El canto de las “sorianas”
La izquierda carece de pruebas. Sin pudor alguno, siembra la semilla de la duda en un terreno fértil para la especulación y la sospecha.
José CárdenasUn coro similar, en apariencia convincente y en el fondo perverso, se escucha en el ambiente poselectoral.
Es el canto de las “sorianas”.
Andrés Manuel López Obrador y su Movimiento Progresista denuncian la compra de votos mediante tarjetas prepagadas; violación de los topes de gasto de campaña; la conjura televisiva contra el pueblo de México —representado por las izquierdas, desde luego–; el dinero sucio procedente del crimen organizado para financiar la campaña de Peña Nieto.
El Movimiento Progresista se justifica: “Las denuncias son medidas para defender el voto, la democracia y la dignidad de los mexicanos… acciones pacíficas, respaldadas por la Constitución… es parte de la lucha política por una transformación del país a través de vías institucionales y legales…cada partido político, cada candidato, están en su derecho de ejercitar las acciones que la ley establece”.
La PGR, la Unidad de Fiscalización del IFE y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, investigan.
Pero… en este caso, la izquierda carece de pruebas. Sin pudor alguno, siembra la semilla de la duda en un terreno fértil para la especulación y la sospecha. Envenena las aguas.
López Obrador sabe que la compra de votos es insuficiente para tirar la elección… que las causales abstractas para sustentar la inequidad electoral difícilmente convencerán al Tribunal Electoral… que el financiamiento ilícito, tampoco da para mucho… la comprobación de tal crimen podría demorar años.
Sin embargo, aun si las acusaciones financieras, bancarias y de compra del voto no pudieran ser convertidas en causales de invalidez, nada se resolvería, es más, se agravaría, en los campos de la siembra de opinión pública desfavorable al PRI y el acoso social, callejero y mediático.
En el cuartel de López Obrador hay una idea insistente: convertir la victoria de Peña Nieto en el peor de los casos para el Tribunal… en la más pírrica de todas las victorias.... mantenerlo bajo presión, cercarlo e impedirle gobernar desde el primero hasta el último día.
El canto de las “sorianas” no es jurídico sino mediático. Las pruebas del supuesto fraude resultan otra maniobra para poner en peligro la estabilidad política del país… y ofender la dignidad de los 50 millones de mexicanos que votaron el 1 de julio.
MONJE LOCO: La exoneración por la PGR de Miguel Ángel Osorio Chong y sus hermanos, acusados de enriquecimiento ilícito (usando para ello documentos falsificados del banco HSBC), le ha dado tranquilidad no sólo a los interesados, sino al equipo de transición de Peña Nieto. Así como esa causa cayó por su propio peso, infundios, falsedades, documentos apócrifos, acusaciones por lavado de dinero y similares, dirigidas contra el PRI, correrán la misma suerte. Por eso la dirigencia tricolor ha presentado una denuncia contra quienes los han acusado. Sin embargo, eso no evita las preocupaciones. Aunque para el PRI, López Obrador sea un fanático calenturiento y mentiroso, aunque no sepa perder, es un tren que ya no puede parar… aunque quisiera, la inercia lo arrastra… y este es otro cuento de nunca acabar.
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