07 julio, 2012

Comienza pugna interna en el Partido Acción Nacional; se disputan dirigencia y control camaral

Comienza pugna interna en el Partido Acción Nacional; se disputan dirigencia y control camaral

Adeptos al presidente Calderón y al líder nacional Gustavo Madero buscan colocar a sus piezas en posiciones clave

Leticia Robles de la Rosa, Georgina Olson
  • La dirigencia nacional del panismo y las futuras coordinaciones parlamentarias en el Congreso de la Unión están en el centro de la lucha. Foto ESPECIAL.
    La dirigencia nacional del panismo y las futuras coordinaciones parlamentarias en el Congreso de la Unión están en el centro de la lucha. Foto ESPECIAL.
 CIUDAD DE MÉXICO, 7 de julio.- Aún no transcurre una semana de los comicios en los que Acción Nacional perdió la Presidencia de la República y ya comenzó la disputa interna por el control del partido.
La dirigencia nacional del panismo y las futuras coordinaciones parlamentarias en el Congreso de la Unión están en el centro de la lucha en la que ya hay dos protagonistas centrales: los allegados al presidente Felipe Calderón y los del líder nacional, Gustavo Madero.

Los calderonistas buscan lograr los votos que les permitan destituir a Madero, debilitar a su grupo y con ello quedarse con las coordinaciones legislativas.
Los maderistas, a su vez, luchan por mantener su hegemonía. Luis Alberto Villarreal, uno de ellos, se perfila como fuerte aspirante a encabezar la futura bancada del PAN en San Lázaro.
Otros nombres mencionados son el del actual senador Rubén Camarillo y el de José González Morfín, amigo del presidente Felipe Calderón.
Y en el Senado, uno de los hombres que fue mano derecha del Presidente, Ernesto Cordero, es mencionado como fuerte candidato de ese grupo; mientras que Héctor Larios es señalado como propuesta del maderismo.
Todas estas pugnas pasan necesariamente por el control de la presidencia nacional del PAN, donde los maderistas tienen aún mayoría.
Inician panistas el jaloneo por los liderazgos
A sólo cinco días de las elecciones en que perdieron la Presidencia de la República, los panistas arrancaron el activismo interno en dos principales frentes: los maderistas y los calderonistas, que no sólo se disputan las próximas coordinaciones en el Congreso de la Unión, sino la misma dirigencia nacional, que hoy encabeza Gustavo Madero.
Ayer, el activismo se incrementó considerablemente. Del lado de los calderonistas, para lograr los votos que les permitan destituir a Gustavo Madero, debilitar a su grupo y con ello quedarse con las coordinaciones legislativas; del lado maderista, para refrendarse en la dirigencia nacional del PAN y colocar a sus alfiles en las coordinaciones del Congreso.
Hasta el momento, para la próxima bancada en la Cámara de Diputados, el nombre de Luis Alberto Villarreal se coloca como el más fuerte, pues amén de que es un maderista desde hace años, jugó un papel relevante en el despunte del panismo para conservar la gubernatura de Guanajuato, luego de que el PRI comenzaba a avanzar, de acuerdo con las encuestas, lo cual le ha ganado simpatías de varios de los candidatos ganadores.
También se menciona al senador Rubén Camarillo, pero su papel como coordinador nacional de la campaña federal en 2012 le generó varias críticas; ello muestra su candidatura con la debilidad de que provoca divisiones.
Además está José González Morfín, amigo del presidente Felipe Calderón, actual coordinador de los senadores panistas y a quien se le considera como un aspirante natural a esa posición.
En el Senado, los calderonistas impulsan a Ernesto Cordero, mientras que los grupos más conservadores, y que pueden contar con el apoyo de los maderistas, apuestan por Héctor Larios, en caso de que el cómputo distrital les alcance para que ingrese, dado que está en la posición nueve de la Lista Nacional.
La disputa está también por la dirigencia nacional del partido.
Los maderistas, que tienen ahora más de la mitad de los 381 integrantes del Consejo Nacional, único órgano que puede destituir a Madero, buscan incrementar sus simpatizantes para mantenerlo en la dirigencia nacional y evitar que los calderonistas dominen el Congreso.
De acuerdo con información obtenida con varios de los panistas que han comenzado este cabildeo interno, las declaraciones de ayer de Miguel Ángel Yunes reflejan el sentir del grupo que está con Gustavo Madero: Roberto Gil Zuarth debe renunciar a su posición plurinominal en el Senado, porque es el único responsable de la derrota presidencial del PAN, dado que fue él y su equipo quienes diseñaron y manejaron dinero, estrategias, espacios televisivos y toda la estructura del partido para apuntalar a Josefina Vázquez Mota.
Y los maderistas muestran argumentos: ganaron posiciones en Nuevo León, Baja California, Baja California Sur, Estado de México, Guanajuato, Veracruz y Nuevo León, con los candidatos que fueron impulsados y decididos por el CEN, donde Gustavo Madero operó para el triunfo, dado que en el resto de los estados tuvo poco margen de operación.
En el Estado de México, por ejemplo, la candidatura de Luis Felipe Bravo Mena para la gubernatura llevó al PAN a una votación de 580 mil sufragios, y fue coordinada por los calderonistas; en este 2012, Ulises Ramírez coordinó la campaña en la entidad y el PAN obtuvo un millón 255 mil 500 votos en la elección presidencial.
Pero del lado de los calderonistas, el argumento constante es que como presidente nacional del PAN, Gustavo Madero es el responsable único de la derrota de este 1 de julio.
Y el cabildeo se centra en el hecho de que de acuerdo con el artículo 49 del Estatuto General del PAN, se requiere de las dos terceras partes de los presentes en la sesión plenaria del Consejo Nacional para una destitución, y hasta el momento, de los 381 integrantes del Consejo Nacional, Gustavo Madero cuenta con el respaldo de 129 de los 254 que se requieren para la mayoría calificada que lo ratifique como presidente nacional del partido; justo esos 129 simpatizantes impiden que los calderonistas junten las dos terceras partes que requieren para destituirlo.
En el escenario, de acuerdo con los panistas consultados, está un hecho inédito en estos seis años, que la disminución natural del poder presidencial, por su inminente final, lastimará los afanes de los operadores que acostumbran a presionar a los consejeros que son empleados del gobierno federal para que voten por posiciones que presuntamente impulsa Felipe Calderón en el interior del partido.
¿Y qué hacemos con Fox?
En la reunión del martes en Los Pinos, cuando una veintena de líderes panistas se reunieron con Calderón, hubo otros temas:
- Entre los asistentes se logró el consenso sobre el tratamiento que se debía dar al caso del ex presidente Vicente Fox.
- Fue a sugerencia de Diego  Fernández de Cevallos, quien expuso que no había que enredarse en este asunto, porque “lo que Fox quiere es que lo expulsemos”.
- De ahí derivó la idea de manejar el caso de la posible salida del guanajuatense con el alegato de que “él solito ya se excluyó del partido”.
- En la mesa de propuestas quedó la del futuro senador Ernesto Cordero de impulsar a Rogelio Carbajal como próximo secretario general del PAN.
Calderón empuja los cambios en la cúpula
La comida del martes pasado en Los Pinos, oficialmente convocada por el presidente Felipe Calderón para hacer un reconocimiento a la ex candidata Josefina Vázquez Mota, se convirtió en una catarsis del anfitrión, quien repartió regaños por los malos resultados electorales y los errores de la campaña del PAN.
De acuerdo con versiones de algunos de los 18 asistentes a la encerrona del 3 de julio, el mandatario habría ventilado su intención de adelantar el relevo de Gustavo Madero, dirigente nacional del partido, ahí presente.
Aunque el acuerdo final ese martes fue que sólo se renovara la estructura del Consejo Ejecutivo Nacional del PAN, a partir de ese momento se inició una pugna por las riendas del instituto político y su obligada refundación.
A esa redefinición del partido y sus principales cargos obedecen las reuniones que la noche del jueves y la tarde de ayer encabezó el Presidente, otra vez en Los Pinos, con un grupo más reducido de panistas, cuyo común denominador es la cercanía personal con Calderón.
Por ello, a los nuevos encuentros, que podrían continuar este fin de semana, ya no fue convocado el dirigente del PAN.
Si bien Vázquez Mota sí recibió invitación para la cena de antier y la sesión de este viernes, la ex abanderada presidencial declinó, en vista de que este sábado inicia vacaciones familiares.
Paralelamente, otras corrientes de panistas no calderonistas definirían este fin de semana su respectiva estrategia para fijar postura y emprender negociaciones el lunes siguiente, con base en directrices que habría dejado entrever el mandatario en la encerrona del martes.
En esa comida del día 3, según testigos de la reunión, el Presidente le propuso a la ex candidata panista que asumiera la próxima dirigencia del blanquiazul, colocándose al frente del proceso de recomposición del partido.
Vázquez Mota, sin embargo,  de inmediato rechazó la oferta, confirmaron tres fuentes. Ante tal negativa, el Presidente habló de seguir la tradición del PAN, de cambiar el liderazgo cuando hay saldo crítico en las urnas.
Al plantear la salida de Madero, Calderón sugirió dos prospectos para encabezar al partido: su hermana, la ex senadora y ex candidata al gobierno de Michoacán, Luisa María Calderón, Cocoa, y Salvador Vega Casillas, ex secretario de la Función Pública, y senador plurinominal. Entre los comensales, nadie hizo comentario alguno al respecto.
En la encerrona, que duró casi tres horas, también hubo reclamos de Josefina, quien particularmente se refirió a las ausencias de ex dirigentes del PAN e integrantes del gabinete que jamás hicieron acto de presencia ni para volantear en ningún acto de la campaña.
El Presidente hizo eco al señalamiento de la ex candidata y se mencionaron los casos de César Nava y Germán Martínez.
Calderón ventiló su enojo por la derrota del domingo primero que colocó al partido en el tercer lugar del mapa político y regañó a su ex secretario particular, Roberto Gil Zuarth, quien fue el coordinador de la campaña presidencial, porque lo que se hizo, reclamó, “estuvo mal”.
Tocó enseguida el turno a Madero, a quien le reclamó que hubiera puesto en la lista de diputados plurinominales a su secretario particular, Jorge Villalobos, desplazando al ex alcalde de Tijuana Jorge Ramos Hernández.
Los cuestionamientos presidenciales subieron de tono cuando se refirió a los ínfimos resultados del PAN en el Distrito Federal y el Estado de México, donde la presencia blanquiazul se redujo al punto de nulificarse.
En el mismo sentido, por la pérdida de dos delegaciones antes en manos del PAN, Miguel Hidalgo y Cuajimalpa, en el Distrito Federal, donde la presencia blanquiazul se redujo a Benito Juárez, el mandatario se mostró apesadumbrado y calificó la situación como un desastre y cuestionó la gestión de Mariana Gómez del Campo.
Hubo también cuestionamientos a los gobernadores Emilio González, de Jalisco, y Marco Antonio Adame, de Morelos, entidades donde el PAN se fue hasta el tercer lugar en los comicios presidenciales y estatales.
A modo de consuelo, alguien comentó que en el Senado les había ido bien. La acotación molestó al Presidente y reviró que donde el PAN ganó es porque en esos lugares el PRI y el Verde no había ido en alianza.
Hacia el cierre de la tensa comida, Calderón añadió escuetamente una posible causa de los malos resultados electorales: Tal vez en el gobierno cometimos algunos errores, dijo.
Para afinar la estrategia a seguir, ayer a Los Pinos fueron Cordero, Luis Felipe Bravo Mena, Germán Martínez, César Nava, Luisa María Calderón, Roberto Gil Zuarth y Javier Lozano, así como el cuñado del mandatario, Juan Ignacio Zavala, y su hijo del mismo nombre y María Fernanda Caso.
En mangas de camisa...
Poco antes de las cuatro de la tarde de ayer fueron llegando a Los Pinos visitantes en varias camionetas, pero la cerrada lluvia impedía distinguir de quién se trataba. Después de dejar a sus jefes en el interior de la residencia oficial, los choferes permanecieron afuera de la puerta Uno hasta poco antes de las seis de la tarde.
A las 18:40 horas esta puerta se abrió y salió Luis Felipe Bravo Mena, panista de viejo cuño, dirigente nacional de ese partido de 1999 a 2005, conduciendo su propia camioneta. Con expresión adusta, se despidió con familiaridad de uno de los militares.
Diez minutos después se volvió a abrir la puerta Uno. Detrás está un pequeño patio y luego una puerta de seguridad que da paso a los jardines.
Parados en la entrada de la puerta de seguridad conversaban Ernesto Cordero, quien aspiró a la candidatura panista a la Presidencia, con César Nava, diputado y ex dirigente de Acción Nacional.
Cordero llevaba una camisa azul cielo arremangada y se le veía muy sonriente. Nava, en cambio, vestía de traje. Parecían esperar sus vehículos…
De pronto Cordero volvió a cruzar por la puerta de seguridad, regresó a los jardines de Los Pinos y caminó un tramo por el adoquín; al parecer había olvidado algo. Después regresó. Seguía sonriente.
Nava salió momentos después a bordo de una camioneta blanca.
A las 18:53 horas salieron una a una las ocho camionetas azul marino del convoy que acompaña al presidente Calderón y se acomodaron afuera de la puerta Uno. Permanecieron ahí hasta las 19:05, cuando salió otra camioneta azul más pequeña y juntas salieron todas a gran velocidad.
Volvieron a entrar a Los Pinos a las 19:08. Una de ellas se metió por la puerta Uno; ahí se subió el presidente Calderón y volvieron a irse. En el convoy iba el presidente con rostro despreocupado, al parecer mascando chicle.

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