09 octubre, 2012

PRIAN: todo sigue igual



PRIAN: todo sigue igual

Dada la alegría de la vida que tiene Calderón y los muchos altos tecnócratas panistas, si yo fuera priista me preguntaría, ¿y para qué chingados ganamos las elecciones?

Antonio Navalón

El poder es la capacidad de gastar. Sin presupuesto no hay poder, por eso Luis Videgaray y su colega José Antonio Meade agarraron el lápiz y se pusieron a hacer el presupuesto de egresos, el primero del sexenio de Enrique Peña Nieto.
 
No hará falta ningún cambio en la política económica mexicana respecto al sexenio calderonista.  Al final del día, desde Miguel de la Madrid hasta nuestros días, la política ha sido una; ya veremos si eso no termina siendo el mayor problema del peñismo. 



Entre el desmadre de gastar sin control en los ayuntamientos y en los estados y el hecho de rendir culto a los dioses muertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM), hay un punto equidistante. 


Ese punto se llama Brasil, se llama proyecto nacional, y se llama “confíe usted en su país y sepa que su capacidad de equivocarse no es superior a la que tienen el FMI y el BM”.  


Por ello, Luis Videgaray y José Antonio Meade están empedrando el camino y al mismo tiempo están demostrando algo muy importante: en el mandato de Peña habrá continuidad.


Me explico: ni notaremos que salen los del PAN y entran los del PRI porque los tecnócratas mexicanos, la macroestructura que gobierna el país, no necesita irse o moverse como consecuencia de que un Presidente sea de un partido o de otro.


Uno de cada cuatro mexicanos votó por el PAN. Sin embargo, dada la alegría de la vida que tiene Calderón y los muchos altos tecnócratas panistas, si yo fuera priista me preguntaría, ¿y para qué chingados ganamos las elecciones?


Me lo preguntaría para entender por qué si pasamos de azules a un paisaje tricolor todo parece seguir igual. 


Menos mal que en seguridad lo sucedido en Tres Marías nos libró de Genaro García Luna, que si no también -incluido el General Naranjo-,  hubiéramos tenido continuidad en ese paquete. Pese a que Calderón insiste en que su sistema es el bueno, ha colocado a Gayosso como la empresa del sexenio. 


Pasan los días y ya solo quedan seis semanas para que se acabe el calderonismo y el panismo y entre… ¿qué o quién? Porque realmente no entra el priismo. Llega al poder una cosa extraña formada entre verdes, ex perredistas, funcionarios panistas, gente de todo color.


La condición es caerle bien y tener la aprobación del “Yo el Supremo” que en este caso no es nuestro presidente electo, es ni más ni menos que nuestro … ¿? aún no sabemos qué puesto del organigrama del Estado querrá ocupar Videgaray. 


Mientras tanto, el país sigue acumulando inflación y nosotros seguimos con la eterna pregunta: ¿será Miguel de la Madrid la solución del México del 2012?


P.D. El horror, como el dolor, como el miedo, siempre es más digerible si se come en casa ajena.  
Que en Cadereyta asesinen a alguien que no tiene nada que ver con el poder es lo normal. Que en Coahuila, el hijo de un exgobernador, el más emblemático del estado y antiguo presidente del PRI, sea asesinado, lo convierte en un punto de inflexión de la guerra de Calderón.


Dentro de todo lo que no se sabe, hay una cosa que me alarma. José Eduardo Moreira a causa de qué murió: ¿como contestación salvaje a que habían asesinado a un sobrino de un integrante de Los Zetas y por eso eligieron al sobrino del gobernador? ¿Para lanzar un mensaje a su padre o tío? ¿Para mandar un mensaje al nuevo presidente? ¿Para demostrar que da igual lo que hagamos, porque “los malos” siempre serán más?


Hubo policías municipales implicados. Que novedad y que tristeza. Seis años, casi 100 mil muertos, miles de horas de polígrafo y nuestros policías siguen trabajando para los delincuentes y asesinos.


Si yo fuera deudo o tuviera algo que ver con las víctimas de la guerra contra el narcotráfico de este sexenio me preguntaría: ¿para qué sirvieron tantos muertos?

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