02 noviembre, 2012

PAN-PRD: el Tucopri. Martín Moreno

La mejor noticia para la democracia es el bloque opositor PAN-PRD para contener al PRI y —tiene razón la cabeza principal de Excélsior— para controlar a Peña Nieto. Es una alianza lógica, necesaria y legítima. Y la peor noticia es para el priismo, que creía que al regresar a Los Pinos podría hacer, como antaño, lo que se le antojara.
En los Archivos del poder del viernes anterior, lo adelantamos antes que nadie: “…la sesión del martes pasado en el Senado fue un round de sombra para lo que viene el próximo sexenio: que la derecha y la izquierda integren un bloque opositor verdadero, eficaz y saludable para contener a la aplanadora priista”. Nuestro pronóstico se cumplió.


Porque ese será el objetivo central de la alianza: frenar al viejo PRI durante el sexenio peñista. En otras palabras, pero con el mismo sentido, Gustavo Madero advirtió que se construirá un frente amplio “para ir en contra de los excesos y del autoritarismo de quienes pretendan una regresión a las prácticas clientelares y corruptas del pasado”.
Jesús Zambrano sintetizó: “El acuerdo es para dejar claro que aquí no hay una fuerza política, y hablando concretamente del PRI, que pueda y deba sentirse dueña del país”.
El frente es para frenar reformas “inviables e insanas”, adelantó el líder de los senadores perredistas, Luis Miguel Barbosa. Es decir: la energética, la fiscal o cualquier otra, no serán al capricho del priato.
Sí: es el Tucopri (Todos unidos contra el PRI).
La alianza opositora al PRI se integró tras una reunión entre los dirigentes del PAN y los del PRD con Ernesto Cordero —lo que significa que lleva el respaldo de Calderón—, Alejandra Barrales, Manuel Camacho, Alejandro Encinas y Miguel Barbosa, los operadores de la izquierda. Ricardo Mejía por el Movimiento Ciudadano (MC). Faltaría saber la postura de López Obrador.
Señalamos en nuestra columna de hace una semana que “la alianza azul-amarilla sigue resultando veneno para el priato”. Se demostró con la derrota del PRI en la reforma laboral. La fórmula les funcionó. “Este bloque trasciende la reforma laboral”, aclaró Madero. Será una alianza, por tanto, transexenal.
Seguramente las plumas y voces peñistas o al servicio del PRI se retorcerán por la integración del bloque opositor PAN-PRD. Ya veremos cómo la descalificarán y la crucificarán. La quemarán en leña verde. Pero sus posturas anacrónicas o de interés personal ya no convencen a nadie: las alianzas políticas, aun entre partidos con diferente ideología, son práctica común en las democracias consolidadas. Son válidas y funcionales. Se llama democracia. Y punto.
¿Qué factores impulsaron y consolidaron la formación de esta nueva alianza sexenal PAN-PRD e izquierdas? Algunos puntos clave:
1) El anuncio de que la diputación del PRI “enfriaría” la reforma laboral aprobada por el Senado —incluida la transparencia sindical— fue un error monumental. Solamente reavivó la contradicción priista: piden reconocer que la mayoría votó por Peña, pero desconocen a la mayoría senatorial que avaló la reforma laboral. El desafío puso en guardia al PAN y al PRD, los orilló a sentarse a la mesa y buscar el contrapeso político necesario para enfrentar la soberbia del priato. ¿Resultado? El bloque opositor al PRI.
2) La desafortunada actuación del coordinador de los senadores del PRI, Emilio Gamboa Patrón, encendió las luces de alerta en el equipo de campaña de Peña Nieto. Primero, Gamboa fue vapuleado por los opositores con la reforma laboral. Después anunció que Peña presentaría su propia reforma laboral, lo cual tuvo que ser desmentido por Alfonso Navarrete Prida. En tiempo récord, Gamboa Patrón se ha convertido en un lastre para el próximo gobierno. Se analiza ya que deje la coordinación cuando Peña asuma la Presidencia.
3) Manlio Fabio Beltrones aseguró que Calderón verá la aprobación de la reforma laboral “desde un lugar más tranquilo y cómodo”. Es decir: como ex presidente. Sin embargo, el propio Beltrones aclaró después que Peña Nieto pidió a la bancada priista en San Lázaro que apruebe la reforma laboral enviada por el presidente Calderón, lo cual pudiera ocurrir antes del 30 de noviembre y, por tanto, sería vista por el panista como Presidente. Hubo cambio de señales.
Seguramente el PRI intentará reventar el frente opositor derecha-izquierda, sobre todo en el Senado, donde alcanza mayoría sobre el priismo, apostando a que algún senador tenga precio. Ya lo veremos.
Por lo pronto, hay bloque de oposición contra el PRI.
El Tucopri.
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