Asamblea, una propuesta que, según indicó, debe perfeccionarse para ponerle freno a la “burocracia” influida por los “países hegemónicos”.
Hemos dejado que crezca una burocracia, insisto, que malentendió la autonomía y se creyó por encima de los Estados, con agenda propia, con claros compromisos, totalmente influida por países hegemónicos, oenegés con sus agendas, el gran capital de todos los medios de comunicación”, manifestó Correa, quien precisó que aún no hay un plazo para formalizar la iniciativa.
Asimismo, el mandatario ecuatoriano señaló que hoy en día son varios los países de la región que están cansados del”neocolonialismo”, algo de lo cual, refirió, tiene mucho la OEA al tomar “decisiones trascendentales”, y abogó por una “integración integral” como la que aseguró se lleva a cabo en la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
“Es necesario que CAN y Mercosur confluyan en ese nuevo concepto. No es fácil. Por ejemplo, en la CAN hay dos países (Colombia y Perú) que firmaron tratados de libre comercio. Mercosur ha sido muy reacio a ese tipo de tratados, lo mismo que Unasur (…) Es muy complejo, pero no imposible”, destacó.
En su discurso acusatorio contra la OEA, la trató de ineficaz ante situaciones “coloniales” como la de las islas Malvinas, las cuales son reclamadas por Argentina al Reino Unido, o el embargo de Estados Unidos a Cuba.
Reiteró con verbo encendido sus ataques a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), a los medios de comunicación -a los que acusó de manipular, mentir e injuriar día a día-, a las oenegés de los países desarrollados y a quienes “satanizan” a los Estados y la política pública.
El mandatario aseveró que instituciones como la OEA y la Cidh deben “revolucionarse o desaparecer” para adecuarse a los cambios políticos en la región.
Con respecto de esta última señaló que opera como una de esas organizaciones no gubernamentales, y destacó que aunque tuvo un valor histórico en la lucha contra las dictaduras militares de Latinoamérica, ahora que estos países “están gobernados por demócratas” se les trata “peor que a los regímenes dictatoriales”.
En esa línea de ideas, sostuvo que “en el ámbito de los derechos se vive la satanización del Estado y la política pública” por parte de oenegés que, agregó, “por más que se definan como sin fines de lucro tienen muy claros intereses”.
Además planteó la necesidad de que la OEA cuente con una instancia presidencial.
Finalmente, resaltó que los “procesos revolucionarios de Latinoamérica” están “cambiando la relación de poderes en función de las mayorías”, para acabar con Estados que calificó de burgueses, aparentes e incluso “de plastilina”.
Sus palabras fueron secundadas al final de la jornada por el mandatario Venezolano, Hugo Chávez, quien dijo, en declaraciones transmitidas por el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), que si no hay cambios “hay que acabar” con la OEA, y respaldó la creación de mecanismos en los “espacios geopolíticos de unidad” que están naciendo en América Latina.
Chávez también se preguntó: “¿Y para qué Cidh?”, y al respecto señaló: “Vamos a crear nosotros nuestros mecanismos en estos espacios geopolíticos de unidad, de integración que están naciendo”, tras lo cual acusó a Estados Unidos y Canadá de estar “tratando de bloquear los cambios”.
El presidente de Venezuela manifestó el pasado 30 de abril la disposición de su país a abandonar la Cidh después de que el recientemente creado Consejo de Estado venezolano emita un dictamen al respecto.
Por su parte, la secretaria adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental de EE UU, Roberta Jacobson, pidió desde Cochabamba consenso y no imposiciones inmediatas en el proceso de reforma del sistema interamericano de derechos humanos, a debate en la Asamblea General.
Jacobson afirmó que es optimista en que se podrá llegar a un consenso para continuar el diálogo con la participación de la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, sin que los Gobiernos puedan imponer “tan pronto” sus opiniones sobre los cambios para perfeccionar el sistema.
“Todos nosotros queremos reformar y perfeccionar la OEA y las instituciones, pero eso significa que tenemos que trabajar constantemente para llegar a un consenso (sobre) cómo podemos implementar ese objetivo”, puntualizó.

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