17 septiembre, 2012


Imagen de la entrevista
(Caracas, 16 de septiembre. Noticias24) El candidato presidencial Henrique Capriles Radonski conversa con el periodista Andrés Oppenheimer sobre las elecciones del 7 de octubre. “Podemos ganar por más de 1 millón de votos de diferencia” aseguró Capriles, quien enfrenta al presidente Hugo Chávez.
La entrevista es transmitida esta noche por el canal de noticias CNN en Español a toda América Latina.

El último grito

El Presidente de la República ha dejado de ser protagonista de la agenda nacional. El que fija el rumbo del país hacia un nuevo destino es otro…

José Cárdenas
Mientras Felipe Calderón pega el último grito —bajo torrencial y significativo chubasco—, Enrique Peña Nieto se instala en el mullido sillón del poder.
Conforme se acerca el 1 de diciembre (faltan 75 días), el que entra crece y el que sale, desvanece.

La gente no se equivoca

Viendo a nuestro pueblo, hay días en los que existen razones para ser optimistas: el de ayer fue uno de ellos.

Jorge Fernández Menéndez
El desfile militar de ayer fue uno de los mejores que ha habido en los últimos años. Muchas cosas llamaron la atención: sobre todo en los tres últimos años, los equipos con los que se han renovado las Fuerzas Armadas y la Policía Federal ponen de manifiesto una real modernización de las mismas. A la tecnología y los equipos se suma un capital humano que, por la conformación de las unidades que desfilaron ayer, ponen de manifiesto que se ha invertido mucho en ellos, sobre todo en dos ámbitos: la especialización, particularmente en el caso de cuerpos de élite, y en la notable presencia de mujeres: nunca había visto tantas mujeres y en posiciones destacadas en nuestras fuerzas federales de seguridad. No sorprende que el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea tengan ese despliegue, esos equipos y esa especialización, pero me llamó profundamente la atención la forma en la que se ha consolidado en esos ámbitos la Policía Federal, que por tercer año consecutivo participó en el desfile y fue recibida con singular calidez.

Calderón pone a prueba a Peña

Leo Zuckermann
La política mexicana pasa por una situación rarísima. Resulta que el Presidente que está a punto de salir ha enviado dos iniciativas preferentes al Congreso, iniciativas que pueden determinar, en mucho, el destino del Presidente que llegará. Hay tres elementos en esta rareza política. Primero, un Ejecutivo que ya se va, cuyo partido perdió la elección, pero que está definiendo la agenda legislativa del país a unos cuantos días de dejar el poder. Segundo, una nueva Legislatura que apenas está tomando posesión, que ni siquiera ha conformado las comisiones legislativas, pero que, en 30 días, deberá dictaminar y votar dos reformas enviadas por el Ejecutivo que está a punto de irse. Tercero, hay un nuevo Ejecutivo que no ha tomado posesión por lo que no ha recibido formalmente los garrotes y zanahorias para negociar vis-à-vis con el Congreso entrante.

O P I N I Ó N 
L Y D I A   C A C H O 
Plan B
Colombia y México: la lección

Tal vez lo único que tienen en común Colombia y México, en términos de la narcoviolencia, es la persistente incursión del Departamento de Estado norteamericano para aumentar la crisis en dos países que proveen a la población de América del Norte con cientos de toneladas de drogas cada año. De allí en fuera comparar los problemas, o intentar solucionarlos con el mismo esquema de Colombia y del General Naranjo es tan absurdo como imposible.

Como "La Violencia" fue bautizado el periodo colombiano (c. 1946-1965) en el que murieron más de 200 mil personas. Durante estos años se enfrentaron las fuerzas del Estado, desde entonces en alianza con milicias paramilitares de derecha, contra la incipiente guerrilla comunista de la que derivaron cientos de grupos de bandoleros. En gran medida, las raíces de este conflicto remiten a la inequidad de oportunidades, y, principalmente, a la tenencia de las tierras. Hasta el día de hoy, Colombia es el único país latinoamericano que no ha llevado a cabo una reforma agraria general.
O P I N I Ó N 
L Y D I A   C A C H O 
Plan B
Colombia y México: la lección

Tal vez lo único que tienen en común Colombia y México, en términos de la narcoviolencia, es la persistente incursión del Departamento de Estado norteamericano para aumentar la crisis en dos países que proveen a la población de América del Norte con cientos de toneladas de drogas cada año. De allí en fuera comparar los problemas, o intentar solucionarlos con el mismo esquema de Colombia y del General Naranjo es tan absurdo como imposible.

Como "La Violencia" fue bautizado el periodo colombiano (c. 1946-1965) en el que murieron más de 200 mil personas. Durante estos años se enfrentaron las fuerzas del Estado, desde entonces en alianza con milicias paramilitares de derecha, contra la incipiente guerrilla comunista de la que derivaron cientos de grupos de bandoleros. En gran medida, las raíces de este conflicto remiten a la inequidad de oportunidades, y, principalmente, a la tenencia de las tierras. Hasta el día de hoy, Colombia es el único país latinoamericano que no ha llevado a cabo una reforma agraria general.
R A Y M U N D O   R I V A   P A L A C I O 
Estrictamente personal
La reforma que no se ve

Cuando Enrique Peña Nieto era candidato presidencial, los empresarios le pidieron una Secretaría de Pesca, y los rectores una Secretaría de Educación Superior. Algunos miembros de su equipo soñaron con una Secretaría del Interior que fusionara a Gobernación con Seguridad Pública Federal, y desaparecer Reforma Agraria y Energía. Imaginaban a Turismo como mera subsecretaría, y al IMSS y el ISSSTE bajo una sola cabeza. Algunas propuestas fueron descartadas de inmediato y otras quedaron bajo análisis. No hay decisión final sobre qué nace y qué muere, pero en camino viene la primera gran reforma a la administración pública desde el gobierno de Miguel de la Madrid.
R I C A R D O   A L E M á N 
Itinerario político
Borracho y cobarde... ¿qué sigue?

Durante casi todo el sexenio, el Presidente Felipe Calderón debió cargar el "sambenito" de que era algo así como un "borrachín".

Los adversarios políticos de Calderón, sus enemigos y malquerientes usaron a placer la difamación y abusaron de su efecto destructivo contra el Presidente, hasta niveles de irresponsabilidad, como fue el caso de la señora Carmen Aristegui –entre otros--, que gustan de la victimización y del martirologio como herramientas dizque periodísticas.
O P I N I Ó N 
D E N I S E   D R E S S E R 
Candil de la calle
Una imagen vale más que mil palabras y la de Enrique Peña Nieto anunciando su iniciativa en favor de la transparencia lo dice todo

Una imagen vale más que mil palabras y la de Enrique Peña Nieto anunciando su iniciativa en favor de la transparencia lo dice todo. La fotografía del evento ilustra la contradicción, muestra la tensión, evidencia lo que el PRI sigue siendo aunque prometa lo contrario. Detrás del Presidente electo están sentados dos íconos de la impunidad, dos iniciadores de la pre-modernidad: Emilio Gamboa y José Emilio González, mejor conocido como "El Niño Verde". El nuevo coordinador de los senadores priistas y su principal aliado parlamentario, convocados al acto en el cual se anuncia que el PRI combatirá la corrupción. Ambos sonríen. Ambos aplauden. Ambos representan la antítesis de lo que el nuevo gobierno ofrece y a pesar de ello su longevidad política está asegurada. Ambos apoyan al candil de la calle mientras garantizan la oscuridad en casa.

Oscuridad priista forjada durante décadas de complicidad, sexenios de silencio, años de creer que la corrupción es parte de la labor de gobierno. La corrupción como tuerca, la corrupción como engrane, la corrupción como aceite que engrasa la maquinaria del poder. Y ahora Luis Videgaray anuncia que habrá una nueva forma de ejercerlo, usarlo, vigilarlo. Con el fomento de la transparencia en estados y municipios. Con la creación de una comisión nacional anticorrupción. Con la fundación de un organismo que regule el gasto público en publicidad vía los medios de comunicación. Todas ellas agendas loables; todas ellas medidas aplaudibles; todas ellas acciones que la sociedad reclama y que el PRI finalmente hace suyas. "El PRI no se le raja a México" nos dice Emilio Gamboa.

El mismo Senador Emilio Gamboa, quien fue escuchado negociando la suspensión de una iniciativa en el Senado, porque así se lo pidió su amigo Kamel Nacif. El mismo Emilio Gamboa mencionado una docena de veces en el libro de Lydia Cacho, Los demonios del edén, sobre las redes de complicidad entre políticos y pederastas en Quintana Roo. El mismo Emilio Gamboa que jamás ha sido investigado o sancionado o cuestionado por su propio partido. Y por eso su proximidad con el Presidente electo despierta dudas sobre el compromiso modernizador del PRI. Un partido que quiere tapar el sol con una comisión; quiere ahuyentar el abuso con dos órganos nuevos; quiere demostrar que combate a la corrupción creando dos instituciones nuevas para administrarla.

Ya hay normas, reglas, auditores, contralores, supervisores, ministerios públicos, fiscales, procuradores y la corrupción sigue allí. Ni la autonomía constitucional ni la hiperespecialización ni la ciudadanización servirán para combatirla. Ni los presupuestos abultados, ni los nombres rimbombantes, ni la grandilocuencia retórica servirán para erradicarla. Como ha subrayado Mauricio Merino del CIDE, las iniciativas propuestas buscan combatir la corrupción cuando ésta ya fue cometida y no intentan abatirla desde su origen. Desde que alguien es contratado por sus influencias y no por su profesionalismo, desde que alguien hace un mal manejo del presupuesto público y nadie lo detecta, desde que alguien negocia un soborno a cambio de un permiso para construir un hotel en una reserva ecológica, desde que alguien ofrece eliminar una iniciativa legislativa y asegura – como lo hizo Emilio Gamboa – "no te preocupes papá, esa chingadera no pasa en el Senado".

Quienes proponen la comisión anticorrupción prometen que sí tendrá poder real. Que gozará de facultades de investigación real. Que romperá el monopolio del Ministerio Público al poder consignar ante jueces a corruptos. Que logrará sancionar también a particulares. Que podrá pedir al Legislativo el desafuero de funcionarios. Pero cómo creer que funcionará si juzgará a los presuntos corruptos con las mismas reglas legales que hasta ahora han hecho posible la impunidad? Cómo creer que atrapará a los peces gordos si el sistema judicial actual deja libres incluso a las ballenas? Cómo creer que irá tras las conductas corruptas si no las ha sancionado jamás dentro del propio PRI o del Partido Verde? Cómo creer que investigará los casos de Walmart y la Comisión Federal de Electricidad si no ha investigado a Emilio Gamboa o al "Niño Verde" o a Carlos Salinas de Gortari?

El combate a la corrupción sólo ocurrirá cuando sea parte de una política de Estado omnicomprensiva y preventiva. Sólo se dará cuando forme parte de una agenda nacional y no sólo sea producto de una concesión postelectoral. Sólo tendrá impacto cuando haya cambios en la contratación, la licitación, la vigilancia, y la administración de los recursos públicos. Sólo surtirá efecto cuando acompañe la detección necesaria con la sanción indispensable. Y por ello, para ser verdaderamente creíble, la cruzada de Enrique Peña Nieto tendría que pasar por la limpieza de su propio partido y el distanciamiento de sus figuras más cuestionables. Tendría que decirnos qué piensa hacer con Emilio Gamboa y Arturo Montiel y Humberto Moreira y tantos priistas más. Tendría que resolver la contradicción entre ser candil de la calle y mantener la casa en penumbra.

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