Las cosas no tienen valor por sí mismas, sino porque los seres humanos se lo asignan
De todas las cosas que he leído sobre el Hotel Oasis en las últimas semanas quizás tenga que destacar las dos boberías económicas dichas por Iñaki Ábalos y Luis Enguita, ambas recogidas por un diario local.
El primero afirma que “las estrategias de mercado actuales son incapaces de entender que si esperan un poco su antigüedad no sería un lastre,
sino un valor añadido" y el segundo va un poco más lejos afirmando que
“la pérdida de una arquitectura como esta generará desolación y pobreza,
porque no debemos olvidar que, a medida que la arquitectura se vuelve
más terrible, más terrible se vuelve la vida".
Entrar a discutir si el Hotel Oasis es o no una obra de
referencia del Movimiento Moderno, el cual produjo tanta buena
arquitectura como daño hicieron sus ideas a las ciudades (extremo
magníficamente explicado por la obra de Jane Jacobs), no tiene sentido alguno, porque está más que acreditado que lo es.
El objetivo consiste en discernir si la conservación de
este edificio “generará valor añadido” como dice el señor Ábalos o,
incluso, su derribo traerá “desolación y pobreza”, como señala tan a la ligera Luis Enguita.
Empecemos por lo dicho por Iñaki Ábalos: los mercados
actuales, es decir las distintas personas que conforman nuestra sociedad
intercambiando libremente bienes y servicios con distintas dosis de
impaciencia, no entienden que conservar el edificio generará valor añadido.
El profesor Ábalos, no sólo presume que los individuos no
saben lo que hacen, sino que debe desconocer que el valor de cualquier
cosa es siempre subjetivo, como nos enseñó Diego de Covarrubias y Leyva
ya en el siglo XVI y como posteriormente desarrollaron los pensadores
de la Escuela Austríaca de Economía con la Teoría Subjetiva del Valor.
Es decir, las cosas no tienen valor por sí mismas, sino porque los seres humanos lo asignan.
Por ello, una misma cosa puede valer mucho para algunas personas y muy
poco para otras. Por ejemplo, para algunos el Hotel Oasis puede ser una
obra arquitectónica de mucho valor, pero para otros un edificio viejo
sin valor alguno.
Es por ello que este edificio sólo generará valor para los distintos miembros de nuestra sociedad si éstos valoran más en el futuro disponer de él por ser histórico que en el presente disfrutar de una nueva arquitectura con actuales comodidades.
¿O es que acaso hubiera generado más valor añadido haber protegido New Amsterdam, es decir el «downtown» de New York,
en vez de haber construido la actual ciudad neoyorkina o haber
protegido el viejo barrio medieval que existía en la actual ampliación
del Louvre que fue derruida previa magnífica documentación?
Sin duda, si se hubiera hecho, ni podíamos disfrutar del Manhattan y el París
de hoy, ni miles de personas se desplazarían a visitar dichas ciudades
gracias al valor añadido creado por las nuevas actuaciones generando así
una gran riqueza.
Por lo dicho, el señor Enguita también yerra en sus apreciaciones,
dado que la creación de riqueza consiste principalmente o en generar
valor añadido sobre las cosas que existen o en crear nuevos bienes que
aporten valor.
Y para que esta creación de riqueza se produzca han de darse tres circunstancias: propiedad privada, libertad y un marco legal que respete estos dos derechos y aporte así seguridad jurídica.
Circunstancias que no se darían si se protegiera ahora el inmueble por los poderes públicos. Sin duda, la seguridad jurídica
debe estar por encima de la protección de cualquier edificio e ir
contra ella sí terminaría llevando a nuestra sociedad a la pobreza, pues
sería imposible saber si, cuando se inicia una acción empresarial para
generar riqueza, las reglas van a ser cambiadas de un día para otro
desincentivando así cualquier inversión.
Si tanto el señor Ábalos como el señor Enguita, o tantos
otros señores e instituciones, creen que el actual Hotel Oasis generará
un mayor valor añadido en el futuro, ya están tardando en adquirirlo o
en crear una fundación para recaudar dinero con el fin de comprar y protegerlo. Sin duda alguna, tendrán el éxito asegurado.
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