México: Preocupantes primeras señales de Peña Nieto
Por Juan Carlos Hidalgo
La semana pasada estuve en la Ciudad de México para la conferencia
anual de la Red de Libertad Económica organizada por el Instituto
Fraser. Pero también me encontraba en esa metrópolis en una misión: descubrir qué se puede esperar del próximo presidente, Enrique Peña Nieto.
Tras su elección en julio, muchas personas me han preguntado sobre Peña Nieto.
¿Está comprometido con las reformas económicas? ¿Cómo va a atender el
problema de la violencia del narcotráfico? ¿Es un viejo dinosaurio del
PRI con una cara fresca y una bella esposa? Simplemente no
tenía buenas respuestas a pesar de que observé los debates
presidenciales, seguí de cerca la campaña, y leí varios buenos análisis
sobre él y su equipo. Afortunadamente en México descubrí que no
era que estaba desatendiendo mis responsabilidades laborales. Pude ver
de primera mano que nadie realmente sabe qué esperar de Peña Nieto.
Sin embargo, ya podemos ver algunas pistas
durante este largo período de transición. Y no pintan bien. Reforma
informó el lunes que Peña Nieto y su equipo están estudiando la creación
de seis nuevas secretarías de gobierno para las siguientes áreas:
telecomunicaciones, de la mujer, pesca, ciencia, y gobernación. Esto
sería parte de las primeras iniciativas legislativas que el nuevo
presidente enviaría al Congreso. Muchos esperábamos que Peña Nieto le
diera prioridad a reformas que hicieran más competitiva a la economía
mexicana. Pero parece que inflar la burocracia será lo primero que hará
el próximo gobierno.
Quizá la mayor prueba al compromiso
reformista de Peña Nieto es la reforma laboral propuesta por el
presidente saliente Felipe Calderón. La reforma pretendía
flexibilizar las rígidas normas laborales de México para facilitarle a
los patronos contratar y despedir trabajadores. El proyecto
también introducía mayores elementos de transparencia y responsabilidad
en los poderosos sindicatos mexicanos (un electorado histórico del PRI).
Si Peña Nieto fuera en verdad un reformista, comprometería a la bancada del PRI en el Congreso a apoyar el proyecto.
Desafortunadamente, el PRI logró eliminar las partes de la reforma
laboral que limitaban el poder de los sindicatos y diluyó aquellas que
introducían mayor flexibilidad al mercado laboral. El proyecto
de ley, que ya pasó la Cámara de Diputados y ahora será discutido en el
Senado, todavía es un paso en la dirección correcta, pero pudo haber
sido mucho mejor. Y todavía queda la posibilidad de que el PRI lo
debilite aún más en la cámara alta.
México necesita urgentes reformas para hacer
su economía más competitiva. El país tuvo la segunda tasa más baja de
crecimiento per cápita en América Latina en la última década, con menos
del uno por ciento anual. La economía está remontando, pero aún
se encuentra lejos de alcanzar su potencial. México no se unirá a los
BRICs en ningún futuro cercano.
El principal obstáculo al potencial económico
de México es la falta de competencia en sectores fundamentales como
telecomunicaciones, transportes, cemento, energía, entre otros. Según
The Economist , “abrir el petróleo [a la inversión extranjera] y reformar
la normativa de los mercados laborales y de competencia podría aumentar
la tasa de crecimiento hasta 2,5 puntos porcentuales”.
Desafortunadamente, las primeras señales de
Peña Nieto como presidente electo no se ven promisorias. Parece estar
más comprometido con el status quo que con las reformas.
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