31 julio, 2012

México: Es un error crear más universidades públicas

México: Es un error crear más universidades públicas – por Santos Mercado

La Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, preocupada por la educación en México, le cortó las alas y las ilusiones a más de cien mil jóvenes que pretendían ingresar en el próximo año lectivo.
En efecto, se presentaron 121,970 aspirantes y solo 11,116 fueron aceptados. El 90% fueron rechazados y declarados no aptos para entrar a la “máxima casa de estudios”.

La burocracia universitaria alega que escogió a los mejores alumnos, sin embargo de esos 11,116 obtendrán título universitario menos de mil alumnos, es decir, menos del 10%. Quiere decir, que la probabilidad de fracaso para un alumno admitido es de 90%.
Si la mayoría de los aceptados termina expulsado por la institución, sin título qué presumir, lo menos que se puede decir es que su método de selección es deficiente.
De los mil alumnos que terminan con un título universitario, solo el 30%, es decir, 300 alumnos trabajará en el campo de estudio, digamos que son los que aplican lo que aprendieron, los demás salen a buscar chamba de lo que sea.
De estos 300 alumnos que aplican lo que estudiaron la inmensa mayoría lo hace como empleado de alguna empresa o institución del gobierno. Es decir, terminan como robots de quincena que reciben órdenes y aplican.
Bueno, para no ser tan drásticos, quizás dos de los nuevos profesionistas de la UNAM sale con ganas de poner su propia empresa y uno para ser científico. Precisamente estos tres nuevos profesionales serían los frutos verdaderos y valiosos que produce la UNAM.
¿Cuánto dinero se usa para formar estos tres profesionales valiosos? 32mil millones de pesos en 2012. Yo diría que no se justifica ese gasto, que los resultados son sumamente pobres y que se requiere modificar las políticas educativas de la UNAM y de todo México.
Toda esa millonada se maneja a fondo perdido y con el discurso patriotero de que “no es gasto, sino una inversión que el nuevo profesionista regresará en beneficios a la patria”. Demagogia fascista.
No podemos seguir con la filosofía educativa de formar empleados, pues la necesidad más apremiante de México es la de formar empresarios que den trabajo a otros.
No se puede desdeñar el aprendizaje de un segundo idioma pues de otra manera seguiremos al margen de la ciencia, de los negocios internacionales y de los buenos empleos pues todos usan el inglés. Actualmente nuestros egresados salen con un nivel de reprobados en el idioma anglosajón. Desde luego que también deben dominar perfectamente el español.
Pero la universidad pública está incapacitada y desinteresada de dar cultura emprendedora y un idioma internacional. Sus traumas ideológicos de izquierda le impiden ver las necesidades de una economía competitiva en esta era de globalización.
Igualmente las universidades del gobierno están incapacitadas y desinteresadas para resolver el problema de cobertura y aceptar a todos los alumnos. No alcanzan a visualizar que cada joven que no se prepara es una pérdida para la sociedad.
Hace falta aplicar políticas educativas correctas. Es necesario no repetir los mismos errores con políticas inadecuadas que carecen de fundamento, aunque tengan buenas intenciones.
Desde luego que aumentar el gasto educativo a las universidades públicas constituye un error. Se les puede doblar o triplicar el presupuesto y no aumentará ni la eficiencia ni la calidad educativa, solo lograríamos tener funcionarios más gordos porque mejorarían su sueldo.
Tampoco se les puede obligar a la UNAM, IPN, UAM que incrementen la matrícula con el mismo presupuesto. Primero, porque no están obligadas, son autónomas; segundo porque si lo hicieran la calidad sería peor.
Tampoco es buena idea crear más universidades públicas, pues simplemente se estaría agrandando el aparato educativo burocrático que ya demostró su incapacidad en los últimos cien años. Además, los sindicatos se harían más fuertes y los conflictos tradicionales de paros y huelgas se incrementarían.
Es necesario pensar y diseñar nuevas políticas, innovadoras y confiables. De allí que se propone lo siguiente:
  1. Abrir un sistema de crédito educativo para todos los rechazados que quieran estudiar en una universidad privada. El crédito puede ser por la mitad de la colegiatura (la otra mitad la paga el alumno); por colegiatura completa; y crédito para todos los gastos que implican estudiar una carrera universitaria (libros, computadoras, viajes, etc.), incluso si el joven quiere estudiar en el extranjero.
  2. El sistema de CREDITO EDUCATIVO lo debe manejar una institución privada o un banco privado para que no se contamine de caprichos ni coyunturas políticos. El gobierno podría aportar, digamos diez mil millones de pesos a una tasa de CETES como capital semilla. Esa aportación no es a fondo perdido, no es subsidio, no se pierde en un barril sin fondo, lo haría como un ahorrador más. También se aceptaría la aportación de agentes privados que podrían ser accionistas y que esperan un rendimiento.
  3. La tasa de interés sería competitiva y suficiente para que se cubran los gastos de empleados, locales, propaganda entre otros.
  4. Para otorgar el CREDITO educativo que el joven necesita se requiere la firma de un aval. Si no paga el alumno, paga el aval.
  5. El alumno dispone de CREDITO amplio y suficiente y lo empezará a pagar cuando termine sus estudios y tenga trabajo o haya puesto su empresa. El plazo máximo será de 20 años.
  6. Si el alumno no tiene quien le otorgue la firma de aval, contará con los servicios de una afianzadora.
Con esta propuesta:
a) Se ayuda a que nadie se quede sin escuela pues las universidades privadas se las arreglan para aceptar a todos los clientes.
b) Se dan reales posibilidades para que un alumno se dedique a estudiar a tiempo completo, sin preocuparse por la falta de recursos.
c) Las familias no ven dañado su patrimonio pues el joven se costea sus estudios con pagos a futuro.
d) La sociedad no pierde nada pues esa educación ya no se está pagando con cargo a los impuestos, es decir, a los contribuyentes cautivos.
e) Por primera vez en la historia, los pobres tendrán verdaderas posibilidades de prepararse en las escuelas que libremente elijan, incluyendo en el extranjero.
f) Se incrementa la capacidad de desarrollo de las escuelas privadas y con ello aumenta la oferta educativa.
g) El gobierno no gasta en construir horribles escuelas públicas que nadie cuida, porque son de nadie.
Esta propuesta es completamente factible y espero que la tomen en cuenta los hombres que deciden los destinos del país.

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