17 diciembre, 2012

Partido de Chávez se impone en comicios y Capriles retiene Miranda

Partido de Chávez se impone en comicios y Capriles retiene Miranda

El oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) emergió ganador de las elecciones regionales sostenidas el domingo, aun cuando la oposición logró mantener un puñado de gobernaciones claves, en unos comicios marcados por un elevado abstencionismo y por la ausencia del presidente Hugo Chávez.
Según el primer informe leído por la presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) habría ganado 19 de las 23 gobernaciones del país, aunque los resultados de una de ellas, la del estado Bolívar, no eran considerados irreversibles al cierre de esta edición.


El ex candidato presidencial de la oposición Henrique Capriles —quien perdió en octubre la elección frente a Chávez— salió reelecto en la gobernación del estado Miranda, manteniendo así su posición como uno de los líderes más visibles del país.
No obstante, la oposición perdió el importante estado petrolero de Zulia, luego de que el gobernador de ese estado, Pablo Pérez, fracasara en su intento de salir reelecto.
El resultado deja a la oposición con solo tres gobernaciones, una pérdida sustancial frente a las ocho que mantenía.
“Este es un resultado que no nos satisface. Es un resultado donde hemos tenido pérdidas que sentimos. Pero también es un resultado que demuestra que este pueblo no se deja doblegar, que este pueblo no se da por vencido, que aquí no se rinde nadie”, declaró Ramón Guillermo Aveledo, secretario general de la Mesa de la Unidad (MUD), organización que aglutina a la mayoría de los partidos de la oposición, poco después de conocerse los resultados.
Tras conocerse el primer boletín oficial, Jorge Rodríguez, vocero del comando electoral oficialista, afirmó en una conferencia de prensa que los resultados dejaron al país con un “mapa pintado de rojo, rojito por los cuatro puntos cardinales”. El rojo es el color que identifica al chavismo.
“Ha sido una victoria inmensa… la victoria perfecta”, agregó Rodríguez rodeado de la plana mayor del gobierno de Chávez.
El Consejo Nacional Electoral informó que el nivel de participación en los comicios fue de 53 por ciento. No indicó un número exacto de abstención ni de votos escrutados.
Líderes de la oposición temían que los resultados les fuera adversos, en unos comicios que fueron realizados poco después del duro golpe que recibieron en las cuestionadas elecciones presidenciales que resucitaron nuevamente las dudas sobre la confiabilidad del sistema electoral.
La fecha en que se realizó la elección también jugó en contra de las aspiraciones de la oposición, produciéndose en medio de las fiestas navideñas, fecha en la que un buen número de venezolanos suele viajar para reunirse con sus familiares.
El ausentismo, estimado en un 50 por ciento, juega en contra de los adversarios de Chávez dado a que la oposición —que compite en gran desventaja frente al uso por parte del chavismo de fondos del Estado para promover su plataforma política— simplemente no cuenta con la misma maquinaria para movilizar a los electores.
Pero los resultados no pueden ser atribuidos totalmente a la fecha en que fue realizada la elección, declaró el analista político Alberto Franceschi.
El revés electoral también se debió a la enorme decepción producida por la elección del 7 de octubre, cuyo resultado fue fraudulento en los ojos de muchos opositores, quienes se sintieron traicionados además por la actuación de Capriles, quien asumió con demasiada rapidez los números declarados por un CNE controlado casi totalmente por el gobierno, explicó Franceschi.
Según el analista, es un resultado que hizo recordar las elecciones presidenciales del 2006, cuando el entonces candidato Manuel Rosales, aceptó los resultados sin rechistar pese a la sospecha de que también hubo fraude.
“La gente esperó que su voto, en octubre, sirviera para mucho más que ser una repetición de las elecciones presidenciales del 2006. Esta vez Capriles hizo lo mismo que Rosales. La expectativas de la gente eran mucho mayores esta vez. Aquella vez [con Rosales] fue una decepción. Esta vez [con Capriles] fue un impacto dramático, confrontando una gran esperanza y evidencia de mayoría [de la oposición] con la actitud pasiva del candidato”, comentó Franceschi.
“Las elecciones de octubre fueron un desastre y la gente en esta ocasión se preguntó: ¿para qué votar?”, comentó.
El resultado también muestra que existe cierto agotamiento del actual liderazgo de la oposición, caracterizado por múltiples partidos que presentan algunas posiciones en común, pero cuyos líderes parecen estar más interesados en avanzar sus propios intereses.
“Todo esto demuestra que el modelo ya se agotó. Esta forma de hacer oposición, con un mensaje electoral, ya no está cautivando a una población que desea un cambio y es mayoría”, comentó el asesor político Estaban Gerbasí.
“La manera en que ellos ejercen la política es un modelo de crítica, que en realidad no está brindando una esperanza de que podrá resolver los problemas del país. Se requiere de un nuevo liderazgo”, sostuvo.
El ex embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas Diego Arria, coincidió.
“Aquí lo que es evidente es que esta situación inaudita institucional no puede enfrentarse con los mismos esquemas del pasado, y tiene que venir una revisión total y sobre todo entender que lo que viene por delante no es un desafío sólo para los partidos políticos”, comentó Arria.
“La MUD tiene que ser ampliada con las academias, los sindicatos, los líderes jóvenes, con Fedecámaras [la mayor agrupación empresarial del país], con los gremios, para hacerla más representativa para que tenga legitimidad. De enfrentarnos sólo en el espacio electoral sin enfrentar al Consejo Electoral, sin enfrentar el abuso de las Fuerzas Armadas, vamos a estar condenados a perder elecciones”, agregó.
La principal tarea de esa gran alianza nacional debe ser exigir una profunda reforma del sistema electoral del país, para que los venezolanos vuelvan a confiar en él, amplió Arria.
Las elecciones también fueron marcadas por la ausencia de Chávez, quien se encuentra recuperándose en Cuba de una compleja cirugía de seis horas aplicadas para tratar de contener el cáncer que padece.
Aunque portavoces del gobierno sostienen que el mandatario se recupera satisfactoriamente de la operación, un número cada vez mayor de venezolanos cree que la enfermedad de Chávez se encuentra en una etapa bastante avanzada y que el líder de la Revolución Bolivariana pronto tendrá que separarse del poder.
Esa pudo haber sido otra de las razones por las que el elector de la oposición se abstuvo de participar en los comicios, explicó Franceschi
“La inminente desaparición física de este señor lleva a la gente a una especie de gran incógnita sobre el destino inmediato de Venezuela. Genera en muchos la sensación de que no debiera haber elecciones porque no se sabe para dónde va esto”, comentó el analista.
“Algunos fueron a votar con alguna inercia de conducta democrática, pero diciéndose al mismo tiempo que estas elecciones, si Chávez se muere, no valen. No es verdad que los resultados van a reflejar un nuevo régimen, que debe venir, que es inminente que venga, puesto que al morir, o al desaparecer Chávez, o al quedar incapacitado, este régimen se vence”, sostuvo.

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