EL LICENCIADO GILBERTO VALENZUELA, CANDIDATO A LA
PRESIDENCA DE LA REPUBLICA. (Nota periodística de la época).
El ministro plenipotenciario de México en la Gran
Bretaña, licenciado Gilberto Valenzuela, llega a la ciudad de México a mediados
del mes de diciembre de 1928.
Después de celebrar una entrevista con el presidente
de la República, licenciado Emilio Portes Gil, para informarle de su labor
diplomática, se traslada a la ciudad de Cuernavaca saludar al expresidente de
México, general Plutarco Elías Calles.
Días después el licenciado Valenzuela vuelve a
entrevistarse con el presidente Portes Gil, quien le ofrece designarlo
magistrado de la Suprema Corte, en atención a su reconocida capacidad como
jurisconsulto y por su honorabilidad. Sin embargo, como el licenciado
Valenzuela, desde que pisó tierra mexicana, se le acercó un grupo de políticos
para ofrecerle su postulación como candidato presidencial, agradeció al
licenciado Portes Gil la deferencia de que lo hacía objeto, declinando dicho
puesto para aceptar su candidatura a la Primera Magistratura del país que sus
amigos y partidarios le habían ofrecido.
El licenciado Valenzuela se inclinó al lado de los
apasionados y temibles opositores del régimen que vieron defraudadas sus
ambiciones futuristas, y que llegaran a celebrar juntas con intenciones de
provocar un movimiento armado.
Al iniciarse el año de 1929, el candidato
presidencial, licenciado Valenzuela, inicia su jira política por el Noroeste
del país, pronunciando fogosos discursos, como el siguiente, que dijo en el
Estado de Sonora:
"Nuevamente al levantar mi voz en defensa de los
verdaderos anhelos populares y por los fueros de las libertades públicas
amordazadas o destruidas por el nefasto hombre que ha ejercido de la manera más
artera y más insidiosa el poder de la República, tengo que exhibir los
procedimientos, los manejos, las ruindades, los crímenes que han regido el
programa del gobierno, para que estas verdades pasen lista de presentes en las
filas de quienes propugnamos por una era mejor. Una era mejor sin un agrarismo
a lo Calles que ha matado la agricultura, un laborismo que sólo es holgazanería
y afán insaciable de enriquecimiento, un laborismo que ha asesinado a
industria, sin una política económica que consista únicamente en economías
reduciendo sueldos de míseros empleados, que permitan amasar fortunas que se
convierten a la postre en posesiones como Soledad de la Mota, Santa Bárbara, La
Hormiga y residencias palaciegas para cortesanas impúdicas como las de Anzures
y el fraccionamiento Hipódromo: una era en que no tenga cabida la introducción
de cuantiosos contrabandos por parientes y paniaguados, sin dejar de contar
entre ellos aventureros yanquis como algunos yernos hoy millonarios y hace poco
verdaderos tramposos . Una era que se
apoye en un ejército de verdaderos soldados patriotas y conscientes y no en
matarifes sin escrúpulos y asesinos por inclinación, enriquecidos en el
cumplimiento de este odioso cometido.
"Seguiremos en esta cruzada por la salvación de la
Patria que nos hemos impuesto y terminaré anunciando que dentro de pocos días,
allí en Huatabampo, junto a las cenizas aún calientes de Alvaro Obregón,
traicionado por quienes le dieron el fatídico beso de Judas, jurándole ser el
mejor y más leal de sus discípulos, declararé a la faz de la nación, cómo el
cobarde, el asesino, el Borgia de la época actual, Plutarco Elías Calles,
fraguó y llevó a cabo el proditorio
asesinato del jefe de la Revolución, engañando torpemente a cándidas religiosas
y católicos de cortos alcances para dar dos golpes en uno: hacer desaparecer al
hombre que lo iba a reducir a la nada políticamente hablando y justificar su
odiosa, su impopular campaña de persecución religiosa.
"Entre Plutarco Elías Calles y Gilberto
Valenzuela no puede haber ligas de ninguna clase, como no podrán existir nunca entre un José Vasconcelos que
renunciara a toda una cartera en el gabinete de Obregón, para no ser
considerado cómplice tácito del cobarde asesinato del senador Field Jurado,
como nunca podrán marchar unidos Antonio Villarreal y Calles.
"Gilberto Valenzuela escogió su camino, y entre
una vida llena de comodidades, pródiga
en riquezas y favores públicos a costa de su dignidad y de sus virtudes
y otra azarosa de luchador del bien contra el mal, no ha vacilado, Gilberto
Valenzuela, sépalo bien la Nación, escogió su camino y por él marchará digno,
enérgico, recio y patriota, aunque tenga que llegar al martirio y a la muerte,
que vale más una muerte gloriosa que una vida sin dignidad, militando en las
filas de los criminales que rodean a Plutarco Elías Calles.
"Y fijaré, de una vez por todas, que para
Gilberto Valenzuela una cosa es el Gobierno de la República, los Poderes de la
República y otra muy distinta Plutarco Elías Calles, y para no seguir manchando
ni contaminando el Gobierno y los Poderes de la Nación por la influencia
maléfica de Calles, he abrazado la causa de las reivindicaciones populares ,
contra quien las conculcó groseramente durante su desastrosa administración y pretende aún seguir conculcándolas
valiéndose de incondicionales enriquecidos y de pusilánimes que no se atreven a
enfrentársele.
"Gilberto Valenzuela, para terminar, desprecia
que Calles, por boca de sus instrumentos, lo declare fuera de la ley, que nada
teme, que si Calles ha decretado la sentencia de muerte de Gilberto Valenzuela,
el pueblo ha mucho que dictó su sentencia sobre Calles y su cumplimiento no
tardará en llegar.
"Febrero 18 de 1929".
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