16 enero, 2013

PAN: El lodo que viene



PAN: El lodo que viene
Salvador Camarena


Los viejos panistas recuerdan que Esteban Zamora Camacho, un respetado militante sinaloense, contaba que una vez tuvo que pedir un préstamo. Fue al banco y manifestó que por desgracia no contaba con garantías materiales.

No se preocupe, don Esteban, usted es panista, es gente decente, le respondieron en el banco. Panista como garantía de decencia, ¿qué queda de eso? El PAN ha ajustado sus padrones de militantes. Durante años, sin pudor ni decencia, esos listados fueron inflados por blanquiazules para echar montón a otros compañeros.

Ninguna estampa retrata mejor esa práctica, que dio todo un pernicioso perfil a Acción Nacional, que aquella ocurrida hace menos de un año, cuando en una elección interna Margarita Zavala atestiguó cómo dos acarreadas llevaban un guión en donde les indicaban a favor de quién sufragar. “El voto es secreto y aquí no sé qué estoy viendo”, regañó a las dos mujeres la esposa del entonces Presidente (http://noticias.terra.com.mx/mexico...).




Más grave aún que el famélico padrón son los temas con los que ahora se asocia a los panistas: inoperancia en el gobierno, desastrosas campañas electorales, aumento de la criminalidad, desaforadas deudas estatales y sospechas de corrupción. Además desde la semana pasada la prensa ha dado vuelo a acusaciones en contra de ex funcionarios de la Secretaría de Gobernación.




Cuestionado en este escándalo, Roberto Gil Zuarth escribió el lunes un interesante editorial. En él dice que: “militantes del PAN, de una época para acá, hemos sido señalados por supuestos vínculos con intereses del juego. Por el bien del partido, cada uno debe dar la cara y afrontar con seriedad cada acusación. Yo lo estoy haciendo y no cejaré en el empeño hasta limpiar mi nombre. No tengo deuda alguna ni motivo para avergonzarme. (…)




Pero también el partido debe hacer una reflexión interna y preguntarse por qué razón pesan sobre nosotros estas acusaciones. Debemos disolver esa imagen que se nos pretende crear, o bien, deslindar claramente las responsabilidades individuales. De eso dependerá nuestra credibilidad. De eso dependerá nuestro futuro” (http://www.excelsior.com.mx/index.p...).




El senador, visto como un candidato a disputar de nuevo el poder a Gustavo Madero en el PAN, apunta a un tema central. Su partido no va a deshacerse de las acusaciones de corrupción volteando a otro lado o esperando a que pasen las semanas. Ya no se trata sólo de sospechas como las de personajes señalados por ligas con los casinos, como el diputado Fernando Larrazábal; ahora se ha abierto un gran boquete: los permisos que la Secretaría de Gobernación de Felipe Calderón dio de último minuto para la operación de 94 casinos.




Si alguien tenía alguna esperanza en que el inicio de la resurrección del PAN podría estar cercana, que se vaya despidiendo de ella. Gil Zuarth pide a sus compañeros sacar los trapos sucios al sol. El senador dice estar seguro de que si se llega a fondo, nada encontrarán en su contra. ¿Sentirán lo mismo otros, Madero para empezar?




En todo caso, regresar a ser considerados como un partido de gente decente parece algo que queda hoy muy lejos a los blanquiazules.

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