¿Cuál es el espacio mas capitalista del mundo?
El capitalismo ha encontrado en la falta de regulación de los Oceanos un oásis para ejercer sus prácticas más viles.
La percepción frente al capitalismo,
sistema financiero que ha regido al planeta por mas de un siglo, parece
estar perdiendo cada vez más adeptos. Los vicios implícitos en el diseño
de este modelo se manifiestan de forma cada vez mas tangible, sectores
sociales castigados, valores y principios diluidos, existencias
confundidas entre el consumo y la simulación. Y tal vez a partir de esta
reflexión es que Pablo Prieto, columnista de la versión en español del
Huffington Post, decidió compartir un interesante ejercicio: ubicar el lugar más capitalista del planeta.
Contrario a lo que podríamos pensar,
este poco deseable destino no se encuentra ni en Wall Street ni en la
gélida eficiencia de los bancos suizos. Tampoco está en la City
londinense o en los pantanos fiscales de la Bahamas, no, en realidad
este sitio es mucho más vasto de lo que podrías imaginar: el océano.
Este presumiblemente neutral espacio en realidad alberga decenas de
entornos (barcos pesqueros) en donde los aspectos más viles del
capitalismo florecen como anti-lotos.
La falta de regulación internacional en
los mares no solo garantiza que sus habitantes estarán expuestos a los
más crudos vicios de la filosofía del capital, sino que ni siquiera
tendrán acceso a la virtual protección que el mismo sistema presta para
matizar las consecuencias negativas del modelo que ejerce. De acuerdo
con Prieto, hay elementos concretos que soportan su hipótesis de que en
los barcos pesqueros es donde el capitalismo alcanza su máximo clímax:
Condiciones laborales:
la ansiedad por producir mas a menor precio, propia de este sistema
financiero, encuentra un cause ideal en la ausencia de normatividad
laboral que se vive en los pesqueros. Para el dueño de un barco es fácil
instaurar jornadas de más de cien horas semanales sin que exista
autoridad alguna a la cual rendir cuentas. Por otro lado tenemos el
fenómeno de la exteriorización de empleos, es decir la contratación
irregular de tripulaciones que provengan de los países más castigados
del orbe, integradas por personas que seguramente poco exigirán en
cuanto a un trato digno, un salario justo, o condiciones laborales
decentes.
Medioambiente: otro de
los aspectos que se han convertido en maximos embajadores del
capitalismo, el cual se encuentra en sintonía con el afán de transformar
lo que sea en una variable más de capital, a costa de cualquier cosa,
es la destrucción sistemática del medio ambiente. “Por cada tonelada de
pescado desembarcado se consumen 620 litros de combustible, y se emiten
1.700 kg de CO2″ advierte Prieto de acuerdo con datos del Banco Mundial y
la FAO. Además, no existe autoridad que controle con eficiencia
fenómenos como la sobre-explotacion de recursos naturales o que pueda
frenar aberrantes prácticas como la monumental cantidad de deshechos
tóxico vertidas en las aguas, lo cual genera un impacto medioambiental a
largo plazo que eventualmente se convertirá, sin duda, en una
pesadillesca realidad compartida.
En fin, más alla del nivel de empatía
que nos pueda generar esta temática, lo cierto es que resulta
interesante observar el andar del capitalismo sobre arenas poco
reguladas, sobretodo por que representa una oportunidad para confirmar
su esencia: una naturaleza destructiva y violenta que, motivada por una
ambición descomunal, se dedica a arrasar con cualquier entorno que su
camino cruza.
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