El actor y director estadounidense Clint Eastwood, que hace una semana protagonizó uno de los momentos más extraños de la historia de las convenciones políticas en Estados Unidos,
ha roto su silencio sobre el discurso que ofreció en Tampa, Florida,
minutos antes de que MItt Romney aceptara su candidatura por el Partido
Republicano. Aquella intervención estuvo marcada por un taburete junto
al atril de Eastwood, en el que se sentaba -en su imaginación- el
presidente Obama.
“Había un taburete ahí y un tipo no paraba de preguntarme si quería sentarme”, afirmó Eastwood en declaraciones al diario local de California Carmel Pine Cone. “Cuando lo vi, me dio la idea. Sacaré el taburete y hablaré con Obama y le preguntaré por qué no cumplió con todas las promesas que hizo a la gente”.
Es la primera vez que el actor hace declaraciones sobre las palabras que pronunció en la convención. Minutos después de que terminara el discurso, Eastwood le había robado la noche a Mitt Romney. Sus palabras, el taburete y el Obama invisible protagonizaron numerosas conversaciones y bromas en las redes sociales. La campaña demócrata llegó a publicar una foto del presidente en la Casa Blanca titulada esta silla está ocupada.
El actor de Harry El Sucio o Sin Perdón reconoce también que lo único que sabía el jueves pasado, cuando aterrizó en Tampa, era que quería dejar tres cosas claras. Las tres mismas ideas que compartió con la campaña de Romney cuando les aseguró que todo lo que dijera sobre el candidato iba a ser positivo: “Que no todo el mundo en Hollywood vota a la izquierda, que Obama ha incumplido muchas de sus problemas y que los ciudadanos deberían sentirse libres para deshacerse de cualquier político que no esté haciendo un buen trabajo”, dijo Eastwood. “Pero no sabía exactamente lo que iba a decir hasta que lo dije”.
Aquella improvisación duró más de diez minutos a pesar de que los organizadores habían programado una intervención de siete minutos y en varias ocasiones dejó a los espectadores sorprendidos, dudando dónde acababan las palabras del ciudadano Eastwood y empezaba su actuación. Ahora el actor reconoce que perdió la noción del tiempo y que el resultado fue “muy poco ortodoxo”.
“Sé que suelen consultar con la mayoría de los oradores pero les
dije, ‘no pueden hacer eso conmigo porque no sé lo que voy a decir”,
afirma el actor, de 82 años. Según sus declaraciones, nada más llegar a
Tampa y cuando todavía no había concretado el contenido de su
intervención, Eastwood se echó la siesta.
“Se suponía que mi discurso tenía que marcar un claro contraste con el resto, profundamente estudiados”, dice Eastwood. “Yo hago películas, pero tengo los mismos sentimientos que cualquier ciudadano”.
A pesar de la polémica suscitada por su aparición -muchos consideraron que había ayudado más a Obama que a Romney- el actor deja a un lado sus diferencias con el Partido Republicano, más conservador en asuntos sociales, y sigue manteniendo que Romney es el político adecuado para recuperar la economía del país.
“El presidente Obama es el timo más grande que nunca se haya perpetrado al pueblo americano. Romney y [Paul] Ryan harían untrabajo
mucho mejor tomando las riendas de este país, y eso es lo que todo el
mundo necesita saber. Puede que haya irritado a muchos en la izquierda,
pero yo me dirigía a la gente con posturas intermedias”, declaró.
“Había un taburete ahí y un tipo no paraba de preguntarme si quería sentarme”, afirmó Eastwood en declaraciones al diario local de California Carmel Pine Cone. “Cuando lo vi, me dio la idea. Sacaré el taburete y hablaré con Obama y le preguntaré por qué no cumplió con todas las promesas que hizo a la gente”.
Es la primera vez que el actor hace declaraciones sobre las palabras que pronunció en la convención. Minutos después de que terminara el discurso, Eastwood le había robado la noche a Mitt Romney. Sus palabras, el taburete y el Obama invisible protagonizaron numerosas conversaciones y bromas en las redes sociales. La campaña demócrata llegó a publicar una foto del presidente en la Casa Blanca titulada esta silla está ocupada.
El actor de Harry El Sucio o Sin Perdón reconoce también que lo único que sabía el jueves pasado, cuando aterrizó en Tampa, era que quería dejar tres cosas claras. Las tres mismas ideas que compartió con la campaña de Romney cuando les aseguró que todo lo que dijera sobre el candidato iba a ser positivo: “Que no todo el mundo en Hollywood vota a la izquierda, que Obama ha incumplido muchas de sus problemas y que los ciudadanos deberían sentirse libres para deshacerse de cualquier político que no esté haciendo un buen trabajo”, dijo Eastwood. “Pero no sabía exactamente lo que iba a decir hasta que lo dije”.
Aquella improvisación duró más de diez minutos a pesar de que los organizadores habían programado una intervención de siete minutos y en varias ocasiones dejó a los espectadores sorprendidos, dudando dónde acababan las palabras del ciudadano Eastwood y empezaba su actuación. Ahora el actor reconoce que perdió la noción del tiempo y que el resultado fue “muy poco ortodoxo”.
“Yo hago películas, pero tengo los mismos sentimientos que cualquier ciudadano medio”
Clint Eastwood
“Se suponía que mi discurso tenía que marcar un claro contraste con el resto, profundamente estudiados”, dice Eastwood. “Yo hago películas, pero tengo los mismos sentimientos que cualquier ciudadano”.
A pesar de la polémica suscitada por su aparición -muchos consideraron que había ayudado más a Obama que a Romney- el actor deja a un lado sus diferencias con el Partido Republicano, más conservador en asuntos sociales, y sigue manteniendo que Romney es el político adecuado para recuperar la economía del país.
“El presidente Obama es el timo más grande que nunca se haya perpetrado al pueblo americano. Romney y [Paul] Ryan harían un
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