Soy escéptico
Soy escéptico
Por Alberto Benegas Lynch (h)
Diario de América
Diario de América
Ya he escrito antes que el pesimista del
presente es en verdad optimista respecto del futuro porque tiene
expectativas de la posibilidad de mejora puesto que es inconforme de lo
que al momento ocurre, mientras que el optimista de lo actual es en
definitiva pesimista del futuro ya que no tiene cifradas sus esperanzas
en superar la marca de lo que viene sucediendo. En esta sentido, el
optimista tiene una visión estática mientras que el pesimista se basa en
una concepción móvil y en progreso.
Pero en esta nota quiero
destacar una faceta algo diferente puesto que miro el asunto desde otro
ángulo. En este último sentido, me declaro escéptico respecto del
futuro, es decir, me asaltan dudas que se fundamentan en observaciones
que causan verdadero desánimo y, a veces, estupor en cuanto a que los
supuestos defensores de la sociedad abierta, cuando las cosas andan bien
se dedican a sus personales arbitrajes y se desentienden del estudio y
difusión de aquello que, entre otras cosas, permite sus negocios. Y
cuando las cosas andan mal, se limitan a despotricar en la sobremesa o,
cuando más, a unirse en marchas de protesta que si bien útiles y hasta
absolutamente necesarias... siempre que haya conciencia de que el tema
de fondo reside en el debate y comprensión de ciertos valores y
principios básicos, lo demás es adorno o apoyo logístico, cuando no mero
consumo de energía como cuando algunos se limitan a distribuir
papeletas electorales de algún mediocre.
En la confrontación entre el gobierno argentino y la prensa, pierde el periodismo
Por Sara Rafsky
Grupo Clarín, propietario del diario más leído del país, Clarín,
así como de radioemisoras, canales de televisión abierta y cable , y un
proveedor de servicio de Internet, es el principal conglomerado de
medios de Argentina y uno de los mayores de Latinoamérica. También es
el principal adversario de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner
en una batalla que enfrenta, de un lado, al gobierno y a los medios
aliados del gobierno, y del otro, a los que se oponen a la
administración. La principal arma gubernamental es financiera:
sustenta, por medio de la publicidad oficial, medios con línea editorial
favorable, mientras le niega ese ingreso a otros, como Clarín. Los medios críticos, por su parte, denuncian incesantemente al gobierno.
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