05 octubre, 2012

La noche triste de Bejarano

Francisco Garfias

La versión fue comentada en los más altos niveles del Palacio Legislativo de San Lázaro: en una charla confidencial, Gustavo Madero, jefe nacional del PAN, advirtió a Jesús Zambrano, su homólogo del PRD, que sus correligionarios en el Senado no tienen la menor intención de moverle una coma a la minuta de reforma laboral aprobada por la Cámara de Diputados.
En otras palabras, que seguirá la opacidad y los liderazgos perpetuos en los sindicatos, en aras de flexibilizar los contratos y los requisitos para el despido de los trabajadores. Están convencidos de que eso promoverá el empleo.


Madero le habría explicado al perredista que los panistas que promueven la famosa iniciativa preferente del Ejecutivo saben que si modifican la minuta el PRI se raja y no habrá reforma laboral.
La mencionada versión confunde. Llevamos días con el cuento de que el PAN y el PRD sumarán sus votos con el PT para incluir los dos temas torales en la Ley Federal del Trabajo. Ha sido nota de ocho columnas en varios periódicos. Los dos partidos tienen los números para hacerlo. Cuentan con 66 senadores, contra 62 del PRI y el PVEM. Lo arriba citado choca de frente con el discurso de Ernesto Cordero, coordinador de los senadores del PAN, quien apenas el miércoles pasado aparecía como puntal en el combate contra la opacidad y el charrismo sindical. “Si esta iniciativa prospera y se modifica en términos de democratizar la vida sindical y de transparentar los recursos, nadie podrá estar por encima de la ley”, decía el ex titular de Hacienda.
El mismísimo Gustavo Madero ha hecho declaraciones incendiarias en contra de la reforma laboral que su archiadversario interno, el presidente Felipe Calderón, aplaude con ganas. El jefe nacional del PAN llegó incluso a calificarla de “retroceso histórico”.
 A los bejaranos les falló el golpe de Estado que intentaron en contra de Silvano Aureoles, coordinador de los diputados del PRD. Su evidente fracaso en el intento de restaurar el noroñaparlamentarismo  para bloquear la reforma laboral los obligó a doblar las manos.
Ayer aparecieron muy disciplinados en la rueda de prensa ofrecida por Silvano Aureoles para declarar “capítulo cerrado” la intentona de destituirlo por haberse deslindado públicamente de la toma de tribuna que llevó a la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados a conducir la acalorada sesión desde un palco de fotógrafos.
A la mismísima Aleida Alavez Ruiz, una de las más aguerridas bejaranistas, le dio un ataque de sensatez. Ubicada la víspera como la promotora de la destitución de Silvano, ayer se refirió a él como “nuestro coordinador” y juró que eso de moverle el tapete al político michoacano “son sólo eso, rumores…”
“Somos representantes de más de 16 millones de mexicanos que nos dieron su confianza. Por eso estamos comportándonos con unidad y con esta agenda que, vemos, es prioritaria para lo que requiere la población”, puntualizó la vicepresidenta de la Mesa Directiva en San Lázaro. ¿Será que ya se dieron cuenta de que la ciudanía rechaza los borlotes en las cámaras? Lo dudamos.
 Siguen los petardos en contra de Rodrigo Medina. A seis días de que rinda su III Informe de Gobierno, arrecia el borrego de que en Nuevo León podría nombrarse un mandatario sustituto. La nueva modalidad de la versión dice que en aquella entidad se ha insistido en que el PRI quería esperar a que se cumpliera la primera mitad del sexenio para nombrar al sustituto, sin tener que convocar a elecciones. Eso ha llevado a que en el equipo del mandatario neoleonés aseguren que a Medina le lanzan “fuego amigo” políticos de “buen tamaño”.
 Las apuestas favorecían a Rafael Tovar y de Teresa para integrarse al equipo de transición de Enrique Peña Nieto como coordinador de Cultura. Se hizo la chica. El equipo del Presidente electo informó que esa posición se la queda María Cristina García Cepeda.
La potencial Consuelo Sáizar de Enrique Peña es coordinadora ejecutiva del Auditorio Nacional desde hace 12 años. El comunicado presume que durante su gestión ha obtenido los premios Pollstar y Billboard como mejor recinto internacional, y se ha posicionado entre los 100 mejores teatros del mundo. “Ha sido promotora cultural durante más de 35 años”, añade el comunicado.
 Uno que hace días literalmente sudó la “gota gorda” es el secretario de Educación, José Ángel Córdova. La entonces gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, lo trajo en un camión de redilas —donde trasladan el ganado— durante hora y media, en su afán de que conociera la Universidad Tecnológica de Mérida.
El guanajuatense doctor, por cierto, dejó intrigados a periodistas que le preguntaron qué va a hacer después del 30 de noviembre. “Regresaría a dar clases a la Universidad de Guanajuato, pero a ver si no tengo que renovar la licencia y ustedes seguir lidiando conmigo”, les dijo. Córdova ha dicho también que una de las satisfacciones más grandes que ha tenido como secretario de Salud, primero, y de Educación, después, es poder ayudar, y que si lo invitan a seguir haciéndolo, acepta. ¿Así o más claro?

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