Despedida a Hugo
Chávez de Nancy Iriarte, su ex mujer: “Pasarás a la historia como un traidor y
un cobarde”.
Impresionante, profunda
despedida de Nancy Iriarte Díaz a su ex esposo Hugo Chávez, publicada en uno de
los periódicos venezolanos de mayor circulación “El Universal”. La publicamos
para equilibrar la balanza y demostrar que no todos son alabanzas en torno al
dictador venezolano, que perece.
“Algunas consideraciones sobre
tu muerte: No quiero que te marches de esta vida sin antes despedirnos, porque
has hecho un mal inmenso a mucha gente, has arruinado a familias enteras, has
obligado a legiones de compatriotas a emigrar a otras tierras, has vestido de
luto a incontables hogares, a los que creías tus enemigos los perseguiste sin
cuartel, los encerraste en ergástulas que no lo merece ni un animal, los
insultaste, los humillaste, te burlaste de ellos, no solo porque te creías
poderoso, sino inmortal… porque el fin de los tiempos no era contigo.
Pero llegó tu turno, los
plazos se acaban, el término de tu contrato llega a su fin, tu “ciclo vital” se
apaga poco a poco y no de la mejor manera; probablemente morirás en una cama,
rodeado de tu familia, asustada, porque va a tener que rendir cuentas una vez
que des tu último aliento, te vas de esta vida lleno de angustia y de miedo,
allí van a estar los curas a quienes perseguiste e insultaste, los
representantes de esa Iglesia que ultrajaste a placer, claro que te van a dar
la extremaunción y los santos óleos, no una, sino muchas veces, pero tú y ellos
saben que no servirá de nada, es solo para calmar el pánico que hace presa a tu
alma ante el momento que todo lo define.
Mueres enfermo, padeciendo el desahucio, las complicaciones
inmunológicas, los terribles efectos secundarios de las curas que prometieron
alargar tu vida, tus órganos se van apagando uno a uno, tus facultades van
perdiendo el brillo que las caracterizaba, tus líquidos y efluvios son
colectados en bolsas plásticas con ese hedor a muerte que tanto te repugna.
Dime si en este momento, antes de que te apliquen una nueva inyección
para calmar los dolores insoportables que padeces, vale la pena que me digas que
no te pueden quitar lo bailado, ¡ah! los viajes por el mundo, los maravillosos
palacios que te recibieron, las paradas militares en tu honor, las limousines,
los títulos honorarios, los pisos de los hoteles cinco estrellas, las fastuosas
cenas de Estado… dime ahora que vomitas la papilla de auyama que te tratan de
dar las enfermeras, si era de eso de lo que se trataba la vida, pues ese brillo
y el oropel ya no están entre los monitores y máquinas de resucitamiento que te
rodean, esas marchas y aplausos ahora son tonos y alarmas de sensores que
regulan tus signos vitales que se hacen más débiles.
¿Puedes escuchar al pueblo de tu país afuera de tu cuarto?… debe ser tu
imaginación o los efectos de la morfina, no estás en tu patria, estas en otro
lado, muy lejos, entre gente que no conoces… sí, estás muriendo en tu propio
exilio, entre una banda de pilluelos a quienes les has tratado de entregar tu
propio país, tus últimos momentos los pasarás entre chulos y estafadores, entre
tu corte de aduladores que solo te muestran afecto porque les dabas dinero y
poder, todos te miran preocupados y con rabia, nunca dejaste que ninguno de
ellos pudiera tener la oportunidad de sucederte, ahora los dejas al descampado
y tu país al borde de una guerra, ¿Era eso lo que querías? ¿Fue esa tu misión
en esta vida? Olvídate del cuento de los pobres, ahora hay más pobres que
cuando llegaste al poder, olvídate de justicia e igualdad cuando prácticamente
le entregaste el país a una fuerza extranjera que ahora tendremos de desalojar
a la fuerza y a costas de más vidas.
Tengo la leve impresión que
ahora sabes que te equivocaste, creíste en un cuento de camino y te creíste
revolucionario, y por ser revolucionario… inmortal, convocaste a tu lado a los
muertos, a tus héroes, a esos fantasmas que también creíste con vida, a
Bolívar, al Che, a Fidel, al Marx que nunca conociste y que recomendabas su
lectura… el andar con muertos te llevó a la magia y a los babalaos, te metiste
a jurungar tumbas, y a ofrendarle a una corte de demonios y malos espíritus que
ahora te acompañan… ¿Sientes su presencia en el cuarto? Vienen a cobrar, a
recoger lo único que tenía valor en tu vida y que tan malamente apostaste por
la oscuridad y el mal, tu alma.
Bueno, me despido, solo quería
que supieras que pasarás a la historia como un traidor y un cobarde, que no
rectificaste cuando pudiste, te dejaste llevar por tu soberbia, por tus
ideales, por tu ideología renunciando a los más preciado, a tu libertad y a la
libertad de los otros, y la libertad nos hace humanos.
El Socialismo solo funciona en
dos lugares: en el Cielo, donde no lo necesitan, y en el Infierno, donde ya lo
tienen”
Nancy Iriarte Díaz
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