11 septiembre, 2012

Hezbolá, Irán, Zetas


Hezbolá, Irán, Zetas

El peligro existe y es real. Ya a fines del año pasado hubo una investigación que ligaba a la diplomacia iraní con Los Zetas.

Jorge Fernández Menéndez
Hace exactamente 11 años el mundo cambió con los atentados a las Torres Gemelas y al Pentágono. Estados Unidos modificó sus prioridades y lanzó una guerra contra el terrorismo, que se continuó con la intervención en Irak y terminó derivando, directa o indirectamente, por el enorme gasto militar y de seguridad financiado a través del déficit, en una crisis financiera global de características inéditas.

“La sombra del caudillo”

“La sombra del caudillo”

José Cárdenas
Del rumor a la certeza... y del pánico al sosiego.
No me refiero a la sicosis desatada la semana pasada al oriente de la Ciudad de México; hablo del temor a un dios llamado Andrés Manuel.
Tan pronto como cerraron las casillas electorales el pasado primero de julio, muchos vislumbraban un escenario catastrófico. Para esos agoreros del desastre, 2006 sería un juego de niños. No faltó quien alertara el peligro de las huestes iracundas de la izquierda dispuestas a incendiar al país.

“La instrucción fue clara: no ir al Zócalo…”

Francisco Garfias

Fue el pasado miércoles 25 de febrero. El celular sonó. Era Jesús Zambrano, presidente del PRD. Llamaba para rechazar el contenido de la columna que ese día publicamos bajo el titulo de Divorcio Pactado, pero también para reprocharnos que no lo hubiésemos consultado con él.
Nos informó que ya lo había desmentido. Efectivamente lo hizo.
El texto aparecido hace casi seis meses era el siguiente:
“La versión cobra fuerza entre perredistas de alto nivel. En julio próximo —después de las elecciones— se rompe el PRD, tal como lo conocemos, López Orador y sus seguidores dejan la Revolución Democrática para formar su propia agrupación política. El nombre ya lo tienen: Morena…

Consecuencias de la separación de AMLO

Consecuencias de la separación de AMLO

De lo que no hay duda es que López Obrador, fiel a su estilo, ha hecho de nuevo una apuesta arriesgada con tal de mantenerse como el líder indiscutible de la izquierda mexicana.

Leo Zuckermann
Nadie creyó que López Obrador se iba a ir a La Chingada, el nombre de su rancho, si perdía la elección, tal como se lo dijo a un grupo de empresarios. Lo suyo es la política y, sin ella, se muere de aburrimiento. Además, como buen político que es, quiere aprovechar la fuerza que le dieron los casi 16 millones de votos que sacó en la pasada elección. En este sentido, quiere seguir siendo el líder indiscutible de la izquierda mexicana.

Partido y movimiento



Partido y movimiento

Jesús Silva-Herzog Márquez

Andrés Manuel López Obrador ha sido el Hitchcock de la política mexicana desde hace mucho tiempo. Un maestro de la tensión dramática, un talentoso manipulador de las expectativas, un hombre que juega con el fuego, que camina siempre en el precipicio. Nadie como él ha sabido atraer la atención y gobernar la tensión.
 
Ayer, en el Zócalo de la Ciudad de México adelantó su estrategia tras la conclusión del proceso electoral. Era ya sabido que no aceptaría la decisión del tribunal y que no reconocería como presidente legítimo a Enrique Peña Nieto, pero no era claro cuál sería el siguiente paso.

Andrés, el virtuoso


Andrés, el virtuoso

Pablo Hiriart

Qué gran patriota y virtuoso de la política: armó un incendio y luego fue capaz de apagarlo.
 
Le aplauden que haya “dado cauce” a la inconformidad con el resultado de las elecciones y en lugar de tomar calles o aeropuertos anunciara la creación de un partido político.
 
Eso no tiene nada de admirable. Son las viejas maromas que aprendieron los priistas del pleistoceno y que hoy militan en lo que llaman izquierda: prende un fuego, así lograrás que te llamen para apagarlo.

 

La misma noria



La misma noria

Fernando Escalante Gonzalbo

Fernando Savater dijo alguna vez que “suele ser mucho más fácil combatir la influencia social perniciosa de un sofisma complejo y sutil que la de un dogma panfletario, simple como el pedo de un asno”.
 
Precisamente porque los dogmas ramplones no piden ninguna clase de razonamientos —son pegadizos, rotundos, indiscutibles. Por ejemplo, que el PRI compró los votos en la pasada elección presidencial.

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