Ana Paula Ordorica
Con este proceso de reafiliación hemos podido ser
testigos de un fortalecimiento de Madero y las alas de extrema derecha
dentro del PAN y un debilitamiento del calderonismo.
Para Loaeza el bajo refrendo de la militancia dentro del PAN no significa necesariamente una mala noticia. Es el regreso del PAN a lo que fue su origen: ser un partido de cuadros y no de masas. Acción Nacional se comenzó a transformar en partido de masas cuando estuvo en el Poder Ejecutivo.
El tema no se trata de mera teoría política. No se trata únicamente de una diferencia semántica que nos remite a Maurice Duverger u otros de los politólogos que han escrito sobre estas diferencias en los partidos políticos.
Al pedirle a los panistas que refrenden su militancia en el partido y con ello depurar a Acción Nacional de los miles y miles de afiliados, Madero buscó tener un padrón más pequeño de panistas que él puede controlar más fácil rumbo a la elección de un nuevo dirigente nacional. Reelección en el caso de Madero.
Basta recordar que el padrón del PAN era bastante reducido hasta las presidencias de Germán Martínez, pero sobre todo la de César Nava. Fue con éste último cuando los registros por internet inflaron el padrón. Ni qué decir de la Semana Nacional de Afiliación llevada a cabo en 2009, cuando en ese lapso se sumaron millón y medio al PAN.
Por el momento en que se dieron esas afiliaciones es fácil intuir que se trató de personas afines y/o entusiasmadas con el calderonismo, lo que le permitía al ex presidente Calderón tener un control mucho más importante del partido.
Al pedir el refrendo ahora de la pertenencia al PAN, parece que la apuesta de Gustavo Madero es a tener un partido más reducido en tamaño de militantes, lo que disminuye el peso relativo del calderonismo en el PAN.
Si a ello agregamos que Madero muy probablemente trae acuerdos con las alas más tradicionales y más duras del PAN, empezando por El Yunque, esta depuración del partido da como resultado un Madero mucho más fortalecido, de cara a la elección por la presidencia del partido que se llevará a cabo este año. Algunos dicen que en julio, otros que hasta diciembre.
El tema es que con este proceso de reafiliación hemos podido ser testigos de un fortalecimiento de Madero y las alas de extrema derecha dentro del PAN y un debilitamiento del calderonismo, cuyo primer golpeado podría ser el senador Roberto Gil, quien ha dejado entrever su interés por disputar la presidencia de Acción Nacional pero que ahora la tendrá más difícil.
¿Será esto bueno para el partido? Por una parte ataja la crisis entre ideologías en Acción Nacional y eso ayuda a fortalecerlo. Pero falta ver qué tanto le gusta a la ciudadanía el proyecto, la oferta, de Madero, El Yunque y compañía hacia futuras elecciones.
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