elEconomista/ Nueva York
"Incluso si el Banco Central Europeo implementase tasas más bajas, todavía tendría lo que denomino como el Síndrome de Benjamin Button en Europa", explica Gallo.
En este sentido, el experto de RBS señala que en cierta forma la Eurozona está rejuveneciendo día a día y eso no es buena señal. Desde su punto de vista, cada vez está más separada y desintegrada. Además, considera que las fugas de capital de la periferia a los países centrales continuará incluso si las tasas de interés bajan.
En estas circunstancias, y para conseguir una estabilización de esta lenta desintegración a lo 'Benjamin Button' de Europa, es imprescindible, según Gallo, que tanto el supervisor bancario como los fondos comunes de garantía de depósitos se implementen antes de finales de año, un hecho que tiene pocas probabilidades de ocurrir.
El pasado viernes, los líderes europeos cerraron hoy una cumbre de dos días, que ha servido para pactar la puesta en marcha a lo largo de 2013 del nuevo sistema común de supervisión bancaria, lo que, en la práctica retrasa la unión bancaria como mínimo a 2014, más tarde de lo inicialmente previsto.
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