06 enero, 2013

Perú: Que no nos ciegue el espejismo – por Eugenio D’Medina Lora

EspejismoHumalaLa tasa de crecimiento de 6% que registraremos este año nos coloca, junto a Panamá y Chile, como los de mejor performance en Latinoamérica en el 2012. Esto resalta más teniendo en cuenta que Brasil y Argentina andarán por modestísimos 1% a 3%. Además, crecemos como Chile, estrella de la región y puntero en casi todos los rankings económicos. Nos hace sentir, entonces, importantes. “Ya le estamos ganando a los grandes”, creen algunos.

 
Tal triunfalismo es más peligroso que el futbolístico o el de La Haya. Porque esa película ya la hemos pasado. En la historia del Perú republicano hemos tenido “booms” económicos -salitre, guano, pesca- que no supimos transformar en desarrollo. En la historia más reciente, cabe anotar que la tasa de crecimiento anual promedio de los años 2000 es apenas similar a la de los años 1960. Y sabemos del hoyo en el que nos caímos después.
¿Cómo “enganchamos” el crecimiento al desarrollo? Fortaleciendo la competitividad del país. Esto implica primero fortalecer los pilares básicos de la competitividad: instituciones, infraestructura, educación y estabilidad macroeconómica. En lo último estamos bien, por ahora. En los otros tres, bastante mal.
En particular, si el gobierno no encara el problema de mejorar aceleradamente la infraestructura -incluyendo el agua potable-; si no hace un cambio radical en el sistema educativo sacando de la foto al SUTEP y fortaleciendo a las universidades; y si no consolida las instituciones nacionales, haciéndolas creíbles para que, entre otras cosas, minimicemos tantos conflictos sociales, vamos a ver pasar el tren del desarrollo por delante de nuestras narices, pero no podremos subirnos a él.
Chile podrá crecer incluso menos que nosotros, pero es mucho más desarrollado. Su infraestructura pública es un modelo para el continente. Su sistema educativo, de los mejores, colocando a cinco universidades por encima de la primera del Perú y a dos entre las cinco mejores de Latinoamérica. Su Poder Judicial es creíble, su sistema político produce representantes de alto nivel, su Policía es respetada. Y su estabilidad macro ha sido hasta caso de estudio en universidades a nivel mundial.
No nos engañemos. No llegamos ni al nivel de Colombia ni menos de Argentina o México. Nos falta mucho por recorrer todavía para saldar el profundo “rojo” en que nos dejaron decenios de malas políticas y numerosas elecciones fallidas fruto del pésimo sistema educativo que tenemos. Y me temo que solo estamos avanzando por inercia, sin atrevernos a dar grandes saltos.

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