21 diciembre, 2012

EL NO DE GORDILLO

gORDILLO 

Por Ricardo Alemán

Durante los primeros minutos de este jueves 20 de diciembre, la Cámara de Diputados aprobó, en lo general y en lo particular, la iniciativa de reforma educativa, propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto y las tres principales fuerzas políticas del país; PRI, PAN y PRD.

 

Dicha reforma pretende -como ya lo ha dicho el secretario de Educación, Emilio Chuayffet-, que el Estado recupere la rectoría de la educación, a través de la profesionalización de la carrera magisterial; de la creación de un sistema de operación educativa que ayude en la gestión de planteles; de dar autonomía al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación; y del fortalecimiento del programa de escuelas de tiempo completo durante el sexenio.


Una vez que la reforma educativa fue aprobada en San Lázaro, se envió de manera inmediata al Senado para su discusión y eventual ratificación.


Pero además, luego de la aprobación, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, encabezado por la profesora Elba Esther Gordillo, fijó su posición ante esta histórica reforma.


En conferencia de prensa, la lideresa del sindicato más grande de América Latina aseguró que el SNTE avalaba en lo general la reforma educativa, pero también advirtió que rechazaban las modificaciones en el tema de la evaluación de los docentes.


La señora Elba Esther Gordillo afirmó que no permitirán ser amenazados con el tema de la evaluación y agregó:


"A los maestros no se les amenaza, a los maestros se les exhorta, se les invita a ser mejores, se les estimula".


Además, Gordillo rechazó que a los maestros del SNTE se les pretenda responsabilizar por el desastre educativo que vive país, y dijo que su sindicato no busca confrontaciones sino reestructurar al sistema educativo con un cambio "de fondo".


Luego de las declaraciones de la profesora, vale preguntar: ¿será real o ficticio el supuesto enfrentamiento de la lideresa magisterial por la aprobación de la reforma educativa?


Aquí creemos que asistimos a una simulación. Es decir, que mientras en el Congreso avanza la reforma, la señora Gordillo asume su papel de contestataria para no ser rebasada por las bases y los liderazgos medios y altos del magisterio que encabeza.


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