La coalición CiU, luce como la favorita para levantarse con el triunfo electoral pero sin la mayoría, lo que podría representar un obstáculo en sus planes separatistas
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El presidente de Cataluña, Artur Mas, se juega en las lecciones su futuro político.
Artur Mas, enfrentado al gobierno central que rechaza una autonomía presupuestaria ampliada para esta región del noreste de España, convocó elecciones anticipadas que serán seguidas dentro de la legislatura de cuatro años, y en caso de victoria, por un referéndum sobre la autodeterminación de Cataluña.
Dos años después de las elecciones de noviembre de 2010 que dieron a su coalición Convergencia i Unio (CiU), una mayoría relativa en el Parlamento regional (62 diputados de los 135 totales), Artur Mas espera conseguir esta vez una mayoría absoluta.
“Al siguiente presidente no lo podrán destruir porque ya no dependerá de España”, advirtió el pasado domingo Artur Mas, en campaña en Barcelona, en respuesta a insinuaciones de corrupción que también salpican a sus cercanos.
La avalancha independentista tomó fuerza después de que el gobierno catalán escenificó su desacuerdo en una multitudinaria protesta de las fuerzas separatistas que tuvo lugar en Barcelona el pasado 11 de septiembre, cuando se conmemora la Dida, la rendición de Barcelona en 1714 a las tropas borbónicas en la Guerra de Sucesión Española.
El retorno de la derecha, hace un año en Madrid, tras siete años de poder socialista, la ofensiva de Mariano Rajoy contra el déficit público y la puesta bajo control a las regiones tras años de deriva financiera, hicieron el resto.
En este contexto, recientes declaraciones del ministro de Cultura, José Ignacio Wert, que dijo que era necesario “españolizar” la educación en Cataluña, contribuyeron a avivar las tensiones nacionalistas.
La Constitución española “se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles” (Capítulo 2) y en ella se regula la convocatoria de referéndum, reservada exclusivamente al Estado.
El presidente Mas ha señalado de manera desafiante que “¿puede un gobernante actuar por encima de la legalidad parapetado tras el cargo que la propia Constitución le otorga? Creo que esto se parece bastante a un golpe de Estado”.
El Presidente catalán, cuyo partido nacionalista y conservador, CiU, ha gobernado los dos últimos años sin mayoría absoluta anunció el 25 de septiembre estas elecciones anticipadas.
El programa electoral de CiU promete aumentar en 5% la esperanza de vida en buena salud, reducir los muertos y heridos en accidentes de tráfico en 50%, reducir el fracaso escolar de 30% al 10%, crear 60 mil empresas y hasta subir en cinco puntos la tasa de supervivencia del cáncer, toda esa oferta sin pensar que todavía no son independientes.
Varios sondeos publicados el pasado domingo por la prensa española vaticinan que CiU no logrará la mayoría absoluta. Señalan que ganará las elecciones mañana, pero no conseguiría los 68 escaños que le darían la mayoría absoluta en el Parlamento catalán.
En el límite legal para publicar encuestas, La Vanguardia, El Periódico –ambos de Barcelona, la capital catalana–, El País, La Razón, El Mundo, ABC y el diario Ara publicaron en sus portadas las conclusiones de los sondeos que encargaron con motivo de los comicios catalanes.
La Vanguardia, que titula “El avance de CiU afloja”, publica el sondeo en que Mas ganaría dos diputados, pero se quedaría a cuatro de la mayoría absoluta, con una horquilla entre 62 y 64 diputados.
“CiU se encalla”, fue el titular de portada de El Periódico, de Cataluña, que da tanto a la federación de Artur Mas como al Partido Popular (gobierno central) unos resultados similares a los que obtuvieron hace dos años.
Por su parte, su principal adversario, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, insistió el pasado domingo en la ciudad catalana de Girona, en sus advertencias a los nacionalistas, adelantándoles que corren el riesgo “de no ser tomados en serio en Europa” si Cataluña se convierte en un Estado independiente.
En una España en pleno marasmo económico, la crisis intervino con dureza en Cataluña, antiguo motor económico del país, que actualmente presenta una deuda equivalente a 22% de su Producto Interno Bruto.
Pero desde hace dos años, el malestar se intensifica en esta región de 7.5 millones habitantes de fuerte identidad lingüística y cultural, al punto que el debate independentista ocupó el primer puesto en la campaña.
Orgullo cultural
Muchos catalanes se sienten diferentes del resto de España por su historia particular, su tradición cultural y su identidad lingüística.
Hasta el siglo XII, la actual región autónoma española de Cataluña estaba compuesta por varios condados que, como consecuencia de una alianza dinástica, pasaron a formar parte de la Corona de Aragón, y por su posterior unión con el reino de Castilla incorporó a Cataluña a la nación española nacida en 1492.
Las aspiraciones independentistas de una parte de la población catalana fueron aplastadas el 11 de septiembre de 1714, cuando las tropas del rey español Felipe V tomaron Barcelona y se anularon las instituciones catalanas soberanas.
Cataluña es la región española más desarrollada económicamente, con una fuerte industrialización, que comenzó en el siglo XIX, y con un papel vanguardista en España en los ámbitos de la ciencia y la tecnología. Los partidarios de la independencia sostienen que una Cataluña separada de España sería un Estado económicamente viable.
Inesperado
Artur Mas era hasta hace no muchos años un político sin perfil marcado. Sus detractores le reprochaban falta de ideología. No se le conocía una sola idea que no fuera una mera expresión de la doctrina oficial del partido, decían. Ahora se ha convertido en una especie de mesías dispuesto a conducir a Cataluña en el camino de la independencia de España.
De joven, la política no parecía importarle demasiado. De familia acomodada y educado en el Liceo francés, se dedicaba a estudiar, le gustaba dar paseos en yate... Cuando terminó la carrera de Económicas y Empresariales pasó a trabajar de ejecutivo y dirigió una sociedad de inversiones.
Muerto el dictador Francisco Franco, el joven Mas rehuyó los avatares de la transición política española. Se afilió a su partido, Convergència i Unió (CiU), estando ya cerca de la treintena.
Muchos independentistas catalanes no hubieran pensado jamás en votar a alguien como él hasta hace poco tiempo. El político barcelonés, de 56 años, ha planteado al gobierno de Mariano Rajoy el desafío independentista más fuerte que nunca antes había vivido la España democrática.
Tras sólo dos años de mandato como presidente del gobierno regional de Cataluña, adelantó en otros dos los comicios autonómicos en la región económicamente más fuerte de España.
Del resultado de los comicios de mañana en Cataluña depende la legitimidad del proyecto y el futuro político de Artur Mas.
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