Romney vuelve a la carrera
Obama apareció en televisión desconectado y cabizbajo
Antonio Caño
Washington
En un debate que será más noticia en España que en Estados Unidos, Mitt Romney ,
se reincorporó esta noche a una carrera que tenía perdida. Sólido,
agresivo, más convincente que nunca en esta campaña, el candidato
republicano sacó ventaja de la ocasión y obtuvo oxígeno suficiente para
alargar la pelea.
Aunque el debate, el primero de los tres que sostendrán los
candidatos a la presidencia de Estados Unidos, no aportó un momento
decisivo, una frase gloriosa que marcara la noche
y pase a la historia, Romney estuvo por encima de su rival y, sin
ofrecer recetas específicas, dio la sensación de tener un mejor plan
para este país.
Barack Obama estuvo desconocido. Aunque los debates nunca han sido su
fuerte, en esta oportunidad se le vio particularmente desenchufado. Lo
que más se recordará de su actuación es que pasó la mayor parte del
tiempo con la vista en el suelo, supuestamente mirando sus anotaciones,
pero, en las pantallas de televisión, con una triste imagen de
abatimiento.
El presidente estuvo a la defensiva, inseguro y bastante
previsible en su argumentación. No se puede decir que cometiera errores
de bulto ni que dijera nada
contradictorio con lo que ha sostenido en las últimas semanas. Pero
tampoco aportó nada ni transmitió la emoción que suele ser habitual en
sus discursos y actuaciones en solitario.
Obama y Romney hablaron casi todo el tiempo de economía y
de sus derivaciones en los programas sociales que afectan a los
ciudadanos. Ninguno de ellos incluyó novedad alguna ni sorpresas dignas
de mención. Por lo general, el debate fue aburrido, excesivamente
técnico y con escasa participación del moderador, el periodista Jim
Lehrer. En cuanto a los hechos y los datos, poco que reseñar. Pero, en
cuanto a las impresiones, que, probablemente cuentan más en este tipo de
acontecimientos, Romney obtuvo mejor nota.
Hay que esperar para comprobar cómo se refleja eso en las
encuestas, que ahora mismo favorecen a Obama. Pero no sería sorprendente
que Romney obtenga un repunte y recupere el aliento.
Quedan dos debates más, y en los próximos Obama ya sabrá que sí que
tiene rival. Quizá para entonces, el presidente acuda mejor preparado y,
sobre todo, con más ánimo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario