Las leyes venezolanas prohíben la difusión de resultados electorales antes del anuncio oficial--
CARACAS (Reuters) - Seguidores de Hugo Chávez tomaron
las calles el domingo en la noche festejando con fuegos artificiales y
cánticos en anticipación a la tercera reelección del líder venezolano
frente al joven aspirante opositor Henrique Capriles, antes de que se
divulguen los datos oficiales.
Ministros y altos funcionarios del Gobierno de Chávez
publicaron mensajes de triunfo en la red social Twitter. Varias fuentes
en el comando opositor reconocieron la derrota de Capriles, mientras un
funcionario de alto rango confirmó que la victoria habría sido por poco
más de un millón de votos.
El ministro de Interior y Justicia, Tareck el Aissami,
dijo en su cuenta que lograron una "victoria perfecta", mientras que el
viceministro de Exteriores, Temir Porras, aseguró que tenían "8,5
millones de razones para estar contentos".
No había resultado oficial del ente electoral, que
había insistido en que es ilegal declarar la victoria antes de su
anuncio oficial.
Tanto Chávez como Capriles se comprometieron a acatar
el dictamen de las urnas y de confirmarse una amplia ventaja se
desactivaría el riesgo de tensión en las calles.
Cualquiera sea el resultado, el escenario a corto plazo
está plagado de incertidumbres, tanto por la incógnita sobre la salud
de Chávez -que se declaró curado de cáncer hace tan sólo cinco meses-
como por el desafío que supondría para Capriles gobernar con
instituciones controladas por aliados del presidente.
Los venezolanos participaron entusiasmados y muchos
eligieron hacer fila toda la noche pertrechados con sillas plegables,
sombrillas, comida y termos de humeante café negro para aguantar la
larga espera.
Ambas partes desplegaron testigos en los 13.810 centros
de votación para verificar la transparencia del proceso y han llamado a
sus seguidores a "defender" el voto en unos comicios sin observadores
internacionales pero con una misión electoral del grupo regional Unasur y
cientos de periodistas acreditados.Chávez ve llevar socialismo a punto
"no retorno" >Capriles desafía revolución con nuevo camino >Chávez
y Capriles proponen dos visiones de país >Principales noticias
durante proceso electoral
FUTURO INCIERTO
Chávez exhibió al final de la campaña una inusual dosis
de autocrítica, reconociendo fallas de gobierno y comprometiéndose a
ser "mejor presidente" y a dialogar con la oposición si gana.
Pero su difusa promesa de pasar un "poderosos cerrojo"
para asegurar un viaje "sin retorno" hacia el estado socialista ha
levantado las sospechas de sus adversarios, que temen un posible paquete
de medidas o reformas radicales.
El líder bolivariano ha nacionalizado desde
multimillonarios proyectos petroleros hasta pequeños comercios, lo que
según la oposición destruyó al sector privado nacional y aumentó la
dependencia de las importaciones de casi todo tipo de bienes.
Con su tono pausado y breves discursos, Capriles se ha
dado baños de multitudes en casi 300 pueblos y ciudades, desde las
remotas villas amazónicas a los peligrosos barrios capitalinos,
asegurando que su plan de más respeto a la empresa privada y atraer
mejores inversiones harán progresar al país.
El político de 40 años insiste en que seguirá los pasos
de Brasil, que combina libre mercado con fuertes programas sociales,
pero no ha sido concreto sobre cómo desenredaría la compleja maraña de
controles económicos de cambio y de precios o cuál será el destino de
los cientos de empresas expropiadas.
Su eventual triunfo abriría un compás de incertidumbre,
ya que no asumiría hasta enero de 2013, mientras Chávez seguiría
teniendo mayoría legislativa y el control de instituciones clave, como
la petrolera estatal PDVSA, el sistema de justicia y los cuerpos de
seguridad, dirigidas por cercanos aliados.
Los comicios también son seguidos de cerca en
Latinoamérica, donde Chávez mantiene acuerdos petroleros en condiciones
preferenciales con cercanos aliados como Cuba, Bolivia y Nicaragua, así
como por países con multimillonarios intereses en Venezuela como China y
Rusia.
Ante un nuevo triunfo, el mandatario también ahondará
su relación con líderes vigilados de cerca por la comunidad
internacional, como el iraní Mahmoud Ahmadinejad, el sirio Bashar
al-Assad y el bielorruso Alexander Lukashenko, galvanizados por su
radical prédica antiestadounidense.
Sin embargo, muchos temen que su peor enemigo podría
ser la reaparición de un cáncer que lo forzó a pasar por el quirófanos
tres veces en menos de un año y que lo tuvo según sus propias palabras
al borde de la muerte, sin haber designado un sucesor.
UN PAIS, DOS VISIONES
Tras una frenética gira "casa por casa" con la que
cruzó varias veces el país, Capriles es la mayor esperanza de la
oposición en 14 años para derrotar a Chávez quien tuvo un arranque suave
y fue subiendo el ritmo de campaña para terminar con una fabulosa
demostración de fuerza en las calles.
El militar retirado de 58 años ha amasado una
resistente popularidad gracias a su innegable carisma y masivos planes
sociales para los más pobres financiados con la renta petrolera.
"Voté por Chávez porque garantiza la revolución, el
apoyo a los pobres. Si él pierde se acaba todo: nos van a quitar las
misiones y la esperanza", dijo Elida Pérez, un ama de casa de 50 años,
tras sufragar en la parroquia Santa Mónica en Caracas.
Pero la inversión de miles de millones de petrodólares
en las "misiones", desde casas gratuitas a tratamientos de salud en
Cuba, se topó esta vez con un duro rival que promete corregir las fallas
de un Gobierno ineficiente y corrupto que no da soluciones a problemas
graves como el crimen y el desempleo.
"Si gana Chávez me voy de Venezuela. No quiero imaginar
que va a pasar aquí con este Gobierno seis años más. Van a terminar de
arrasar con todo, estatizar todo. Ya está bueno, tuvo su oportunidad y
el cheque se le acabó", dijo Germán Gómez, un oficinista de 35 años,
tras votar en una zona de clase media.
(Escrito por Enrique Andrés Pretel y César Illiano.;
Reporte adicional de Ana Isabel Martínez, Marianna Párraga, Eyanir
Chinea y Girish Gupta; Editado por Juana Casas y Silene Ramírez)
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