09 octubre, 2012

Incertidumbre se apodera de muchos venezolanos tras reelección de Chávez

Juan O. Tamayo
Los venezolanos entraron el lunes en un nuevo período de incertidumbre, preguntándose si la elección del presidente Hugo Chávez a un tercer período de seis años acelerará o ralentizará su muy polarizante “revolución socialista”, así como si él tiene aún cáncer.
Su victoria de 11 puntos porcentuales sobre Henrique Capriles Radonski, su menor margen de victoria desde su primera elección en 1998, colocó a Chávez hasta el 2019 en el palacio presidencial de Miraflores.


Pero con un 45 por ciento del voto del domingo en su contra, Chávez ahora “o bien insiste en su modelo socialista y autoritario, o va a empezar un proceso de diálogo” con los opositores, dijo Carlos Romero, un ex politólogo de la Universidad Central de Venezuela.
Entre los tópicos que Romero dijo que se podían discutir: la cuarta mayor tasa de criminalidad en el mundo, detrás de Honduras, El Salvador y Jamaica; y la mayor tasa de inflación en América Latina, que el año pasado fue de un 27.6 por ciento.
Sin embargo, el ex teniente coronel de 58 años de edad y líder de un fallido golpe de estado en 1992 nunca ha parecido ser un negociador. El ha hablado repetidamente de la necesidad de profundizar su “Socialismo del Siglo XXI” a nombre de los pobres, atacó a Capriles como un “lamebotas” y en otras lo criticó como un “escuálido”.
Los venezolanos que respaldan a Chávez, algunos de ellos con un fervor casi religioso, dicen que sus campañas antipobreza conocidas como “misiones” entregan beneficios como cuidado médico gratis por médicos cubanos y vivienda, alimentos y transporte subsidiados en esta nación de 30 millones de personas.
Para alimentar los gastos ha estado el torrente de dólares de las exportaciones de petróleo. El precio del crudo se ha mantenido cerca de los $100 dólares el barril durante ocho de los casi 14 meses de Chávez en el poder.
Así que cuando Chávez hizo un llamado a sus partidarios para que participaran masivamente en la votación del domingo, ellos lo hicieron. La tasa de abstención de un 19.1 por ciento de los votantes registrados fue la menor de cualquier elección en la época de Chávez.
Rolando Rivas, de 28 años, un caraqueño que quedó sin hogar por las inundaciones en el 2010, estuvo de acuerdo en que el nuevo apartamento de dos dormitorios que recibió apenas la semana pasada del gobierno influyó en su voto.
“Claro que sí, porque ya tenemos una casa. Tenemos que pagarla, pero no importa, porque las cuotas son mínimas y es a 30 años”, agregó Rivas. Incluso no tendrá que comenzar a hacer pagos del apartamento por dos años.
Norma Domínguez, de 19 años y quien vende goma de mascar en una mesa plástica cerca del centro comercial El Recreo en Caracas, dijo que gracias a Chávez su madre tuvo una exitosa operación de cataratas en La Habana. “El pueblo está seguro en las manos del comandante”, agregó.
Los críticos de Chávez alegan que su cortejo constante de los pobres a expensas de los que están mejor significa una guerra de clases, y destacan que hay una parte cuestionable en su séptima victoria consecutiva en las urnas.
Chávez supuestamente usó enormes cantidades de los recursos del estado para su campaña y controla el Consejo Nacional Electoral (CNE), que a menudo decide a su favor. Su gobierno también controla una gran parte de los medios masivos de comunicación del país, lo que regularmente le da una servil cobertura y se hace de la vista gorda de los grupos armados de civiles “chapistas” que hostigan a sus oponentes.
Aunque tanto Capriles como su Movimiento de Unidad Democrática (MUD) aceptaron los resultados de la votación del domingo como justos, la división de 55-44 a favor de Chávez llegó a algunos de sus críticos a introducir el espectro de un fraude en la votación.
La oposición ha “minimizado de manera casi suicida las muchas fallas” del CNE y el gobierno durante la campaña, dijo Aníbal Romero, un analista político de la Universidad Simón Bolívar de Caracas.
Una cuestión clave que cuelga sobre el futuro de Venezuela es la unidad de la oposición reflejada en el MUD, especialmente con las elecciones a gobiernos estatales y otras regionales que vienen en diciembre.
La mayoría de los analistas dijo que Capriles realizó una campaña brillante al atacar los múltiples fallos del gobierno en vez de la ideología del presidente. Chávez ganó la anterior elección presidencial, en el 2006 contra Manuel Rosales, por un enorme 26 por ciento.
Pero otros dijeron que la oposición debe darse cuenta que Chávez ha inclinado el terreno a su favor durante los pasados 14 años.
“La oposición se resiste a entender lo que significa un Chávez. No entiende que aquí se trata de un régimen no democrático”, dijo el ex canciller Armando Durán, y que el presidente es en realidad “un caudillo paternalista”.
La otra gran pregunta que cuelga sobre los venezolanos es la verdad del reclamo del presidente de que venció una lucha contra una forma no especificada de cáncer. Chávez se ha sometido a tres cirugías en menos de 18 meses.
Chávez pareció realizar este año una campaña a media velocidad, manteniendo sus discursos a una hora o menos, comparado con las dos o más horas en años previos. El pareció tener a veces problemas para caminar, e iba a sus mítines encima de un camión abierto.
La constitución requiere nuevas elecciones dentro de 30 días si un presidente muere en los primeros cuatro años de su término. Chávez no tiene un sucesor obvio en el Partido Socialista Unido de Venezuela, y Capriles, de 40 años, se mantendría como un fuerte candidato.
Durante su discurso de aceptación del domingo por la noche desde un balcón del palacio de Miraflores, ante una multitud de entusiastas partidarios vestidos de su icónico color rojo, Chávez le pidió dos veces a Dios que le diera salud.
“Gracias Dios mío. Sigue dándonos vida y salud para seguir construyendo esta patria … esta patria socialista”, dijo el mandatario.

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