10 noviembre, 2012

China: el poder, la corrupción y el Partido Comunista

Damian Grammaticas

 
Congreso del Partido Comunista Chino
Se advirtió de la corrupción a los delegados del partido en el Congreso quinquenal.
Desde afuera, el dominio que ejerce el Partido Comunista en China luce tan sólido como una roca. Su poder es absoluto sobre los 1.300 millones de habitantes del gigante asiático.
Pero después de seis décadas, hay temores de que el partido se esté corroyendo desde adentro, con sus filas plagadas de corrupción.
Delegados de varias provincias se reunieron en el Gran Salón del Pueblo este viernes, un día después de que su secretario general, Hu Jintao, advirtiera que la corrupción podría llevar a la caída del partido.
Tanto Hu como el primer ministro, Wen Jiabao, habían hecho advertencias de ese tenor anteriormente, así que no faltan quienes las consideren palabras vacías. Pero hay una sensación de que la corrupción está socavando la legitimidad del partido ante los ojos de la gente común.
En la reunión de su delegación provincial el viernes, Yuan Chunqing, secretario del partido por la provincia de Shanxi, me dijo que combatir la corrupción ha sido una tarea importante en los últimos años.
"La hemos elevado a la categoría de asunto de vida o muerte para el partido. Pero creemos que lo podemos controlar, y el pueblo nos apoyará gracias al comportamiento ejemplar del Partido Comunista", expresó.
Wen Jiabao
Según informes, la familia de Wen Jiabao acumuló una enorme fortuna.
Para estimular el comportamiento ejemplar, los jefes comunistas de Shanxi dicen que han estado espiando a miembros del partido usando cámaras web, y exigiéndoles a los funcionarios que estudien más marxismo-leninismo. Afirman que eso hace a las personas más virtuosas.

El factor Bo Xilai y la internet

Lo que puso este asunto en primer plano en este congreso ha sido la caída de Bo Xilai.
No hace mucho era un contendiente para la nueva dirigencia del partido. Ahora está arrestado en espera de juicio y acusado de enormes casos de corrupción. Sus presuntos crímenes salieron a la luz después de que su esposa admitiera haber matado al empresario británico Neil Heywood.
Hoy es más difícil que el partido oculte sus abusos de poder. En los diez años que los líderes salientes han estado en el poder, el número de usuarios de internet en China se ha multiplicado por diez y supera los 500 millones.
Internet les está dando a los chinos una herramienta para escudriñar al partido y para descargar su ira contra la corrupción.
Li Xinde dirige un sitio anticorrupción. Su sitio tiene que alojarse en servidores fuera de China, pero ha logrado exponer y derrumbar a muchos miembros corruptos del partido.
Me mostró un video de una manifestación contra funcionarios que se apropiaban de tierras que publicó en su sitio hace poco. Se ve a la policía arrastrando a los manifestantes y pateándolos.
"Solía ser el caso que había individuos corruptos. Ahora son grupos completos de funcionarios", señala Li.
"El sistema está paralizado. Nadie se hace responsable. Si no encontramos formas para corregirlo, el problema sólo se agravará".

Nuevos ricos

Xi Jinping y Yu Zhengsheng
La nueva generación de líderes se enfrenta a la tarea de luchar contra la corrupción.
Lo más dañino para el Partido Comunista han sido los informes recientes sobre la extraordinaria riqueza amasada por los parientes de dirigentes partidistas, aunque no había ningún indicio de corrupción en esos casos.
Bloomberg News calcula que los familiares de Xi Jinping, quien está por asumir como nuevo líder del partido, poseían en junio más de US$370 millones en bienes.
Mientras, el New York Times informaba la semana pasada que la familia extendida de Wen Jiabao tenía bajo su control activos por más de US$2.500 millones.
Desde entonces, el acceso a los sitios de ambas organizaciones noticiosas ha sido bloqueado en China.
Los abogados de la familia de Wen emitieron una declaración negando cualquier fechoría y calificando la historia del New York Times como "falsa".
Roderick MacFarquhar, profesor de gobierno en la Universidad de Harvard, afirma que puede que la riqueza haya sido adquirida legítimamente, pero que es bochornosa para el partido.
"Tal como Hu Jintao y otros dirigentes antes que él decían, una cleptocracia masiva no puede conducir al país porque algún día la gente se cansará de esto", explica.
"La burguesía urbana se distanció de Chiang Kai-shek y los nacionalistas porque su régimen era muy corrupto. El Partido Comunista simplemente no puede darse el lujo de que eso ocurra".
Pero mientras el partido se preocupa de que la corrupción pueda ser fatal, es posible que también sea incapaz de detenerla. No está claro si un partido que no está dispuesto a someterse a ningún control ajeno pueda limpiarse.

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