21 marzo, 2013

Anotaciones de Singapur y su economía

Análisis & Opinión

Moisés Bittán

Experto en comercio internacional, ex presidente de la Cámara de Comercio Venezolana Colombiana (Cavecol), y actualmente presidente de la comisión de Economía y Finanzas de Fedecámaras.

Impresiona contemplar cómo un pequeño país de apenas 699 km2, con 193 kilómetros de costa, con pocos recursos naturales y que hace algunas décadas se encontraba por debajo del umbral de los países desarrollados, se ha convertido en uno de los países más prósperos del mundo.
La mayor parte del territorio de Singapur es una pequeña isla muy urbanizada del sureste de Asia. Ubicada en el extremo sur de la península malaya, se sitúa entre Malasia con la que limita al norte, e Indonesia al sur, país con el que está separado por el estrecho de Singapur, mientras que con Malasia por el estrecho de Johor.
Singapur no está exenta de contradicciones: pese a ser una de las economías más libres del planeta, la intervención del Estado es férrea en ciertos ámbitos, aunque ésta se limita a la gestión de infraestructuras, transporte y vivienda.
Ocupa los primeros puestos de las naciones más ricas por PIB per cápita, que ronda los US$60.000 anuales. El país tiene una economía de mercado muy desarrollada, con un ambiente de negocio libre, próspero, de entorno abierto, de corrupción bajísima, precios estables y renta per cápita más alta que la de muchos países desarrollados. Junto con Hong Kong, Corea del Sur y Taiwán, se considera a Singapur como uno de los "cuatro tigres asiáticos". La economía es muy dependiente de las exportaciones, particularmente de productos electrónicos de consumo, fármacos, y de un sector financiero muy sólido y en crecimiento.
Singapur ha cerrado 2012 con un crecimiento del PIB anualizado de 1,3%, una cifra muy alejada del espectacular 14,5% que registró en 2010. El sector manufacturero, uno de los pilares de la economía de la ciudad-Estado, afectada por la desaceleración de la demanda mundial, se ha reactivado y ha crecido 3,1% respecto al trimestre anterior. Es una alentadora noticia para ese país, si tenemos en cuenta que este sector sufrió una contracción acumulada de 16,6% en los trimestres anteriores.
Según los datos de su gobierno, la caída de la producción en el sector de la electrónica se ha compensado con la producción de ingeniería biomédica y transporte. Aunque el comportamiento del cuarto trimestre de 2012 muestra sólo una ligera reactivación, es importante porque inspira optimismo y, sobre todo, ha alejado el grave riesgo de entrar en recesión.
A pesar de estas esas cifras recientes, se considera la economía de Singapur como una de las economías más acogedoras del mundo, por lo cual se encuentran miles de expatriados en el país trabajando en empresas multinacionales.
Para la activación del sector secundario, en el marco del primer plan de desarrollo (1960-1965) el gobierno creó el Directorio de Desarrollo Económico (EDE por sus siglas en Inglés)  como instrumento activo de promoción de la industrialización y estableció un régimen muy liberal para las inversiones extranjeras en la industria, con objeto de atraer al país empresas de alto valor tecnológico foráneas, con miras a aumentar los empleos y equilibrar la balanza comercial con las exportaciones manufactureras.
Desde mediados de los años 70, la política gubernamental se dirigió a estimular el desarrollo de ramas manufactureras más intensivas en tecnología, como la electrónica, la mecánica y la química. Esta política tuvo éxito, de manera que desde mediados de los años 90 las actividades industriales más importantes son la electrónica, las aplicaciones informáticas y la petroquímica.
En cuanto al sector servicio, Singapur es uno de los principales centros financieros del mundo y la sede del mercado asiático del dólar. El sector financiero representa, por sí solo, más de una cuarta parte del PIB y cerca de 11% del empleo total y cuenta con el cuarto mercado de divisas más grande del mundo, detrás de Nueva York, Londres y Tokio.
En lo que respecta al sector exterior, Singapur es uno de los centros comerciales más importantes del mundo, y por esa razón el grueso de sus exportaciones está constituido por reexportaciones.
En efecto, Singapur realiza un activo comercio con un amplio abanico de países, entre los que destacan Estados Unidos, la Unión Europea y sus vecinos de Asia son sus más importantes socios comerciales. Participa en el proceso de integración económica con sus vecinos a través de la Asociación de Naciones del Sureste de Asia (Asean) y del Foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico (Apec). Es miembro del FMI, el Banco Mundial y la OMC además de la Commonwealth.
Singapur cuenta con 83 kilómetros de ferrocarril que le conecta con el sistema ferroviario de Malasia, y con unos 3.000 kilómetros de carreteras, casi todos ellos asfaltados. Changi, su aeropuerto internacional, cuenta con los mejores enlaces aéreos del sureste asiático. Las telecomunicaciones son operadas por Singapore Telecom. El sistema metro es altamente desarrollado e innovador. Cuenta con uno de los puertos marítimos que maneja mayor volumen de carga anual, tanto en tonelaje como en número de contenedores del mundo. Su marina mercante cuenta con más de 1.300 unidades y su puerto está -por el tráfico de mercancías-  entre los primeros del mundo.
El rápido crecimiento de Singapur, caracterizado por una activa promoción por parte del Estado, ha estado acompañado de una significativa transformación de su estructura económica, en donde la industria ha mostrado un cambio por demás importante al pasar de las tradicionales manufacturas de bajo valor agregado a las industrias de alta tecnología y alto impacto, así como al rápido crecimiento de los servicios financieros y empresariales. Asimismo, la población en general ha experimentado mejoras de la calidad de vida, ubicando a este pequeño dinámico país, en una de las experiencias más exitosas en cuanto a desarrollo económico con bienestar social de Asia-Pacífico.
Singapur no está exenta de contradicciones: pese a ser una de las economías más libres del planeta, la intervención del Estado es férrea en ciertos ámbitos, aunque ésta se limita a la gestión de infraestructuras, transporte y vivienda.
Sin embargo, el gobierno mantiene una disciplina fiscal, no gastando más de lo que ingresa, ya que el país cuenta con exigentes leyes para limitar el endeudamiento público.

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