09 julio, 2012

Los de allá

Los de allá

UNA COLORADA  (vale más que cien descoloridas)
Por: Lilia Cisneros Luján.

De nuestra relación con el vecino del norte, tenemos siempre presente el tema migratorio, en menor escala el referente histórico de la anexión de una buena parte del territorio que durante la colonia española nos pertenecía y, últimamente, episodios relacionadas con conflictos derivados del TLC, como el caso del transporte sin obviar los dimes y diretes que rozan con el tráfico y consumo de drogas, armas y personas.

No son pocos, los que tienen o han tenido un familiar más allá del río Bravo; y si no es el caso, cuando menos ha sido destino turístico -alguna de las atracciones para niños como Disney y los acuarios o de adultos como Las Vegas, los centros de ski y otros- e incluso para cuidado de la salud, bajo el supuesto de que los sajones están mucho más adelantados que los hispanos. En el último quinquenio aumentó el flujo de migrantes de clase media y alta huyendo de la inseguridad. Desde profesionistas y gente exitosa, hasta empresarios agobiados por las exigencias del crimen organizado, inicialmente se establecieron con cierta holgura económica y social, en Texas, California, Illinois y otros estados; pero todo parece dar un vuelco a partir de “la crisis financiera” global.
“Desde hace 73 años yo vivo en este pueblo, porque aquí nací, de aquí soy y nunca había visto cerrar tantos negocios”, se quejan en ese español que mezcla el “parquear con el ansina” de los mexicanos atrapados en las consecuencias de los tratados de Guadalupe Hidalgo. Los dueños de “restoranes” y talleres mecánicos de poblaciones, en el valle de Texas, afirman con cierta impotencia “los únicos que pueden hacerla, son los de las cadenas” y eso porque contratan a la gente solo para los días en que hay comercio, y si no les da, de plano cierran”, le comparten, los gerentes mientras le atienden en lo que queda de Taco Bell o la comida Tex Mex. “yo apenas llegué hace 8 meses, pero creo que me voy a regresar aunque la verdad me da miedo, la inseguridad”, nos dijo una joven mesera, que estaba a punto de ingresar a la universidad de Monterrey, antes de buscar nuevos horizontes. El sueño americano para esta gente que no sabe si mañana tendrá ingreso y regresará a casa cansada y casi sin un dólar en la bolsa, se ha diluido porque “aquí estudiar es muy caro, ni pensar en la universidad y como sea la discriminación se siente”.
Hay médicos, trabajadores sociales y hasta enfermeras con raíces, en Matamoros, Reynosa o Monterrey, que con dolor reconocen no haber visto a sus familias en meses “da miedo lo que está pasando, no queremos que nos secuestren o nos maten en los caminos y ni como traerlos, ya ve como está la migra, mejor ni moverle”. Y ya que de esto hablamos, es conveniente tener presente que la repatriación de migrantes también tiene una ángulo financiero y de posible golpeteo político contra el actual presidente de los Estados Unidos, pues según cifras recién entregadas al congreso, supone una inversión de entre $11 mil y $25 mil millones de dólares, para regresar a su países de origen a poco más de un millón de personas sin papeles. Diez mil dólares por cada individuo, que regresa la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (ICE), dicen unas fuentes del país, en tanto que otros elevan la suma a 23 mil, pues ello incluye el costo de identificación, arresto y detención antes de la deportación. En la meca del consumismo y los negocios, deportar personas se ha convertido justo en eso. Por este tema tienen presupuesto oficinas como el Departamento de Seguridad, el Comité senatorial del mismo tema y una serie de empresas privadas ligadas a las cárceles y centros de detención. Sorprende por ello, que aun cuando hay reacciones positivas, a favor de “bajarle” a la persecución de personas que parezcan ilegales, no hay una verdadera intención de cambiar de políticas. Prevenir el flujo de extranjeros o no considerar como “deportables” a los que no hayan cometido delitos, según anunció el titular del ejecutivo apenas en agosto, es más barato; pero ninguna burocracia está dentro del marco de reducir tales presupuestos aun cuando la crisis esté agobiando a la nación dirigida por Obama.
Al conocer del costo de analizar 300 mil casos de “deportables” -un estimado de trecientos mil millones de dólares- los latinos sonríen e interpretan las medidas anunciadas por Obama como una suerte de amnistía administrativa de facto, pero ni aun así piensan en la posibilidad de regresar: “Yo tengo un rancho en Veracruz, porque mi padre murió hace un año y a mis hermanos no les interesa; pero de verdad, no me quiero arriesgar a que dañen a mis hijas y mi esposa, ni siquiera fui a la ceremonia de difuntos que allá se estilan”. “Pues mire, aquí con lo que ahorré de mi trabajo con el taxi, ya me compré otra camioneta y una “traila” que rento, con eso podemos vivir bien aquí en Mc Allen” “Uno siempre añora la patria, tal vez los que ya nacieron de este lado no lo entienden ni lo sienten, pero en México no se puede, el único que puede cambiar las cosas es López Obrador”. ¡Eso si que fue una sorpresa!, varios grupos se nos acercaron tratando de resolver dudas acerca de la forma de votar; para un buen número de nuestros entrevistados, Andrés Manuel -allá no le dicen el peje- es la única salvación.
El tema de la venta de armas, también tiene un enfoque muy distinto. “Oiga que mal que los dos presidentes, el de aquí y el de allá, digan que no sabían nada, pues ¿entonces como gobiernan?” “Para mi lo de la venta de armas no tiene nada de malo, es un negocio, como cualquiera, si están en orden los compradores y las pagan está “güeno”; si a los armeros les va bien, ellos pagan impuesto y eso ayuda a la economía de aquí” “Que México no ande chillando, si no quieren que entren armas, pues que pongan al tiro a los aduaneros, porque de verdad ignoran es como andan los negocios por debajo del agua de los burócratas, ya ni la pena perdonan” “Por eso es bueno que llegue López Obrador, yo lo prefiero, porque es honrado, trabajador y luego de andar recorriendo el país durante seis años, pues tiene mas colmillo que estos “perjumados” ¿Qué quien aquí? nos da lo mismo de todas formas estos estiran y aflojan la cuerda como mas les convenga, con que uno ande derechito no pasa nada y las oportunidades son mejores. Así es como hablan, piensan y sienten los de allá.

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