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Rallo comenta las últimas medidas anunciadas por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que incluyen la subida del IVA y el recorte del salario a los funcionarios, y apunta a que, a pesar de los ajustes, los riesgos de impago de España no están ni cerca de ser eliminados.
"Hasta ahora, el Gobierno ha intentado mantener el sobredimensionado sector público subiendo los impuestos a las familias y a las empresas", recuerda el economista. "Como muchos de sus colegas al frente de los gobiernos europeos, el señor Rajoy ha preferido imponer austeridad en el sector público antes que en el Estado".
Adiós a la burbuja: se dispara el déficit
A pesar de las críticas, defiende que es un paso en la dirección correcta, aunque lejos de dejar a España en una posición sólida, y tampoco aseguran que vaya a cumplir con el objetivo de déficit del 6,3% de este año. Y vuelve a apuntar al sector público."La parte triste de esta historia es que la hinchazón del sector público español es bastante reciente. El gasto del gobierno se infló gracias a los ingresos extraordinarios que provenían de la burbuja inmobiliaria", argumenta.
Y da datos: "Entre 2001 y 2007, los ingresos totales crecieron un 67%, mientras los gastos lo hicieron un 57%. España tuvo superávits presupuestarios moderados durante algunos de esos años, pero se esfumaron cuando desaparecieron los ingresos de la burbuja y los ingresos siguieron creciendo. Un superávit del 1,9% en 2007 se convirtió en un déficit del 11,2% solo dos años después".
Al final de 2011, el gasto público era un 75% mayor (un 33% si se ajusta a la inflación), que una década antes, y Rallo apunta a que España tendría hoy equilibradas las cuentas si hubiera congelado su gasto per cápita durante la burbuja 2001-2007, como hizo Alemania. Por ello, si España quiere cuadrar sus cuentas, "solo necesita pinchar la burbuja del sector público que nació de las burbujas financiera e inmobiliaria", propone.
Recortar las partes más infladas del sector público
Así, por ejemplo, el gasto público se reducirí en 21.000 millones si los ingresos y el número de funcionarios por ciudadano volviera a niveles de 2011, y si las pensiones fueran recortadas, en términos reales, a niveles de 2001, el gasto se reduciría en otros 20.000 millones.Algo parecido se podría hacer con los subsidios al desempleo, con un ahorro de entre 15.000 y 20.000 millones, y más de 20.000 millones si se eliminaran subsidios a industrias no productivas, asociaciones, sindicatos y políticos.
"En otras palabras, racionalizando algunas de las partes más infladas del sector público supondría un ahorro de unos 80.000 millones de euros. Con ello se reduciría el déficit en un 90%, sin ninguna subida de impuestos".
Para concluir, Rallo recomienda que si España quiere crecer y no solo estabilizarse, necesita tanto recortes de gasto como recortes de impuestos, "precisamente lo que el PP prometió antes de las elecciones, es hora de que Rajoy cumpla con esa promesa".
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