18 febrero, 2013

Con un fácil triunfo, Correa afianza su poder en Ecuador

[image] European Pressphoto Agency
Rafael Correa, durante un acto de campaña el 14 de febrero.
QUITO—El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, obtuvo una victoria fácil en las elecciones del domingo, un triunfo que afianza su control del poder y lo posiciona como el posible sucesor del convaleciente Hugo Chávez en su papel de provocador de Washington en América Latina.
En la capital, el presidente declaró la victoria y celebró con miles de seguidores un nuevo período de cuatro años. Su anuncio se produjo un poco después de que cerraran las urnas.
Los primeros resultados oficiales mostraban a Correa con cerca de 57% de los votos. El amplio margen de victoria le evita tener que ir a una segunda vuelta.


Su principal rival, Guillermo Lasso, un ex banquero quien había prometido impuestos más bajos en esta nación productora de petróleo, quedó muy lejos.
Correa, de 49 años de edad, asumió el cargo en 2007 y se ha convertido en el presidente con más años en el poder desde que el país hizo su transición de su régimen militar en 1979. Con los altos precios del petróleo, el mandatario ha hecho de la Revolución Ciudadana el centro de su gestión, gastando unos US$6.000 millones el año pasado en programas e infraestructura dirigidos a aliviar la pobreza.
Además ha utilizado su amplia popularidad para impulsar cambios que han consolidado su poder, otorgado mayor control al gobierno sobre el proceso electoral y permitido mandatos presidenciales consecutivos. Los críticos mantienen que estas medidas han erosionado la democracia del país.
En momentos en que Chávez batalla para recuperarse de su operación en diciembre, Correa ha ascendido como el mejor candidato de la región para intentar continuar el legado del presidente venezolano como detractor del libre mercado y singular defensor de los pobres, incluso si carece de la ambición regional de Chávez y sus grandes bolsillos.
"El siempre tiene que crear un conflicto, si no tiene alguien a quien afrontarse, crea un enemigo," afirmó Simón Pachano, profesor de política en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en Quito, quien lo conoció cuando enseñaba economía en la Universidad San Francisco de Quito. "Tiene una visión confrontacional".
El gobierno de Correa informó que nadie estaba disponible para hacer comentarios antes de las elecciones. La hermana del presidente, Pierina Correa —quien es cercana a su hermano y está involucrada en los programas sociales del país— mantuvo que el presidente tiene un carácter fuerte y puede ser impetuoso de vez en cuando. Añadió que es muy hábil e inteligente, y que cuando él piensa que la oposición está poniendo obstáculos, se frustra.
Correa se ha marchado de una reunión del Banco Mundial como protesta, ha expulsado al representante del organismo en Ecuador y ha arremetido contra los medios del país, criticando públicamente a ciertos periodistas, atacando a otros con demandas y clausurando estaciones de radio que desaprueban del gobierno.
En 2008, anonadó a los mercados cuando permitió que el país declarara una cesación de pagos sobre US$3.000 millones en deuda, calificándola de deuda "odiosa" acumulada por previos gobiernos corruptos. El año pasado, ofreció asilo al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien era solicitado en Suecia para interrogaciones vinculadas a un caso de abuso sexual.
Correa ha ganado puntos entre los ecuatorianos porque lo consideran alguien que tiene "los pantalones bien puestos" —es decir, alguien que puede mandar con autoridad—, según Santiago Basabe, un profesor de política en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
En un mitín el jueves para concluir su campaña, un Correa radiante caminó por el estrado, vociferando: "¡Debemos continuar con la Revolución Ciudadana!" Más tarde, tomó el micrófono y cantó canciones tradicionales mientras el público lo ovacionaba.
Las políticas de Correa, sin embargo, son más moderadas que las de Chávez. Correa, por ejemplo, no ha llevado a cabo nacionalizaciones masivas de empresas que cotizan en bolsa. Los analistas dicen que ha dado pasos importantes para renovar la infraestructura del país, los sistemas de salud y la educación, reformando las escuelas públicas y ofreciendo recompensas financieras a maestros con buen desempeño. Los ecuatorianos hablan efusivamente sobre el nuevo sistema de carreteras.
Desde que asumió el mando y los precios del petróleo ascendieron hacia US$100 por barril, Correa ha incrementado el gasto público, que casi se cuadriplicó entre 2006 y 2012, de US$1.700 millones a US$6.300 millones en 2012, de acuerdo con cifras del gobierno. Las transferencias de dinero a los pobres han incrementado a US$50 al mes, desde US$15 al mes cuando Correa llegó a la presidencia.
"Ningún otro jamás hizo algo por los pobres", expresó Pablo Granillo, de 26 años y padre de tres niños que trabaja en construcción en Quito. "Hay buenas escuelas que son gratuitas y calles nuevas. Los últimos presidentes simplemente nos robaron".
Algunos economistas advierten que el gasto ha impedido que Ecuador controle su déficit y acumule un colchón financiero, en caso de que los precios del petróleo caigan en los próximos 12 meses y la economía se desacelere. La economía creció 4,8% interanual en el tercer trimestre de 2012, lo que fue "decepcionante" comparado con su crecimiento promedio de 8% en 2011, subrayó Michael Henderson, economista de Capital Economics en Londres. Estima que si los precios del crudo se mantienen estables, la producción se desacelerará a entre 2,5% y 3% en el próximo año o dos años.
Correa creció en una familia católica de clase media en Guayaquil pero también atravesó dificultades económicas. Cuando tenía unos cinco años, su padre fue arrestado y encarcelado en EE.UU. por traficar drogas como mensajero de bajo rango. El padre luego regresó a Ecuador y más tarde se suicidó.
La personalidad del presidente es muy parecida a la del padre, quien era "un hombre bueno pero temperamental que desafiaba todo lo que estuviera sobre él, así fuera la ley o la autoridad", dijo su hermano, Fabricio Correa, en una entrevista.
Si uno de sus hijos se quejaba de tener un auto o una bicicleta de segunda mano, el papá los llevaba a un recorrido por los barrios pobres y les hacía ver cómo vivía esa gente para que no se quejaran, contó la hermana del presidente.
Correa recibió una beca para ir a la universidad en Ecuador y obtuvo una maestría de la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica, donde conoció a su esposa belga. Habla francés y, tras trabajar como voluntario en una región remota de los Andes, aprendió a hablar un poco de quechua.
En la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign a finales de los 90 y principios de la década de 2000, escribió una disertación doctoral sobre cómo las reformas del mercado en América Latina en los años 80 no generaron crecimiento. Werner Baer, su director de tesis en ese momento, dijo que fue un ensayo "objetivo y muy profesional" y añadió que los dos solían pasar horas en su oficina hablando sobre los efectos de la economía neoliberal en países latinoamericanos.
Fuera de clase, era uno más entre sus compañeros estadounidenses, un popular jugador de fútbol, afirmó Baer, profesor de economía en la universidad.
Correa regresó a Ecuador y se dedicó a la docencia en la Universidad San Francisco. José Julio Cisneros, profesor y amigo, dijo que Correa era inteligente y un gran conversador, pero "inflexible en sus convicciones políticas e ideológicas, que no aceptaba que su opinión estuviera errada".
Correa también mostró un lado compasivo. Una de sus estudiantes, Emma Toaquiza, dijo que la motivó en sus estudios y la exhortó a tener orgullo de sus raíces indígenas. Recibió atención nacional tras desempeñarse como ministro de Finanzas en 2005 bajo el presidente Alfredo Palacio. Correa dimitió después de cuatro meses, tras chocar con el presidente en relación a un acuerdo de libre comercio con EE.UU. y otros asuntos. El impulso en popularidad que recibió tras su renuncia puso los cimientos para su campaña presidencial.
Correa apareció en los titulares internacionales cuando, ya de presidente, decidió incumplir US$3.000 millones en deuda en 2008, en bonos emitidos como parte de una reestructuración en 2000. Le dijo al electorado que los bonos fueron negociados por gobiernos pasados corruptos y banqueros de inversión que avanzaron las transacciones para obtener comisiones jugosas.
En 2010, confrontó a policías que se declararon en huelga y bloquearon calles y el aeropuerto, a pesar de que sus asesores le rogaron que no lo hiciera, según una persona al tanto del incidente. El conflicto se intensificó y el presidente abrió su camisa, descubrió el pecho y le gritó a la policía: "mátenme si tienen valor".
La policía aprehendió al presidente y lo colocó en un hospital policíaco. Ocho personas murieron en los disturbios.
Correa más tarde sacó provecho del incidente, diciendo que el país apenas había evitado por poco un golpe de estado. Sus índices de aprobación escalaron en las encuestas.