Uruguay: Comentarios a “Mujica, el corte en la nariz y los baches de La Habana” de Yoani Sánchez – por Felipe Caorsi
Estimada Yoani Sánchez,Acabo de leer la nota publicada en su prestigioso blog en la que usted realiza algunos comentarios acerca del primer mandatario de Uruguay, mi país. Quisiera que tomara conocimiento de algunas cosas que muchas veces no logran trascender y que quizás le ayuden a comprender mejor quién es José Mujica.
En 1963 el Uruguay vivía en Democracia, teníamos los índices de alfabetización más altos del continente, vivíamos en un país seguro y había libertad de expresión. Un grupo de jóvenes inspirados en las leyendas de Aparicio Saravia y en la revolución cubana, decidieron formar una guerrilla urbana con el objetivo de tomar el poder por la fuerza. Ya en 1961 se habían reunido con Ernesto “Che” Guevara en la ciudad de Punta del Este para plantearle la situación. El Che les dijo en privado que lo que ahí tenían era una democracia y que lo mejor era que la cuidaran; pero la cúpula de lo que en su momento darían en llamar Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros (MLN-T) hizo oídos sordos a las palabras de su referente ideológico. Los Tupamaros decidieron entonces que intentarían llegar al poder mediante una revolución, imponiendo la “dictadura del proletariado” por medio de la violencia.
El 31 de julio de 1963 un comando Tupamaro asalta el club de Tiro Suizo donde se
Con el dinero del robo de varios bancos y financieras, los Tupamaros deciden comprar una serie de
Como consecuencia del accionar
Un asesor de imagen lo prepara, con el objetivo de lograr que hable chabacanamente y se muestre con una “imagen popular” y descuidada, acabando así con la clásica y formal imagen de los políticos locales. En 1994 es electo diputado por primera vez. En el año 2005 es designado Ministro de Ganadería. Esta persona, de cuidado aspecto austero, pasó diez años de su vida sin trabajar, preparándose en su chacra para ingresar a la arena política.
Por la manera en que compraron esas tierras – antes explicada – todos los vecinos de Mujica son sus camaradas de guerrilla. Pegado a su residencia, hay un “galpón” con aire acondicionado y amueblado por dentro con todos los lujos, donde José Mujica se reúne con los más diversos empresarios y amigos del poder. En alguna foto que se filtró a la prensa se lo ha visto en ese lugar con una bandera de su partido político de fondo, pero jamás con una de su país.
Se oye decir frecuentemente que “Mujica es el presidente más pobre del mundo”, sin embargo no se cuenta que proviene de una familia de estancieros, ni que, fruto de los robos, secuestros y asesinatos, tiene a su disposición un cuantioso capital que le permitió financiar el oneroso camino a la presidencia.
Dudo realmente que el día del temporal el Presidente Mujica estuviera “tratando de que el vendaval no se llevara las tejas de una vivienda cercana a la granja donde vive”. Afirmaciones por el estilo suelen ser enviadas a los medios por su excelente equipo propagandístico. Recuerdo la oportunidad en que durante una oleada de frío dijo ofrecer la residencia presidencial para que la gente más necesitada no sufriera. La noticia recorrió el mundo, logrando el golpe de efecto deseado y lo cierto es que las puertas de su casa jamás se abrieron.
Hoy, en el Uruguay de Mujica, dos de cada tres niños recién nacidos viven en condiciones por debajo de la línea de pobreza y tenemos el índice de deserción estudiantil más alto de nuestra historia. Tenemos un pueblo cada vez más ignorante, mantenido a base de subsidios estatales y con los que se compra su “fidelidad” al partido oficialista. Así pasan los días para nuestro país, “socio ideológico “de Hugo Chávez, los hermanos Castro y Evo Morales.
Espero que estas líneas le hayan sido útiles. Me despido sin dejar de felicitarla por su excelente trabajo, no sólo revelando al mundo la realidad que les toca vivir en Cuba, sino también por el gran talento con el que lo hace. Ojalá pronto podamos tener en nuestros países a gobernantes que crean en la democracia, que respeten la voluntad del pueblo y que no le mientan sistemáticamente con discursos vacíos.
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