08 septiembre, 2012

UNA VEZ MAS LA FORMA SE IMPONE AL FONDO



UNA VEZ MAS LA FORMA SE IMPONE AL FONDO
No hay malestar con la democracia, pero hay malestar en la democracia mexicana
OLGA ARMIDA GRIJALVA

La problemática de las elección en México, se ubica básicamente en la transparencia, término que la Real Academia Española de la lengua la define como “claro, evidente, que se comprende, sin dudas ni ambigüedades” transparentar  las elecciones en México significa garantizar  la aplicación puntual de los principios rectores  establecidos en el artículo 41 constitucional: certeza imparcialidad, objetividad, legalidad e independencia,  para que no queden dudas ni ambigüedades
Sin embargo la actitud fraudulenta de la clase política mexicana ha sido una constante a lo largo  de la historia de nuestro país, nuestras elecciones han estado carentes de transparencia, luego entonces, no es de sorprendernos  las irregularidades en  la reciente elección presidencial. Las autoridades electorales con cinismo ramplón, una vez más privilegian la forma sobre el fondo y con ello pretendieron ocultar los vicios y corruptelas en que incurrió la coalición PRI-PVEM

Después de escuchar la argumentación en que se basaron los magistrados del tribual electoral para declarar la validez de la elecciones del 1 de julio de 2012, vino a mi mente el    pasado electoral de México, ya no digamos el del siglo X1X sino el del siglo pasado, donde  en las elecciones se percibía cual candidato tenía el apoyo de los elementos oficiales, y se sabía de antemano que triunfaría el que contara con ese apoyo de los elementos oficiales, y no aquel por quien el pueblo quería vota y por quien no voto, en algunos casos por que se le impidió hacerlo por medio de ardides electorales censos mal hechos, casillas igualmente mal instaladas o fuera de hora, urnas embarazadas, etc. etc.
Más cercano a nuestra memoria tenemos  las elecciones de 1988 que al margen de la organización de esa elección “se cayó el sistema” y con la complicidad del PAN el PRI impuso a Salinas como presidente y las boletas fueron quemadas
Y qué decir de las elecciones del 2006, que no obstante la gran reforma constitucional  y su legislación secundaria, de 1997 el presidente de la república y el consejo coordinador empresarial implementando una guerra sucia y al margen de la legislación electoral se asumieron  actores políticos en la contienda electoral. Con  actitud complaciente el Instituto Federal Electoral asumió una política de “avestruz,”  ante estas actuaciones,
En cuanto a   los magistrados estos no consideraron causales suficientes para anular la elección, se ubicaron  como magistrados del siglo XV111 considerando a la ley como fuente primordial del orden jurídico, con interpretaciones meramente declarativas de los textos legales, concibiendo al derecho como dato y no como hecho, de esta complicidad institucional se configuro el fraude conocido “haiga sido como haiga sido”
La recién pasada elección presidencial no corrió mejor suerte, a pesar de los candados impuestos en la reforma constitucional de 2007 y la legislación electoral  que estableció las bases para una sana política de fiscalización y control, así como, responder al reclamo social de máxima transparencia en la atención de los recursos por parte de los partidos políticos. El comportamiento del órgano encargado de la organización de la elección, sus miembros se mostraron  medroso y tibio en la toma de decisiones, sin fortaleza para defender la institución ante unas elecciones plutocráticas; Un consejo general que no pudo o no quiso poner orden al desbordamiento de recursos financieros utilizados por la coalición compromiso por México, escudados en formalismos legales,
Por lo que respecta al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la opción por el formalismo jurídico que opto′, lo coloco como la cenicienta del legislador “la ley es la ley” y por encima de todo debe de ser obedecida, los magistrados olvidaron que un fallo, una sentencia, no es únicamente un proceso de descubrimiento de lo que la ley dice, es ante todo un proceso de creación.
Se voto el dictamen considerando que no hubo compra ni coacción del voto; que los medios de comunicación actuaron con imparcialidad; que las encuestas no fueron manipuladas para favorece al candidato priista; no hubo campaña encubierta de televisa y otros medios a favor del candidato Peña Nieto
Rechazaron que no hubo injerencia de los gobiernos estatales de extracción priista, no se probo′ que los monederos de Banco Monex o las tarjetas Soriana fueron utilizados para comprar votos; tampoco se pudo acreditar a juicio de los magistrados el rebase de topes de gasto de campaña. En síntesis  los magistrados consideraron infundada  la demanda del movimiento progresista de declarar la invalidez de la elección presidencial.
Persistió en los magistrados el modelo tradicional-formal de normas,  centrando el análisis en elementos dados por la ley, que no son capaces de dar noticia de la complejidad del derecho, que no es solo norma u ordenamiento, es también argumentación. La argumentación por principios debió ser la postura de los magistrados, abandonando la subsunción y la aplicación mecánica, y aplicar la sustitución de la interpretación literal, abandonando el silogismo jurídico formal sustituyéndolo por la ponderación y la razonabilidad
Los magistrados olvidaron que el derecho es algo más que la ley, y más que conocer las reglas, deben aprehender el ethos del ordenamiento y del sistema jurídico en su relación con el contexto social, (como lo ameritaba el caso  de la impugnación de la elección presidencial) En otras palabras, era  válido en función de robustecer la democracia, actuar desplazando al derecho  en favor de la interpretación.
Los magistrados ignoraron que el derecho no tiene,  un carácter sistemático o coherente, lo que deja en manos del juzgador la respuesta ante casos concretos. El derecho no puede quedar encorsetado a la ley, hay otras fuentes sociales que compiten con  ella y que han de estar ponderadas por el interprete, igualmente la letra de la ley se muestra necesariamente insuficiente, en el  sentido de que tras los enunciados late un fin o interés social que han de pesar en la decisión judiciales
Los magistrados olvidaron que  la comprensión de los enunciados jurídicos no es, en ningún caso, una tarea simplemente receptiva, pasiva o mecánica, sino que requiere de una especial actitud hermenéutica donde la sociedad y la cultura recrean o renuevan el texto mudo de la ley y que debieron hurgar en el caso concreto, dado que en gran medida la vox populi  concebía la elección sumamente viciada
Esa flexibilidad la tienen los juzgadores, flexibilidad que desde luego no se debe de interpretar de que el aplicador del derecho haga lo  que le venga en gana. Es para que se adentren a un contexto más comprometido con la naturaleza formal y material del Estado constitucional, con ello incrementar la certeza jurídica  asegurándola de una manera más realista y profunda.
Los magistrados desconocieron  que la nueva teoría del derecho concede al juez y a  la interpretación  el modelo argumentativo que supera los tradicionales modelos formalistas. Lo que ocasiona como es el caso de la elección presidencial, la impunidad.
La acción creadora de los magistrados era especialmente indispensable en los juicios de inconformidad interpuestos, por el movimiento progresista, valorando el contexto en que se dio la organización, la campaña y la jornada electoral. Decidieron ser sencillamente aplicadores del derecho, tal como lo haría una maquina, en lugar de buscar una relación intima con los hechos y la realidad del proceso electora. Una vez más el formalismo legal cerro los ojo a la realidad.
Con este tipo de autoridades electorales que obedecen a cuotas partidistas y a intereses políticos y económicos es de preverse que en la próxima elección presidencial se vuelva a repetir la acción fraudulenta, misma que será exonerada aplicando el formalismo jurídico, omitiendo el fondo de las cuestiones planteadas.
Concluyo, que no hay malestar con la democracia, pero hay malestar en la democracia mexicana

No hay comentarios.: