08 noviembre, 2012

La victoria de Obama cambiará poco la relación de EE.UU. con América Latina

Por KEJAL VYAS

CARACAS—La victoria del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en las elecciones del martes apunta a la continuidad de las relaciones del país con Latinoamérica, una región vital para los intereses de Estados Unidos que rara vez fue mencionada en la demoledora campaña presidencial durante el año, y que ha estado fuera del radar de la Casa Blanca durante los últimos cuatro años.
Muchos de los temas en las relaciones bilaterales del gobierno de Obama con sus vecinos en el Sur siguen siendo los mismos, pero tomarán nuevos matices en el segundo mandato de Obama. Éstos incluyen el nuevo gobierno en México y su fiera guerra contra los cárteles del narcotráfico; relaciones tensas con Venezuela, importante proveedor de petróleo de EE.UU. cuyo presidente recientemente reelecto, Hugo Chávez, sigue promoviendo alianzas antiestadounidenses; como también la penetración de China e Irán en la región.
imageAssociated Press
El presidente Obama se reunió con los líderes latinoamericanos durante la Cumbre de las Americas celebrada en abril de este año en Cartagena.

"Todo depende del capital político que el presidente quiera usar al elevar Latinoamérica como una región importante para EE.UU"., dijo Ted Piccone, profesor y subdirector de política exterior de la Brookings Institution, un centro de estudios en Washington.
Obama recibió mensajes de felicitaciones de la presidenta argentina Cristina Kirchner, el presidente colombiano Juan Manuel Santos, aliado clave de Washington en la guerra contra el narcotráfico, el presidente peruano Ollanta Humala y la presidenta brasileña Dilma Rousseff, quien agregó que esperaba conversar por teléfono con su par estadounidense en el futuro cercano.
La relación de EE.UU. con Brasil es crucial para ambas partes. EE.UU. es el segundo socio comercial de Brasil después de China. Desde el punto de vista de EE.UU., Brasil produce un raro superávit comercial, con alrededor de US$5.400 millones en los primeros ocho meses de 2012. Por el lado de la inversión, EE.UU. aún está segundo entre los inversionistas de origen extranjero, después de Holanda, con una inversión total fija de US$110.000 millones en 2011.
El mes pasado, el representante comercial de EE.UU., Ron Kirk, se quejó de que el aumento de los aranceles brasileños este año, que afectan unos 200 productos, perjudicarían "significativamente" las exportaciones de EE.UU. a Brasil "en sectores claves". Dijo que los aranceles suscitaban temores de un creciente proteccionismo por parte de Brasil.
El potencial conflicto fue rápidamente aplacado, empero, cuando Brasil anunció una ronda de recortes de aranceles unos días después. Los recortes, que afectan unas 330 categorías de bienes de capital, incluyeron una cantidad de productos provistos principalmente por EE.UU.
Las expectativas de analistas son de pocos cambios en materia comercial por cuanto generalmente se cree que EE.UU. continuará políticas monetarias ultraexpansivas en un intento por impulsar su recuperación, incluso a través del aumento de sus exportaciones. Dada su exposición a la suerte económica de EE.UU., los inversionistas en la región siguen con atención las gestiones de EE.UU. para remediar sus profundos problemas tanto de deuda como fiscales.
Las bolsas de Latinoamérica desde México hasta Brasil y Colombia acompañaron las acciones estadounidenses el miércoles a la baja a medida que la atención del mercado se concentraba en los próximos retos fiscales que enfrenta la economía de EE.UU. Aun así, la política monetaria laxa implementada por la Reserva Federal de EE.UU. en años recientes probablemente continúe dando soporte a los precios de las acciones en la región en el mediano plazo a medida que el exceso de liquidez se inyecta en los mercados de capital.
Para México, que comparte una frontera de 3.000 kilómetros con EE.UU. y envía casi cuatro quintos de sus exportaciones a su vecino del norte, la reelección de Obama probablemente significa que todo sigue igual. El presidente encara la difícil tarea de ayudar al gobierno mexicano en su guerra contra las drogas, a la vez que está plenamente consciente de que unas gestiones significativas requerirían de cambios en las políticas internas de EE.UU. en materia de armas, inmigración y drogas, todos los cuales conllevan costos políticos potenciales, dijo Piccone de Brookings Institution.
Con una continuidad general en las políticas económica y comercial existentes, los analistas esperan que las economías de Latinoamérica continúen expandiéndose. El Fondo Monetario Internacional proyecta que la producción se modere a 3,2% este año, en comparación con el crecimiento de 4,5% en 2011. El FMI pronostica que Latinoamérica y el Caribe crecerán 3,9% el próximo año.
"Cuando hablamos de Latinoamérica, todo gira en torno a la robusta demanda interna y el factor de China", dijo Kathryn Rooney Vera, estratega en macroeconomía de Bulltick Capital Markets, en referencia al fortalecimiento de los lazos económicos del gigante asiático en la región y lo cual genera un nuevo socio a muchos países con una abundancia de materias primas.
"Dentro de uno o dos años —y eso es lo que le importa al mercado— no creo que veamos ningún cambio", agregó Rooney Vera, quien dijo estar entre muchos analistas que dudaban de grandes cambios en las políticas de EE.UU. hacia Latinoamérica, sin importar quién gane.
Estas impresiones fueron reflejadas por Chávez, quien el lunes dijo que desde el punto de vista de Venezuela no había muchas esperanzas, sin importar que gane uno u otro, de que habrá cambios importantes en las relaciones de EE.UU. con el mundo (...) o con Latinoamérica o Venezuela".
Bajo la conducción de Chávez, Venezuela ha tratado de alejarse de EE.UU. al buscar fortalecer los vínculos económicos y políticos con China, Rusia e Irán. Aun así, EE.UU. sigue siendo el mayor comprador de petróleo venezolano —a principal exportación del país sudamericano— con poco menos de un millón de barriles por día.

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