27 agosto, 2012

Detrás de la paradoja de Mitt Romney

Detrás de la paradoja de Mitt Romney

 

Tampa Bay Times

Mitt Romney lo ha preguntado cientos de veces: “¿Es usted honesto en sus tratos con los demás hombres?” Habiendo sido un líder mormón durante la década de 1980 y comienzos de la de 1990, les hacía esta pregunta a los congregantes que deseaben entrar en uno de los templos sagrados de la iglesia. Romney era un empresario en desarrollo en Boston, pero se entregó a su fe y a su comunidad.
También la gustaba divertirse. Durante una reunión de la iglesia un sábado, Philip Barlow, estudiante de la Escuela de Teología en Harvard, vio con sorpresa cómo Romney cantaba Billie Jean y bailaba muy bien el famoso paso del “moonwalk” de Michael Jackson.

Tan impresionado quedó Barlow con el liderazgo y la personalidad de Romney, que le escribió a su madre para decirle que Romney podría ser presidente un día.
Y ahora que Romney está cerca de dar cumplimiento a la profecía, la pregunta que él le ha hecho a otros se cierne sobre sus propias perspectivas de éxito.
Romney es una paradoja, un hombre de familia devoto y generoso, pero también un político calculador que ha cambiado de posiciones con cegadora facilidad. Se dice que, en privado, Romney es cálido y generoso, mientras que en su campaña política es alambicado, rígido y distante.
La pregunta para los votantes es: ¿Quién es el verdadero Willard Mitt Romney?
Aparentemente por temor a las percepciones sobre su religión y sus riquezas, Romney, de 65 años, ha escondido algunos de sus atributos más positivos, ofreciendo un carácter unidimensional cuyos intentos por humanizarse parecen limitarse a comentarios sobre haber comido en Subway o lavado la ropa, o a decir a los trabajadores de Tampa que él, al igual que ellos, está desempleado.
“No reconozco al individuo político en eso”, dijo Tony Kimball, que trabajó como secretario ejecutivo mientras Romney dirigía la congregación mormona. “Me parece que la persona política le es muy poco familiar, algo con lo que posiblemente se siente incómodo, que es por lo que algunas personas piensa que es rígido e insincero. Es como si se tratara de un papel que tiene que interpretar”.
El rompecabezas de Romney no es fácil de explicar. La respuesta fácil —que está dispuesto a hacer y decir lo que haga falta para ganar— es demasiado simple, dicen sus amigos. Romney se ha formado por obra de su crianza, la experiencia de haber tenido un padre que fue gobernador de Michigan tres veces, su religión y una carrera empresarial basada en el procesamiento de datos, el análisis y el pragmatismo.
“Asume una especie de elegancia o formalidad incluso cuando está diciendo un chiste tonto. Así es”, dijo Barlow. “Si la gente quiere que sea más popular, como su padre, para que parezca más auténtico, sería como pedirle que fuera menos auténtico”.
Carácter oculto
Esta semana, Romney tiene la oportunidad de mostrar una faceta más personal en la Convención Nacional Republicana. Esto podría ser decisivo.
El punto central de esta elección es la economía y el papel del gobierno, pero los votantes también toman decisiones sobre la confianza y la simpatía. Romney tiene uno de los índices de popularidad más bajos de un candidato presidencial en décadas. A pesar de que todo le esté saliendo mal al presidente Barack Obama, las encuestas muestran que el público piensa que él tiene más empatía.
La campaña dice que Romney utilizará la convención para destacar su familia. Romney ha estado casado con su esposa, Ann, durante 43 años, y ella ha sido una fuerza en la campaña, encantadora y relajada.
Ella ha tratado a veces de transmitir una faceta más cálida, describiendo a Romney como un adorable bromista. Si se ve demasiado robótico, bromeó ella con un entrevistador radial en abril, “mejor lo abrimos y dejamos que él verdadero Mitt Romney salga, porque ése no es él”. La pareja ha criado a cinco hijos exitosos y corteses que, en conjunto, han tenido 18 hijos.
“Es casi demasiado bien parecido. Es casi demasiado bien educado”, dijo Brian Ballard, un recaudador de fondos de la Florida que apoyó al rival de Romney, John McCain, en el 2008. Ballard dijo que él había querido creerse la caricatura de Romney, pero que al estar cerca del candidato se le reveló una persona diferente. “Tiene muchísimas ocasiones para mostrar de qué está hecho”.
La carrera empresarial de Romney se ha convertido en una fuente inagotable de ataques negativos por parte de la campaña de Obama, y él no habla mucho de eso, a pesar de que es su credencial principal como especialista en obrar recuperaciones. El trabajo también guarda historias de generosidad y calidez.
Cuando la hija de un compañero de trabajo desapareció en la ciudad de Nueva York, Romney se puso a la cabeza de sus empleados de Bain Capital para desplegarse por toda la ciudad. Bain poseía intereses en las farmacias Duane Reade, y pusieron volantes en las bolsas de los clientes. La muchacha fue encontrada finalmente.
“Hubiera sido fácil decir: ‘Esperamos que todo salga bien y la mantendremos en nuestras oraciones’ ”, dijo Bob White, amigo de Romney desde tiempo atrás.De manera similar, Romney ha evitado hablar sobre su fe, escaldado por la experiencia del 2008, cuando los votantes evangélicos de Iowa la usaron contra él, aunque también fue eclipsado por un Mike Huckabee aparentemente más auténtico.
Lo de políticamente calculador fastidia a sus amigos, mormones o no, que dicen que su fe contiene historias de dedicación a la comunidad.
Como líder mormón, Romney fue consejero de cientos de adolescentes y en Boston se empeñó en no perderse una sola sesión nocturna de los martes, incluso si eso significaba tener que hacer un viaje de negocios al oeste en su tiempo libre. En el 2010, Romney dio cerca de $3 millones a obras de caridad, la mitad a la iglesia mormona.
“Por supuesto, está el compromiso con la teología mormona, pero la participación en la vida cotidiana de la iglesia es, fundamentalmente, lo que yo llamaría servicio cristiano”, dijo Grant Bennett, de Belmont, Massachusetts, que conoce a Romney desde hace más de 30 años.
‘Más prudente’
Romney nació en medio de la comodidad, como fruto del camino de su padre de la pobreza a la riqueza. Cuando la contracultura de los años 60 empezó a manifestarse, Romney se vio resguardado en una prestigiosa escuela preparatoria. Durante los ocho años de turbulencias a causa de Vietnam, sirvió como misionero mormón en Francia.
Hizo un ídolo de su padre, una figura positiva que se crió en la pobreza, se hizo una carrera en la industria automovilística, y después entró en la política como un republicano moderado. George Romney era cálido y cooperativo. Era sincero y asumía posiciones claras.
Durante la Convención Nacional Republicana de 1964 llevó a su hijo, entonces de 17 años, para protestar porque el partido se había negado a adoptar iniciativas de derechos civiles en su plataforma. Sus esperanzas presidenciales en 1968 se frustraron cuando dijo que ya no apoyaba la guerra, diciendo que había sufrido un “lavado de cerebro” por parte de los líderes militares en Vietnam.
“Su papá perdió probablemente la elección porque era demasiado auténtico. Lo que has visto es lo que tienes”, dijo en una entrevista Ronald B. Scott, autor de Mitt Romney: An Inside Look at the Man and His Politics.
“Mitt es naturalmente un diplomático, pero me parece que eso lo hizo aún más”, dijo la hermana de Romney, Jane, a los reporteros del Boston Globe que escribieron una biografía del candidato. “El no se va a arriesgar innecesariamente. Es más cauteloso, más prudente”.
Como su padre, Mitt Romney empezó como moderado. En su fracasada campaña de 1994 por el Senado de Estados Unidos frente a Ted Kennedy, declaró: “Creo que el aborto debe ser seguro y legal en este país”. Más de una década después, al sentir que una campaña por la presidencia se aproximaba, la visión de Romney cambió.
Sus vaivenes se han vuelto legendarios. Romney, que sirvió cuatro años como gobernador de Massachusetts, cambió de opinión sobre una promesa de no levantar impuestos (de no a sí) y en el apoyo a las políticas de Ronald Reagan (de no a sí), y sobre si los gays deben servir en el ejército (de sí a no). Cambió de opinión acerca de si los humanos contribuyen al calentamiento global, y abandonó el apoyo a las leyes sobre las armas.
Romney aprobó el seguro de salud universal en Massachusetts, un logro histórico que demuestra que puede gobernar, pero no habla de eso porque está haciendo campaña contra la versión federal inspirada en su ley.
“Todos los políticos están ansiosos por ganar, pero lo esconden detrás (de declaraciones como) ‘yo quiero ayudar al pueblo, yo quiero retribuir’, y respuestas de ese tipo”, dijo Fred Davis, estratega republicano. “Me parece que Mitt no se molesta en eso. Se le ve un poco demasiado ansioso por conseguir el puesto”.
Pero Davis piensa que la campaña debe resistir la tentación de tratar de presentar a Romney como algo que no es. “Tiene un carácter impecable, un intelecto impecable. Pero no es un hijo de cualquier vecino”.

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