La muerte sorpresiva del embajador japonés
Se especula que el estrés del conflicto está detrás del fallecimiento de Shinichi Nishimiya en Tokio, tras ser hallado inconsciente en las calles de la capital japonesa
Jose Reinoso
Pekín
La sorpresiva muerte del nuevo embajador de Japón en China, que debía
asumir el cargo en octubre, ha desatado la especulación en su país,
donde algunos la han ligado a la reciente escalada de tensión entre
Pekín y Tokio, provocada por las disputas territoriales por un grupo de islas en el mar de China oriental.
Shinichi Nishimiya, de 60 años, falleció el domingo en un hospital de Tokio, tres días después de ser ingresado tras haber sido hallado inconsciente en las calles de la capital japonesa, según confirmó el ministerio de Asuntos Exteriores. El Gobierno japonés se ha apresurado a atajar cualquier especulación y ha asegurado que el fallecimiento del diplomático no tiene nada que ver con ningún accidente ni con ninguna manifestación antijaponesa en China y que los médicos están investigando las causas de la muerte.
Shinichi Nishimiya, de 60 años, falleció el domingo en un hospital de Tokio, tres días después de ser ingresado tras haber sido hallado inconsciente en las calles de la capital japonesa, según confirmó el ministerio de Asuntos Exteriores. El Gobierno japonés se ha apresurado a atajar cualquier especulación y ha asegurado que el fallecimiento del diplomático no tiene nada que ver con ningún accidente ni con ninguna manifestación antijaponesa en China y que los médicos están investigando las causas de la muerte.
“Esto no es la yihad, es la revolución”
Grupos de combatientes extranjeros refuerzan la rebelión siria contra El Asad
Una comisión de la ONU cree que las milicias árabes radicalizan el conflicto
“Naciones Unidas ha demostrado en Siria que es un organismo arcaico y que no sirve para nada. Aquí han venido 300 observadores de la ONU
para comprobar con sus propios ojos cómo las tropas del régimen
masacran civiles a diario. No ha cambiado absolutamente nada”, afirma
Abu Obaida, un combatiente venido desde Dubai hasta Alepo.
“Los observadores solo se han paseado con sus coches blindados… Si
Occidente no ha sido capaz de hacer absolutamente nada por los sirios
tendremos que ser nosotros, sus hermanos árabes los que luchemos por
ellos”, remacha Abu Obaida.
El retiro de la Thatcher madrileña es otro aviso
La retirada de la Thatcher española y madrileña es un aviso en toda regla a Mariano Rajoy. Y, además, en otro momento crítico para el líder del PP y presidente del Gobierno. Ninguno de los gestos, declaraciones, intervenciones e incluso de las recurrentes meteduras de pata de la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, son inocentes. Jamás. Eso no ha sucedido nunca. Y esta decisión final tampoco. Aguirre no ha querido dejar claras, ajenas a las múltiples interpretaciones y análisis, las razones últimas de su marcha de la primera fila política. Y eso tampoco es casual. Si la razón única y definitiva fuera la sanitaria o la familiar la podría haber dejado sentenciada. No quiso. Y eso abre el abanico de las opciones y dirige la mirada hacia su evidente mala relación con Rajoy, con la cúpula del partido y del Gobierno.
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