02 agosto, 2012

Empieza "el juicio del siglo" en Brasil: claves de un escándalo político

Gerardo Lissardy

 
José Dirceu y Luiz Inácio Lula da Silva
El exministro de la Presidencia de Lula, José Dirceu, es uno de los 38 acusados.
El juicio por uno de los mayores escándalos recientes de presunta corrupción en Brasil, que puede marcar la imagen del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, empieza este jueves y promete acaparar la atención local y regional.
Con transmisión especial por televisión y 38 acusados en el banquillo, el Supremo Tribunal Federal (STF) brasileño juzgará un supuesto esquema secreto de compra de votos en el gobierno de Lula, que está libre de cargos.
Conocido en Brasil como "mensalão" o gran mensualidad, el escándalo surgió en 2005 y puso contra las cuerdas al primer gobierno de Lula, obligando a renunciar a algunos de sus allegados.
Por eso, diferentes analistas creen que el proceso podría tener impacto político para Lula y el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) fundado por él, al que pertenece la actual presidenta brasileña, Dilma Rousseff, quien paradójicamente tal vez se beneficie del asunto.
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A continuación, las claves del caso, definido por la prensa local como "el juicio del siglo", y sus posibles derivaciones políticas evaluadas por analistas consultados por BBC Mundo.

¿En qué consiste el juicio?

El juicio es sobre un presunto mecanismo utilizado por el PT después de asumir su primer gobierno de la historia en 2003 para pagar ilegalmente a legisladores de partidos aliados, a cambio de apoyo en el Congreso.
Según los investigadores, millones de dólares fueron desviados de presupuestos de publicidad y de empresas manejadas por el Estado.
El PT negó la existencia de cualquier esquema de compra de votos parlamentarios.
Pero Carlos Pereira, especialista de la Fundación Getulio Vargas basado en Río de Janeiro, dijo que existen "pruebas muy claras" y el veredicto será importante para el futuro de Brasil.
"Si los acusados fueran castigados, será una prueba creíble de que las instituciones brasileñas de control ejercen de hecho un contralor del Ejecutivo", sostuvo.
"Si los acusados fueran castigados, será una prueba creíble de que las instituciones brasileñas de control ejercen de hecho un contralor del Ejecutivo"
Carlos Pereira, especialista de la Fundación Getulio Vargas
El Supremo está compuesto por 11 magistrados, en su mayoría nombrados bajo los gobiernos de Lula o Rousseff, y el juicio puede extenderse hasta septiembre u octubre.

¿Quiénes son los principales implicados?

Entre los 38 acusados están el exministro de la Presidencia de Lula, José Dirceu, y el extesorero y el expresidente del PT, Delúbio Soares y José Genoino respectivamente.
"Las personas juzgadas son muy simbólicas para el partido", explicó Cristiano Noronha, analista político de la consultora Arko Advice, con sede en Brasilia.
También hay otros dos exministros, varios exdiputados de partidos de la coalición que apoyó a Lula en su primer mandato, antiguos dirigentes bancarios y empresarios.
Los cargos son diversos, desde corrupción y lavado de dinero a formación de cuadrilla y peculado, algunos con penas de hasta 12 años de prisión.
Casi todos los acusados se declaran inocentes. No obstante, Soares asumió responsabilidad por la distribución de recursos considerados ilícitos a políticos aliados al gobierno de Lula, negando que fuesen para comprar votos.
También es acusado el exdiputado Roberto Jefferson, del Partido Laborista Brasileño, quien denunció públicamente el caso en 2005.

¿Cuánto afecta el juicio a Lula?

Dilma Rousseff, presidenta de Brasil
La imagen de la presidenta de Brasil puede incluso salir reforzada tras este proceso.
Pereira y Noronha afirmaron que la imagen de Lula puede verse salpicada aunque el expresidente esté fuera del banquillo en caso de que sus viejos colaboradores sean declarados culpables.
"Si el PT es condenado, va a ser una mácula en su gobierno y puede hasta tener un impacto malo en la pretensión (de Lula) de volver eventualmente como candidato", dijo Noronha.
Lula ha negado conocer un esquema de compra de votos bajo su gobierno y ninguna prueba lo contradice. Cuando surgió el escándalo, dijo sentirse "traicionado" y que el PT debía "pedir disculpas". Pero tras ser reelecto en 2006, aludió al caso como una "farsa" contra su gobierno.
Alberto Almeida, experto en opinión pública del Instituto Análise en Sao Paulo, recordó que a fin de 2005 la popularidad de Lula cayó, pero luego se recuperó, el presidente ganó la elección y salió del poder a fin de 2010 con una aprobación superior a 80%, sustentada por familias que mejoraron sus condiciones de vida.
Por eso Almeida descartó que el escándalo vaya a perjudicar a Lula más que cuando fue presidente. "El principal impacto para Lula es el paso del tiempo", dijo. "Eso es más importante que el impacto del ‘mensalão’".
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¿Un problema o una oportunidad para Rousseff?

Los expertos consultados creen que la proximidad del juicio con las elecciones municipales de octubre en Brasil podría perjudicar al PT en algunas campañas si surge un fallo en contra sus intereses.
Pero dudan que eso afecte a la presidenta Rousseff, porque ninguno de los acusados integró su gobierno y muchos creen que realizó una "limpieza" en su primer año de gestión al aceptar la renuncia de siete ministros por otras denuncias de corrupción.
"En cierta forma esto hasta fortalece su imagen", dijo Noronha.
Pereira coincidió en que esta es una oportunidad para que Rousseff gane independencia respecto a figuras del anterior gobierno.
Sin embargo, Almeida recordó que el juicio coincide con un momento de enfriamiento de la economía brasileña. "La popularidad de Dilma en ese aspecto podría caer", dijo, "pero no por el ‘mensalão’ y sí por la economía".

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