12 diciembre, 2012

MAESTROS... NO COMEN LUMBRE.


Por Ricardo Alemán.

Cuando el presidente Enrique Peña Nieto, los líderes del PRI, PAN y PRD; y el secretario de Educación, Emilio Chuayffet, presentaron la iniciativa de reforma educativa, más de uno dio por hecho que estábamos ante una declaración de guerra de parte del Gobierno Federal en contra de la señora Elba Esther Gordillo y su Sindicato de maestros.


No faltó el atolondrado que comparó la propuesta de reforma con el llamado "Quinazo" de Carlos Salinas de Gortari. Es decir, la presión desde la Presidencia de la República para arrebatar el control del sindicato petrolero de manos de Joaquín Hernández Galicia, la Quina, quien incluso fue encarcelado junto con un puñado de altos mandos de la cúpula sindical de Petróleos Mexicanos.





Sin embargo, lo cierto es que más allá de ser vista como una guerra o como un intento por reducir el poder de la señora Gordillo, todo hace suponer que la propuesta de reforma educativa no sólo será apoyada sino hasta exigida por la dirigencia del SNTE.





Y es que luego de la conferencia de prensa que ofreció Juan Díaz, el líder del sindicato más poderoso de América Latina, el de maestros; los educadores intentan presentarse como los artífices y defensores de la reforma. Según Díaz, el planteamiento de reforma al tercero constitucional es parte de sus estatutos, de sus exigencias y de su labor como responsables del ejercicio educativo en México.





Sin embargo, lo que el señor Juan Díaz no dice es que amén del sorpresivo espaldarazo a una reforma que pareciera diseñada para desarmar al SNTE, en realidad asistimos a la confirmación de que no existen los políticos tontos, suicidas o que coman lumbre.





Tal como dijimos en el Itinerario Político del 11 de diciembre, en México –como en todas partes–, los políticos que entienden los tejes y manejes del poder saben cuando es conveniente presionar y cuando no; saben cuando es adecuado asentir y disentir; saben cuando hay espacio para el alboroto y cuando no.





Y la señora Elba Esther Gordillo –uno de los animales políticos más experimentados de la "fauna" nacional– sabe a la perfección que esta vez no caben las protestas ni los gritos ni tampoco los desacuerdos. En este momento, en el umbral de un nuevo gobierno –que además implica el regreso del PRI al poder presidencial–, "la maestra" no tuvo más que sonreír y sumarse al proyecto que impulsan el PRI, el PAN y el PRD, junto con el gobierno de Enrique Peña Nieto.





Y es que tanto la señora Gordillo como sus maestros podrán ignorar muchas cosas, pero algo tienen muy claro; y eso es que, como dijera el nuevo presidente de los Diputados, Francisco Arroyo, el PRI conoce, como la palma de su mano, los usos y usufructos del poder.





¿No que no..?

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