Habrá dos funcionarios en el gobierno de Peña Nieto
que gozarán de ese privilegio. Uno será el encargado del dinero y el
otro de la política (incluida la compleja coordinación de los asuntos en
materia de seguridad nacional). Serán los brazos fuertes del mandamás.
Ambos también serán primus inter pares (los primeros entre
iguales). Es decir, aunque tengan el mismo rango y sueldo de otros
secretarios de Estado, sus decisiones prevalecerán por encima de las
demás.
El secretario de Hacienda tendrá la misión de convertirse también en
válvula del control político, toda vez que de él dependerán los
billetes. Tendrá la llave para distribuir el dinero nacional de acuerdo
al plan estratégico del Presidente… para abrir la llave del “chorro”
cuando sea indispensable o cerrarla cuando sea necesario. No es casual
que LuisVidegaray lleve la batuta en la negociación
presupuestal que deberá concretarse en mes y medio. Quien opera ese
poder es el hombre de más confianza y probada lealtad con su superior.
El más cercano a Enrique Peña.
Economista egresado del ITAM, Videgaray ha sido
calado en la función pública como secretario de Finanzas del gobierno
mexiquense… y como presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta
Pública en la Cámara de Diputados, donde además operó para el próximo
mandatario las lealtades políticas necesarias, dentro y fuera de su
partido, para allanarle el camino a la candidatura presidencial.
Pero… el nuevo secretario de Hacienda la tendrá difícil. De entrada,
habrá de resolver el trabuco de la deuda del sector público heredada por
el próximo ex Presidente. Algo así como más de cuatro billones de
pesos… y pico. El doble de lo que recibió Felipe Calderón de su espigado predecesor, Vicente Fox.
El otro pilar que sostendrá el andamiaje del poder peñanietista será
quien ocupe la supersecretaría de Gobernación, vitaminada y mineralizada
por la reforma que viene a la Ley de la Administración Pública Federal,
propuesta por Peña Nieto… y operada por la bancada del PRI con Manlio Fabio Beltrones y Emilio Gamboa
a la cabeza. La nueva Secretaría de Gobernación, encargada de la
negociación política con el Congreso, los gobernadores y demás poderes
fácticos —además del tema de la migración y la protección civil—, tendrá
a su cargo un espectro aún mayor —como en los viejos tiempos—. Habrá de
articular la tarea más compleja: la seguridad nacional. Poner de
acuerdo a los que durante el calderonismo estuvieron en desacuerdo… y lo
que sigue: la PGR contra la SSP; el Ejército contra la Marina; la
Policía Fiscal contra todos… y todos, en conflicto de coordinación con
las agencias estadunidenses y sus intereses en materia de combate al
crimen organizado.
Para encargarse de tal afán se vislumbra al ex gobernador de Hidalgo, Miguel Ángel Osorio Chong, en quien Peña Nieto ha depositado toda su confianza para calmar los ruidosos ánimos políticos… a diestra y siniestra. Osorio Chong habrá de administrar zanahorias y garrotes.
En pocas palabras. En el gabinete presidencial todos serán iguales, pero habrá dos más iguales que otros. Videgaray y Osorio Chong… ya lo verá.
MONJE LOCO: Los “buenos aires” de Pachuca anuncian
también al próximo procurador General de la República… y de los lodos
de la izquierda, a una mujer a quien demasiados intentaron hacer polvo. Y
si persisten las molestias causadas por la “gabinetitis”, consulte a su
médico.
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