EE.UU.: Después del "precipicio fiscal"
Michael Tanner es Director del Proyecto del Cato Institute para la Privatización de la Seguridad Social.
$23,9 billones de dólares.Esa será nuestra deuda nacional en 2022 bajo el proyecto de ley acerca del precipicio fiscal que aprobó el congreso hace un par de semanas. Eso es casi $4 billones más que los de la línea base de la ley actual, y aunque la mayor parte viene de hacer permanentes los recortes de impuestos de Bush para la mayoría de los estadounidenses sin compensar la pérdida de recaudación con recortes de gastos, por lo menos $330.000 millones de deuda nueva resulta del aumento del gasto que era parte del acuerdo. Nuestra deuda pública ascenderá a más de 118 por ciento del PIB.
Así que el acuerdo no solo es incapaz de recortar el gasto, sino que también arroja simplemente más dinero sobre el aumento de gasto que se incorporó en los presupuestos futuros. Ahora el gobierno federal gastará $5,5 billones en 2022, en comparación con los $3,5 billones que gastará este año. Gastaremos $2 billones más al año y nos enfrentaremos a $1,5 billones adicionales en deuda que si el gasto federal se elevara en consonancia con el crecimiento demográfico más la inflación durante los próximos diez años.
Y esto solo va a empeorar después de 2022, a medida de que los programas de prestaciones sociales, aún sin reformar después del acuerdo del precipicio, exploten. Para 2050, nuestra deuda nacional superará los $58 billones en dólares corrientes. Eso es más del doble de lo que sería si el aumento del gasto federal se limitara a la inflación más el crecimiento demográfico.
¿Cómo terminamos con este fracaso épico? En parte, ello se debe a la fijación de los republicanos en recortar los impuestos les cegó frente a la verdadera amenaza al crecimiento económico y la libertad —el creciente tamaño del gobierno federal.
Yo estaría entre los primeros en estar de acuerdo con que el aumento de impuestos es malo. Los aumentos de impuestos toman más dinero del sector productivo de la economía y lo redistribuyen hacia el sector público no productivo, desacelerando el crecimiento económico. Las distorsiones en la toma de decisiones económicas provocadas por esos impuestos frenarán el crecimiento y reducirán aún más la prosperidad. Pero todavía más importante es que los impuestos toman la propiedad que un individuo ha ganado con justicia a través de su trabajo o ingenio. Cada dólar que el Estado toma de un individuo es un dólar menos que él o ella puede ahorrar, invertir y gastar como él o ella crea conveniente.
Pero simplemente pagar por un Estado con deuda en lugar de impuestos altos no es una mejora apreciable. Como Robert Barro de Harvard señala, existe una "significativa relación negativa entre el crecimiento real del PIB y el crecimiento de la proporción del Estado en el PIB". Y, por supuesto, nuestra libertad se ve limitada a medida que un Estado creciente toma más y más espacio que alguna vez perteneció a los individuos y sus elecciones.
Sin embargo, durante las negociaciones del precipicio fiscal, los republicanos estaban más que dispuestos a renunciar a los recortes de gastos, siempre y cuando fueran capaces de retener algunos recortes adicionales de impuestos.
Los republicanos afirman que, después de haber resuelto el tema de los impuestos, ahora van a dedicar toda su atención a lograr reducciones de gasto en el marco de las futuras negociaciones acerca de los presupuestos que podrían ser aprobados mediante “resolución continua” (se congela el presupuesto de la institución en el nivel del año anterior) y acerca del límite al endeudamiento. Pero el presidente Obama ya está preparando el terreno político para este debate, y advirtió que los republicanos se arriesgarán a dejar al país en default por el tema del límite al endeudamiento y con el fin de recortar el gasto en el Seguro Social y Medicare. ¿Tendrá el Partido Republicano el valor de insistir en hacer los profundos y dolorosos recortes que se requerirán para devolvernos a la salud fiscal?
Perdóneme por ser escéptico, pero no solo el último acuerdo sobre el límite al endeudamiento falló en reducir realmente el gasto (el gasto federal aumentó a $61.500 millones en los doce meses después del acuerdo), el acuerdo sobre el precipicio fiscal deshizo el valor de dos meses, o $24.000 millones, de los recortes automáticos acordados en virtud del acuerdo sobre el límite al endeudamiento. De hecho, los negociadores en el congreso se pasarán los próximos dos meses buscando la manera de evitar el resto de los recortes automáticos.
"Dios puso el Partido Republicano en la tierra para reducir los impuestos” el difunto columnista Robert Novak dijo una vez. "Si no pueden hacer eso, no tienen ningún propósito útil", agregó. Tal vez. Pero a menos que los republicanos estén dispuestos a entender que el gasto es una amenaza tan grande para la libertad y la prosperidad como lo son los impuestos, EE.UU. está en camino de convertirse en Grecia.
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