21 enero, 2013

AFP: Netanyahu camino a la reelección en un país cada vez más de derecha

Mundo

Foto: REUTERS/Gali Tibbon/ Archivo
(Jerusalen, 21 de enero. AFP) Los israelíes se aprestan a renovar en las legislativas del martes el mandato del primer ministro conservador Benjamin Netanyahu, que podría sin embargo verse en dificultades para formar una coalición estable de gobierno ante el afianzamiento de formaciones ultranacionalistas en detrimento de su propio electorado.



Unos 5,6 millones de empadronados fueron convocados a las urnas, que abrirán a las 07H00 locales (05H00 GMT) y cerrarán a las 22H00 (20H00 GMT), bajo estrictas medidas de seguridad.
Según encuestas publicadas el viernes, el Likud de Netanyahu y su aliado Yisrael Beitenu, del dirigente ultranacionalista Avigdor Lieberman, obtendría de 32 a 35 escaños de un total de 120 en la Kneset (parlamento unicameral). Ese resultado le permitiría mantenerse como primera bancada, aunque con una seria merma respecto a los 42 diputados con que cuenta en la legislatura saliente.
El principal beneficiario de esa erosión sería un nuevo partido ultranacionalista religioso, Hogar Judío, de Naftali Bennett, cercano a los colonos, que se convertiría en la tercera fuerza política, con unos 15 escaños frente a apenas tres en la actualidad.
En segundo lugar llegaría el centrista Partido Laborista, con 10 a 13 escaños. En el mismo arco político se sitúan Yesh Atid, con 10 a 13 curules, y Hatnuá (Movimiento), de la exministra de Relaciones Exteriores Tzipi Livni, con 7 a 8 escaños.
En cualquier caso, todos los sondeos dan la mayoría al bloque derecha/ultraderecha frente a las formaciones moderadas, que no consiguieron unirse. Y “Bibi Netanyahu”, en tanto que líder de la principal lista, tiene así la seguridad casi absoluta de obtener un tercer mandato.
Los políticos y los observadores prefiguran una coalición integrada por el Likud-Beitenu, Hogar Judío y otros partidos ultraortodoxos, sin excluir la adhesión de los centristas de Yesh Atid y del grupo de Livni.
Esa coalición sumaría de 75 a 80 diputados y sería quizá la más derechista de la historia del Estado de Israel.
Ese giro representa “sobre todo una victoria de los colonos, que se convirtieron en la fuerza ideológica dominante del país”, resumió Shalom Yerushalmi en el diario Maariv.

¿Coalición inestable?

La cercanía ideológica no garantiza sin embargo la estabilidad política, sobre todo para un gobierno que se verá confrontado desde el primer día a graves desafíos internos e internacionales.
El universitario Emmanuel Navon, que figura en la lista electoral del Likud, estimó el domingo, en un debate de campaña, que Netanyahu podría convertirse en “rehén de una coalición inestable” y que semejante alianza “no durará más de un año y medio”.
Netanyahu deja una economía en buen estado, aunque en 2012 se vio confrontada a una disparada del déficit presupuestario, que duplicó las previsiones y llegó al 4,2% del PIB.
Para reabsorberlo, este economista liberal deberá imponer severos recortes, prestando el flanco a las críticas de los laboristas, que centraron su campaña en la defensa del nivel de vida de la clase media y de las conquistas sociales en materia de vivienda y educación.
En el plano externo, Neyanyahu también podría verse rápidamente en aprietos.
Su apoyo al desarrollo de la colonización de los territorios ocupados le vale críticas de la comunidad internacional y un aumento de la presión, sobre todo europea, para reanudar el diálogo con el presidente palestino Mahmud Abas, estancado desde septiembre de 2010.
Y en el dosier iraní, el que más le obsesiona, Netanyahu no ha logrado hasta el momento convencer a sus aliados, y sobre todo a Estados Unidos, de la necesidad de bombardear las instalaciones nucleares de la República Islámica.
Más grave aún: sus pésimas relaciones con el presidente estadounidense Barack Obama, que criticó su cobardía política ante el lobby de los colonos, coloca a Israel ante un riesgo de creciente aislamiento diplomático.

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